SINDICALISMO

Los sindicatos como seres vivos

Existen trabajadores que están cansados de discursos y buscan hechos. | Manuel Fuentes

Escrito en OPINIÓN el

A veces imagino ser un científico y, en mi laboratorio, a través de lentes especiales, poder observar a los sindicatos como si fueran seres vivos, porque lo son. Unos están en constante cambio, comparten experiencias con sus pares, se capacitan constantemente y buscan crecer ante una modernidad que tiene por objeto destruirlos.

Otros que van en sentido contrario, enmohecidos, sumergidos en sí mismos, en mundos pequeños, sin salir de sus escondrijos.

También hay sindicatos que no lo son, que están muertos desde su origen porque los patrones los hicieron suyos. Quienes están a la cabeza no fueron electos por los trabajadores, sino desde escritorios de despachos patronales. Allí juntan firmas pagadas, formalizan asambleas ficticias, aparentan votos secretos y arman urnas falsas para engañar a las autoridades.

Hay organizaciones gremiales que viven como viejos, apolillados, sin querer renovarse. No quieren y no se atreven a salir de esas paredes que se imaginan que los rodean, por temor a morir, sin estar conscientes de que ya lo están.

Otros se encuentran atrapados por sus líderes, quienes sólo se miran al espejo o se nutren de las arcas ilegítimamente, o por abogados que sustituyen a los trabajadores, que se sienten iluminados y no dejan crecer a sus organizaciones.

José Merced González Guerra, amigo entrañable, quien falleció apenas este pasado 4 de julio decía:

“Los trabajadores están cansados de discursos y de palabras, quieren hechos concretos…”

Él, señalaba insistentemente en todos los foros que se requería una reconversión sindical auténtica:

“…pero sobre todo de sus representantes, de sus directivos, de sus cuadros, con la erradicación del doble lenguaje.”

José Merced era un hombre preocupado por dejar claro que la esencia de los sindicatos era procurar mejorar las condiciones de vida y de trabajo de sus agremiados. Que éstos requerían:

“…superar la crisis de sus objetivos, métodos de acción, su estructura y funcionamiento, que fueron eficientes en la era industrial, pero que en la actualidad exigen replantearse”.

José Merced insistió toda su vida en la necesidad de impulsar escuelas de formación sindical bajo una perspectiva social y global. Fue de los pocos personajes en nuestro país que formó incontables cuadros sindicales provenientes de todas las corrientes, desde las grandes centrales hasta quienes pertenecían a pequeños sindicatos o carecían de ellos.

A través de seminarios, conferencias, cursos y talleres, promovía la unidad de los trabajadores y luchaba para que se extinguieran las malas prácticas sindicales. En el año de 1991 pudo contribuir a detener la grave división sindical en la CTM que promovía el gobierno sonorense en esos años. Por más de 30 años apoyó a sindicatos universitarios, telefonistas, del seguro social, trabajadores del estado, entre muchos otros.

La trilogía inolvidable que compartía entre los trabajadores para que la llevaran a cabo era:

“Formación, Organización y Acción”.

Él como pocos, pudo percatarse que no es suficiente que los sindicatos aparenten cierta democracia sino deben tener estatutos que permitan una participación plena de sus agremiados.

José Merced alertaba que el estatuto sindical de antaño ha servido como instrumento de control y no de participación entre todos los afiliados; él decía de manera reiterada:

“Debe revisarse la estructura y funcionamiento de los sindicatos, su declaración de principios para adecuar contenido ideo político frente a la realidad actual.”

“Revisar estatutos, para que efectivamente respondan al quehacer, a los derechos y obligaciones de los trabajadores, pero sobre todo a la democracia interna, a la participación de todos sus integrantes en todo el quehacer de la organización y acción sindical”.

A José Merced le debemos la visión del quehacer sindical democrático y de formación continua. Era afable en su trato, hombre de gesto serio, pero profundamente comprometido con su trabajo de enaltecer el papel de las organizaciones de los trabajadores.

Como fundador del Centro Nacional de Promoción Social, A.C. (CENPROS) impulsó la publicación mensual de la revista “Trabajo y democracia hoy”, posiblemente de los pocos medios sindicales con una visión plural que analizaba los problemas coyunturales que continúan enfrentando los trabajadores y sus sindicatos.

En el último número de la revista de CENPROS, señalaba que el objetivo desde su nacimiento siempre ha sido:

“…trabajar en la formación, para motivar la conciencia de los trabajadores, del pueblo, del ciudadano y para superar la conciencia ingenua, para desarrollar la conciencia crítica y política que nos permita, con sentido de responsabilidad, participar en el quehacer de la organización social, civil, sindical, política, económica…”

Vaya un abrazo solidario para su esposa Ana Elena Dorantes Díaz, al director de CENPROS, Pedro Villegas Rojas y al Coordinador editorial de la revista “Trabajo y Democracia hoy”, Atenójenes Pineda Escamilla, y a todos quienes convivieron con el maestro José Merced González que entregó su vida, en cuerpo y alma, en favor de los trabajadores.

 

Manuel Fuentes

@Manuel_FuentesM