Las Copas del Mundo tienen muchas historias que contar, y no solamente dentro del terreno de juego. Fuera de el, existen anécdotas que pasaron a la historia por ser parte del fervor que invade a cada uno de los aficionados a los países que se encuentran jugando el torneo de fútbol más importante. Precisamente, en el Mundial del 2014 se dio una situación peculiar que atañe a la selección mexicana.
En aquel momento, José Díaz Barajas, era uno de las personas más buscadas por el gobierno de Estados Unidos, debido a que se le relacionaba con el envío de cargamentos de metanfetaminas (cristal) desde la ciudad de Guadalajara. A pesar de ello, el mexicano de entonces 49 años de edad, decidió acudir a Brasil a presenciar los partidos de la selección mexicana que comandaba Miguel Herrera.
Lo detuvieron en Brasil
Tanto Díaz Barajas, como su familia, compuesta por su esposa y sus hijos de 17 y 29 años de edad arribaron a tierras mundialistas, en donde ya se preparaban para volar a Fortaleza, en donde el combinado mexicano estaría haciendo su debut ante la selección de Camerún. Sin embargo, el desenlace fue diferente al que habían planeado la familia mexicana.
Desde que llegaron a Brasil por la frontera de Foz de Iguazú en Argentina, la Policía Federal ya se había puesto en contacto con el gobierno de Estados Unidos para notificarle de la presencia de Díaz Barajas en el país; inclusive, ya sabían que se había hospedado en un hotel ubicado en Leblón, un barrio de clase alta en dicho país.
Fue en el aeropuerto de Río de Janeiro cuando las autoridades locales intervinieron y detuvieron a José Díaz Barajas frente a sus dos hijos. De ahí, fue trasladado a la cárcel de Ari Franco.
De acuerdo con las autoridades que participaron en la detención del presunto narcotraficante, en un principio pensaron que estaba en Brasil para reunirse con criminales del país. Sin embargo, después pudieron corroborar, que había acudido con su familia a presenciar los partidos de la selección mexicana.
“Después de algunos días quedó claro que estaba aquí para ver el Mundial con su familia. Sabíamos que tenía entradas para el partido; podríamos haberle detenido en el estadio, pero era más barato hacerlo en Río”, explicó el coordinador del Centro de Coordinación Internacional de la Policía Federal, Luiz Dorea Cravo.