Los experimentos siguen en la Liga MX, aunque hace unos meses el presidente de la liga, Mikel Arriola, reveló que el repechaje sería eliminado, la realidad es que seguirá la repesca, pero con un nuevo y polémico formato al estilo de la NBA.
Los dueños de los equipos de la Liga MX, se reunieron el lunes para resolver qué pasará con la clasificación del futbol mexicano el próximo torneo Apertura 2023. Mientras los equipos definían a Chivas y Tigres como los protagonistas de la final del Clausura 2023, los dueños ya tienen un nuevo repechaje.
El repechaje seguirá en la Liga MX con algunas modificaciones que se parecen mucho al Play-In de la NBA. La Liga MX anunció que a partir del Apertura 2023, solo clasificarán 10 equipos a la Fase Final del torneo, en lugar de los 12 que tuvimos en este torneo de Clausura.
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Los seis primeros lugares clasificarán directo a los Cuartos de Final.
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El partido entre el quinto y el sexto lugar será el único confirmado para dicha instancia, mientras que del 7 al 10 se enfrentarán para buscar un boleto a la Fiesta Grande de la Liga MX.
El séptimo lugar se enfrentará al octavo mientras que el nueve se verá las caras ante el 10, el ganador del primer encuentro será el sembrado número siete mientras que el perdedor tendrá una segunda oportunidad para clasificar.
El equipo ganador del enfrentamiento entre el 9 contra el 10 se enfrentará al perdedor del primer encuentro, el que resulte vencedor podrá acceder a los Cuartos de Final de la Liga MX donde se enfrentarán ante el Súper Líder de la competencia.
De esta forma los dueños de los equipos de la Liga MX y Mikel Arriola, intentan respaldar el repechaje que tantas críticas ha recibido por ser un formato que permite la “mediocridad” de los equipos, ya que de 18 equipos, lograban clasificar 12.
La polémica continúa porque los dueños de los equipos han sido cuestionados por elevar el número de partidos con el repechaje para aumentar la taquilla, algo que solo se había planteado en la pandemia como apoyo económico a que los equipos pudieran sobreponerse a un torneo cancelado, y otro sin afición.