Mike Tyson está marcado por una triste fecha, el 26 de mayo de 2009, el histórico boxeador estuvo a punto de tomar una decisión que habría cimbrado al deporte. La muerte de su hija Exodus, la quinta de sus siete descendientes, lo marcó como nada antes, sin embargo, al llegar al hospital, su decisión cambio.
Su hija de cuatro años sufrió un accidente en su hogar con una cuerda de ejercicios, la cual se le enredo en el cuello y le causó asfixia. Su madre se dio cuenta de la terrible escena muy tarde, y aunque fue atendida por médicos, nada se pudo hacer, algo que desequilibró mentalmente a Tyson.
En 2011, tres años después de la tragedia, el boxeador se animó a revelar detalles, en donde señaló la idea que tenía en la cabeza en cuanto se enteró de la muerte de su pequeña.
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"Mi mayor sentiemiento en ese momento era tomar mi arma automática y enloquecer. Estaba pensando en morir también. No sé qué pasó ese día", confesó.
"Yo estaba indignado, desesperado. Cuando fui al hospital y ella estaba en la máquina yo ya estaba preparado. Seguramente tenía resaca, pero estaba preparado para ir al hospital y subir al infierno", mencionó Mike Tyson.
"Una vez allí, vi gente que ya había perdido un hijo o que estaban muriendo y estaban llevándolo con dignidad, por lo que no quise convertirse en el padre histérico. Quise manejar la situación con dignidad. Esos niños también estaban muriendo así que no tenía ningún dereco a comportarme como un psicópata", señaló.
Sin embargo, tras la muerte de su hija, Mike Tyson no pensó en cambiar su forma de vida, y reveló que pasó una semana inhañando cocaína recordando a su pequeña.
(dmv)