La pandemia por covid-19 propició el crecimiento del e-commerce, pero a la par de este “boom” también crecieron los fraudes en pagos por internet, así lo indican datos en poder de Bayonet, herramienta de prevención de fraudes y optimización de tasa de aprobación de pagos para comercio electrónico.
México es uno de los países con mayor porcentaje de fraude en comercio electrónico, tanto en América Latina como a nivel mundial, incluso el volumen de intentos de pagos fraudulentos es tres veces mayor en comparación a Europa o Estados Unidos, a pesar de que estas regiones tienen un mercado considerablemente más grande que el mexicano.
“Estos datos son alarmantes y representan un verdadero desafío para las empresas, ya que son ellas quienes tienen que asumir los costos de los fraudes en pagos electrónicos. En promedio una empresa pierde entre el 0.5% y el 6% de sus ganancias a causa de los contracargos, según nuestras cifras”, afirmó José Andrés Chávez, CEO y cofundador de Bayonet.
Datos de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) señalan que entre enero y septiembre del 2020, en México el monto por fraudes electrónicos ascendió a poco más de 2 mil 500 millones de pesos.
FRAUDES ELECTRÓNICOS
Los fraudes electrónicos son estafas que realiza una persona o un grupo de ellas, muchas veces suplantando la identidad de un cuentahabiente legítimo, robando su información bancaria o incluso suplantando a un comercio en línea legalmente constituido.
Datos de Bayonet señalan que mientras el e-commerce en México creció tres veces el año pasado, los intentos de fraude aumentaron hasta cuatro veces, lo que ha ocasionado que muchas instituciones bancarias tengan que imponer reglas más rígidas para la aceptación de pagos electrónicos.
LOS FRAUDES ELECTRÓNICOS MÁS COMUNES
- El fraude clásico. En este tipo de fraude el estafador consigue datos bancarios auténticos en la dark web, realiza una compra y la envía a una dirección distinta desde la cual hace el robo. En este tipo de fraude se cubre la dirección IP para evitar ser descubiertos.
- Compra interceptada. En esta modalidad los estafadores realizan una compra con tarjetas legítimas y solicitan el envío a la misma dirección de la tarjeta para evitar sospechas; no obstante, están pendientes del envío para interceptarlo antes de que llegue a su destino.
- Contracargo inventado. Consiste en que un cliente realiza un pedido y luego de que lo recibe alega que su tarjeta o datos bancarios fueron robados, por lo cual solicita una devolución. De este modo conserva el producto y es altamente probable que reciba el reembolso, ya que las instituciones financieras suelen favorecerlo, sobre todo si la compra se hizo con una tarjeta de crédito, ya que de otro modo el banco tendría que asumir la deuda.
- Robo de identidad. El estafador roba los datos de una persona y con ellos saca tarjetas de crédito con las cuales realiza compras, cuando el dueño de la información se da cuenta pide cancelar las cuentas y las transacciones.
- Pruebas de autenticidad de tarjeta. Este es uno de los fraudes más sofisticados ya que requiere de tecnología como bots. Aquí los estafadores prueban con un número de tarjeta aleatorio en un sitio web que muestra información sobre las tarjetas declinadas; así, una vez que comprueban el número de tarjeta deben hacer lo mismo con la fecha de expiración y CVV. Los bots les dan la posibilidad de identificar estos números en muy poco tiempo y una vez que los tienen pueden realizar diversas comprar en diferentes sitios web al mismo tiempo.
¿CÓMO PREVENIR LOS FRAUDES?
La tasa de aprobación de pago está directamente relacionada con los fraudes, pues si estos aumentan, es probable que los bancos o procesadores de pagos incrementen sus medidas de seguridad, y con esto les cierran la puerta a miles de pagos legítimos.
Por esta razón es esencial que los comercios cuenten con herramientas de identificación de fraude pero que además les ayuden a mejorar sus tasas de aceptación de pagos
Asimismo, es importante que las instituciones financieras y organismos como la Condusef difundan información para que los usuarios de los servicios financieros tengan información de primera mano sobre los tipos de fraude y sepan cómo hacer un buen uso de sus servicios.