CONCILIACIÓN LABORAL

La conciliación laboral y esos extraños desaparecidos

Muchos trabajadores despedidos, generalmente con las bolsas vacías, se encuentran en la encrucijada de estar en las citas de conciliación de manera forzosa, o buscar un nuevo empleo. | Manuel Fuentes

Escrito en OPINIÓN el

Con frecuencia me encuentro con trabajadores que ven la conciliación como una especie de afrenta. En la mayoría de los Centros de Conciliación del país tienen que acudir personalmente a solicitar una cita, en ocasiones son ellos mismos quienes deben llevar el citatorio al patrón, acudir a una primera cita quince días después, y posteriormente a otra donde se le requiere de manera obligada su presencia.

Muchos trabajadores despedidos, generalmente con las bolsas vacías, se encuentran en la encrucijada de estar en las citas de conciliación de manera forzosa, o buscar un nuevo empleo. Cuando lo hallan, se percatan que en la nueva oportunidad laboral no pueden faltar para acudir a la cita conciliatoria. El castigo en el Centro de Conciliación es severo; de no presentarse, se archiva sin demora su solicitud. No pueden acudir por medio de un representante o apoderado legal. Deben asistir personalmente, sí o sí.

Muchos de ellos desaparecen. Algunos desesperados lo intentan de nuevo, pero se encuentran con la dificultad de que, para acceder a ese “derecho”, deben formarse en una larga fila para alcanzar una ficha y que se pueda citar a su patrón, siempre y cuando no hayan transcurrido más de dos meses de su separación.

Se convierten en los ausentes de una reforma laboral que ideó la obligación de una cita conciliatoria forzosamente presencial como condición para acudir ante un juez laboral.

Los desaparecidos se convierten en una cifra inexplicable de solicitudes truncas de conciliaciones, que no llegan a materializarse por la imposibilidad de los trabajadores de acudir a las oficinas gubernamentales. Mario Benedetti, en el poema Desaparecidos, que detiene la respiración, escribía:

“…ven pasar árboles y pájaros

e ignoran a qué sombra pertenecen”

Las cifras oficiales de los Centros de Conciliación de cada una de las entidades federativas llaman la atención por la desproporcionada cantidad de solicitudes de conciliaciones, comparado con la suma de asuntos convenidos y los que no lograron convenirse.

Durante el periodo de noviembre de 2020 a marzo de 2025, los Centros de Conciliación locales del país admitieron 2 millones 083 mil 379 solicitudes de asuntos individuales, y el 85.63% de ellos tuvieron los siguientes trámites:

Sin embargo, hubo 299 mil 446 solicitudes que no siguieron su cauce conciliatorio. Es decir, el 14.37% del total de las solicitudes ya no continuaron adelante:

Se observa que 11 Estados de la República acapararon más de las 2/3 partes del total de solicitudes de asuntos individuales. Esto es, admitieron 1 millón 413 mil 941 de un universo de 2 millones 083 mil 379 solicitudes de asuntos individuales:

En el Estado de México es donde se encuentra el mayor número de solicitudes de asuntos individuales que ya no siguieron su cauce conciliatorio (50 mil 583), seguido por la Ciudad de México (27 mil 537), Baja California (22 mil 739) y Jalisco (21 mil 948):

Cabe mencionar que no todos los estados de la República tienen la misma política sobre las citas conciliatorias de manera obligatoria presencial. Por ejemplo, en semanas recientes en el estado de Chihuahua, pude presenciar la atención del propio Secretario de Trabajo de la entidad, Diódoro Siller, quien por la extensión territorial del estado, implementó las conciliaciones vía remota. Incluso los convenios se validan mediante firma electrónica, sin la necesidad de requerir la presencia física de funcionarios o de las partes en conflicto.

Lo mismo ocurre en los Centros de Conciliación a nivel federal donde ya han implementado las conciliaciones vía remota, en las que se requiere la atención de cientos de trabajadores que reclaman el ejercicio de un derecho.

La conciliación necesita contar con Centros de Conciliación apropiados funcionalmente hablando, desde el punto de vista del personal debidamente capacitado, suficiencia de recursos y bajo un procedimiento expedito, con objeto de contribuir a la prevención y solución de los conflictos de trabajo entre patrones y trabajadores.

A pesar de lo absurdo de la Ley Federal del Trabajo de separar la conciliación de los juzgados laborales, por los costos enormes que ello significa, hay entidades de la República que buscan la manera de evitar que la conciliación se vea como muralla de ejercicio de sus derechos.

Falta mucho por enmendar en la reforma laboral que, a seis años de su nacimiento, presenta enormes retos que, ante la estrechez del presupuesto, quienes la padecen de sobremanera, son los trabajadores.

¿Quién atenderá a los desaparecidos de los Centros de Conciliación y que ahora son sólo cifras en negativo?

 

Manuel Fuentes

@Manuel_FuentesM