El 7 de mayo de 2025, inicia el cónclave para que el colegio cardenalicio integrado por todos los cardenales que han llegado al Vaticano posteriormente a la muerte del papa Francisco, puedan elegir al nuevo papa, el rictus religioso inicia con la celebración de la eucaristía con la invocación de la presencia del espíritu santo entre los 133 cardenales electores que tienen voz y voto para ser el papa número 267; ya que pueden votar y ser votados.
En alguna entrevista decía el papa Francisco, la elección del sumo pontífice es el acto más monárquico que tiene la Iglesia Católica, ya que está en manos de unos pocos la elección del jerarca de la Iglesia Católica. Y es de una sola persona que dependen los designios de la Iglesia y la religión católica que alberga a 1400 millones de fieles, por ello es la más importante del mundo. Por ello el sucesor de San Pedro, tiene tanto impacto en el mundo y el Estado Vaticano representa igual o más que cualquier jefe de Estado.
Es por ello que, vista a la Iglesia Católica, como Estado, requiere de una serie de mecanismos para poder funcionar, el tener presencia en tantos lugares en el mundo más allá de Roma, Italia, Ciudad del Vaticano, el idioma puente para los religiosos es el “latín” por lo que en estas fechas estaremos escuchando justo que el colegio cardenalicio tiene un sinfín de actos y todo se lleva en latín; todas las reglas, procedimientos y demás situaciones están previstas en el Derecho Canónico, que es el sistema legal que rige la Iglesia Católica, regulando su organización, gobierno, las relaciones entre sus miembros y su relación con el mundo.
Te podría interesar
En el marco del Derecho Canónico, se debe de elegir al siguiente sucesor de San Pedro, a ese evento se le conoce como “cónclave” que tiene origen del latín su significado es “con llave” y es que parte de las reglas para elegir al papa es que deben de estar encerrados y aislados en la Capilla Sixtina lugar en el que los 133 de 135 cardenales que forman el Colegio de Cardenales que cumplen el requisito de tener hasta 80 años de edad para votar están presentes y deben de actuar de manera confidencial en absoluta secrecía, parte de las reglas es que quien participa en el cónclave, incluso con servicios de comida, papelería, etc. Deben de jurar ante la biblia no poder decir nada de lo ocurrido en la capilla Sixtina, la sanción de la indiscreción es la excomunión.
La única forma de tener comunicación con el mundo exterior es a través de una señal a base de humo. Las reglas del cónclave son tan atemporales y místicas que se debe colocar en la capilla Sixtina una chimenea para tal fin, ello estuvo previsto desde su diseño y es increíble que la obra maestra de Miguel Ángel, albergue como evento más importante elegir al sucesor de San Pedro. Los 133 cardenales pasan lista, se sientan los lugares asignados en donde tienen papel y pluma a través del que emitirán su voto y que colocarán en una urna de uno por uno el nombre del cardenal que cada quien desea sea el siguiente papa. Los cardenales de más de 80 años que no votan pueden ser parte de los escrutadores y tendrán una serie de actividades de auxilio al Camarlengo que es un cardenal que, entre otras funciones, es encargarse de las gestiones de los asuntos de la Iglesia cuando no hay papa. Una vez realizado el conteo se da la señal al exterior, para elegir el papa debe tener 2/3 partes del total de los votos, en el cónclave 2025 “año de la esperanza jubilar” se requiere de 89 votos; si se obtienen habrá humo blanco y sino se repite el procedimiento cuando no hay humo blanco sale negro. El color del humo se prepara con químicos que dan esos dos colores al mezclarse con los votos que se queman cada vez que se hace el conteo. El humo blanco genera el anuncio de “Habemus papam” del latín que significa “Hay papa”.
De forma y fondo el proceso del cónclave es algo que debemos de conocer para evitar pifias como las de los “abogados vinculados al narcotráfico” que los consejos revisores del Senado colaron entre los posibles jueces y magistrados que vamos a elegir el próximo 1 de junio y ahora nadie tiene la culpa y nadie puede quitarlos de las boletas; es la diferencia entre tener dogmas jurídicos y rígidos como en el Derecho Canónico y tener muchos legisladores ignorantes e improvisados que cambian las leyes y la Constitución sin respeto a la dogmática jurídica igual que sus calcetines.
Nota al pie de página:
Hay que estar pendientes de lo que ante el vecino país del norte diga el hijo del mayor líder del narcotráfico en México, Ovidio ya pactó y eso implicará hablar de muchas cosas que tienen a nuestro país en una crisis de seguridad, entre ellas de la corrupción.