Cuando comenzó la guerra de Ucrania, una de las principales preocupaciones de la Unión Europea estaba relacionada con el abastecimiento de gas natural para sus miembros. En 2021, antes de la invasión, Rusia proveía a Europa más del 40% del gas natural y Gas Natural Licuado (GNL) importado a través de buques metaneros. España, Francia y Bélgica eran algunos de sus principales clientes, así como Hungría, que abiertamente respaldaba al régimen ruso.
Esta economía representaba cerca de 63 mil millones de euros, lo cual significaba el 84% del gas consumido en Europa. Sin embargo, la ocupación y las restricciones económicas han obligado a Europa a diversificarse, reduciendo su dependencia del gas ruso a un 8%. En 2022, una de las principales vías para el transporte del gas, el Nord Stream I, que transportaba más de 55 mil millones de metros cúbicos de gas al año, sufrió un sabotaje consistente en una serie de explosiones cerca de la isla de Bornholm en el mar Báltico, afectando tres de sus cuatro tuberías y dejándolas inoperativas. El Nord Stream II no sufrió daños, pero debido a las restricciones se mantiene sin operación. Existe la preocupación de que estos gasoductos podrían quedar inutilizados por la entrada de agua y la corrosión interna, lo cual podría hacerlos completamente inoperables .
Respuesta de Rusia
Rusia giró hacia China, que debido a su expansión económica mantiene una necesidad de 415.7 mil millones de metros cúbicos de gas. Además, el gobierno chino tiene la necesidad imperante de transitar a energías limpias, importando actualmente 77 millones de toneladas de gas. La asociación estratégica entre ambos países a través del gasoducto "Power of Siberia" podría llegar a ocupar su capacidad total, ayudando a China a disminuir su dependencia del gas licuado y a tener un suministro más estable a largo plazo. Esto le permitiría a China sustentar su crecimiento económico y a Rusia contar con un aliado estratégico para aliviar las tensiones económicas con Occidente .
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Respuesta de Europa
Europa, por su parte, ha optado por comprar gas a Estados Unidos y a Noruega, este último alcanzando exportar el 30% del total de las importaciones de gas a Europa, mientras que Estados Unidos contribuye con el 19%. Qatar, Argelia, Egipto, Nigeria y Azerbaiyán han expandido sus estrategias de regasificación para asegurar el suministro. Israel también ha aumentado su exportación de gas natural, pudiendo alcanzar cerca del 10% con la puesta en marcha de los campos de Karish y Tanin y con campos en desarrollo en Grecia y Chipre, proyectándose como una vía a largo plazo para tener más dominancia en el sector energético .
Tensión en Medio Oriente
Sin embargo, la preocupación de Europa y Estados Unidos ha virado drásticamente hacia Medio Oriente en los últimos días. Amos Hochstein, enviado especial de Estados Unidos, visitó Beirut para reunirse con Nabih Berri, presidente del parlamento libanés, en un intento de frenar una escalada en la región debido a las crecientes tensiones entre el Gobierno de Israel y el grupo extremista Hezbollah, que ha amenazado con sabotear las instalaciones energéticas israelíes, lo cual pondría en jaque la demanda de gas de Europa. Recordemos que Hezbollah cuenta con el apoyo de Irán. Los países miembros de la Unión Europea han tenido que refutar nuevas sanciones contra el gas ruso, con una clara oposición alemana, ya que Berlín temía una medida que obligaría a las empresas de la UE a garantizar que sus clientes no puedan vender productos sancionados a Moscú .
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