La Audiencia de Barcelona ha enviado a juicio al exfutbolista del FC Barcelona Dani Alves por un delito de agresión sexual, acusado de violar a una joven en el reservado de una discoteca de Barcelona el pasado mes de diciembre. En un auto, la sección 21ª de la Audiencia confirma el proceso contra exfutbolista brasileño, al concluir que las declaraciones de la víctima y los testigos, así como las pruebas periciales, sustentan suficientes indicios para enviarlo a juicio por un delito de agresión sexual.
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Con esta resolución, se abre un plazo de cinco días para que la Fiscalía y la acusación particular ejercida por la víctima presenten sus escritos de calificación, último trámite antes de fijar la fecha del juicio.
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El exjugador del Barcelona enfrenta a una condena grave tras la denuncia por presunta violación a una joven durante una fiesta en Barcelona. La chica de 22 años denunció los hechos ocurridos en la discoteca Sutton el 30 de diciembre de 2022 y el brasileño está en prisión preventiva desde el pasado 20 de enero de 2023.
Las versiones sobre el caso de violación
Tras su detención Alves en su primera declaración, dio hasta tres versiones distintas de los hechos, ha reconocido hoy por primera vez que mantuvo relaciones sexuales con la joven por vía vaginal y oral en la discoteca Sutton, hasta ahora sólo había admitido una felación, pero ahora dijo que fueron consentidas.
En esa comparecencia del pasado 20 de enero, el deportista mantuvo inicialmente que no conocía a la víctima, admitió después que coincidió con la joven en el baño de la discoteca sin que sucediera nada entre ellos y finalmente, cuando la jueza confrontó sus explicaciones con las pruebas biológicas, sostuvo que la chica le había practicado una felación, de forma consentida.
En el recurso que presentó, sin éxito, para salir de prisión, el deportista brasileño se aferró a la versión de que mantuvo relaciones sexuales consentidas con la denunciante, sin más concreciones.
Alves ha argumentado que en su declaración inicial en el juzgado mintió porque tenía la obsesión de ocultar su infidelidad ante su esposa, la modelo Joana Sanz, quien el mes pasado anunció a través de las redes sociales su intención de separarse de él tras ocho años de matrimonio.
En una nueva declaración en abril de este año, el brasileño señaló que la relación sexual ocurrió después de que ambos se conocieran en la zona VIP de la discoteca Sutton de Barcelona, "en donde bebieron y bailaron juntos" y constataran que existía "tensión sexual" entre ambos desde el primer momento, por lo que acordaron seguir intimando en el baño de la discoteca.
El futbolista ha detallado que al constatar que entre ambos existía "química", propuso a la denunciante seguir intimando en un lugar más privado, en concreto el baño del reservado, del que entraron y salieron por separado.
Las relaciones sexuales que mantuvieron dentro del baño, ha destacado, fueron libres y voluntarias, sin que en ningún momento la joven le pidiera detener la relación.
Alves ha añadido, según su defensa, que ignora por qué motivo la joven lo ha denunciado por violación, pero ha apuntado que la chica pudo sentirse ofendida con él por no haber sido "atento ni afectuoso" cuando terminó la relación y él le pidió que salieran del baño separados, por discreción.