La historia de la máquina cementera del Cruz Azul está repleta de grandes figuras que han pasado por sus filas y alcanzado la gloria con el equipo, así como de algunas otras cuya estadía prolongada les ganó un lugar en el recuerdo de los aficionados, sin embargo, el caso de Patricio José Hernández “el Pato Hernández” es especial, pues pese a no ganar el título con la máquina y tener una estadía corta, logró consagrarse en la historia del Cruz Azul como uno de los mejores centrocampistas que ha pasado por equipo.
El Pato Hernández arribó al Cruz Azul para la temporada de 1988 como una figura importante a nivel internacional, pues había formado parte de la plantilla del equipo argentino que jugó en el Mundial de España 82, además de haberse coronado campeón de la Copa Libertadores en 1986 con el River Plate.
Su calidad como futbolista, desatacándose por su excelente juego con la pierna zurda y su contundencia, le ganaron el reconocimiento de la afición cruzazulina desde su primera temporada con el equipo, en la cual, consiguió el premio Citlalli al Mejor Jugador de la Liga por anotar 27 goles en 37 partidos con todo y que no jugaba como delantero.
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En una ocasión el argentino se declaró como un jugador “no tan hábil” con el balón, lo que da muestra de su modestia al considerar que lo que lo caracterizaba no era su calidad sino su compromiso y dedicación, pues afirmó que su “vocación era querer estar las 24 horas en una cancha de futbol”.
El paso del Pato Hernández por el Cruz Azul fue corto pero significativo, pues logró disputar una final contra el acérrimo rival, las águilas del América, en tan sólo su primera temporada con el equipo, temporada que fue brillante para los cruzazulinos, quienes contaban con un equipo de ensueño que los hacia aspirar al campeonato.
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Para aquella final el equipo contaba con un mediocampo conformado por él, Pedro Duana, Romero y Porfirio Jiménez, además de Narciso Cuevas en la delantera, sin embargo, aunque tenían lo necesario para levantar el campeonato, el equipo terminó perdiendo en un encuentro de ida y vuelta que los mantuvo con posibilidades en todo momento.
La final, de ida y vuelta, se jugó en el Estadio Azteca, ante casi 130 mil personas que hicieron sentir el encuentro como un encuentro de mundial, como una “final entre Argentina y Alemania o entre Brasil e Italia”, consideró Pato Hernández.
“Fue una sensación hermosa hacer de local en el Azteca con un equipo tan importante como Cruz Azul, llegar a esa final fue algo hermoso porque nosotros teníamos un gran equipo y el América tenía un equipo formidable, extraordinario, de los mejores América de décadas. Entonces fue muy emotivo, muy lindo, jugué muy bien al fútbol ese año”, recordó.
El argentino consideró que no había nada que reprochar por la pérdida de la final, la cual calificó como una “final hermosa”, “una final muy linda” y “muy bien jugada”, en la cual, el Cruz Azul dio todo lo que tenía pero la contundencia no estuvo con ellos y un gol de diferencia vasto para que el América terminara llevándose la victoria.
Aquel América contaba con jugadores como el ‘Negro’ Santos, a quien el Pato Hernández consideró como “un crack para Europa”, además de Pablito Larios, Zague, estos últimos fueron quienes marcaron los goles del encuentro para el equipo de Coapa. Eran un equipo muy sólido y de mucha experiencia
Luego de esa final el Pato Hernández continuó jugando con el Cruz Azul una temporada más, aunque los cambios implementados por la directiva provocaron que el equipo no pudiese calificar a la Liguilla, aunque su técnica y clase como futbolista quedó marcada en la memoria de los cruzazulinos.
VGB