MOVIMIENTO POR LA PAZ CON JUSTICIA Y DIGNIDAD

La actualidad del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad

A 13 años del nacimiento del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad ¿de qué manera podría pensarse su actualidad? | Eduardo Cruz García*

Escrito en OPINIÓN el

A 13 años del nacimiento del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad ¿de qué manera podría pensarse su actualidad? Una de las respuestas que identifico es, precisamente, con el estudio de la memoria en relación con la democracia y, también, desde un ámbito práctico.  

El MPJD surge en el año 2011 en el marco de la guerra contra el crimen organizado del expresidente Felipe Calderón a consecuencia del incremento de la violencia traducida a desapariciones forzadas y asesinatos a plena luz del día. Juan Francisco Sicilia, hijo del poeta Javier Sicilia, fue asesinado junto con sus amigos en Morelos el 27 de marzo de 2011. Dicho acontecimiento perpetrado a una figura pública permitió que se visibilizarán los daños irreparables generados a los mexicanos, por lo cual las víctimas encontraron la oportunidad para manifestarse. A partir de ahí, las caravanas, las marchas, los diálogos, la poesía, la organización interna y externa articularían una protesta ignota y original en la historia de México. Sin embargo, habría que decir que hoy en día la participación del movimiento es totalmente esporádica o incluso inexistente.  

Para identificar la actualidad considero que necesitamos actualizarnos respecto del arsenal teórico disponible para pensar a los movimientos sociales. Para resolver lo anterior Marco Estrada Saavedra propone ir más allá de los paradigmas de la identidad y la estrategia y dejar usar el término de movimientos sociales y emplear el de sistemas de protesta, entonces construye una teoría general que permite delinear la unidad y la diferencia, además, del análisis de tres niveles micro, meso y macro. (Estrada; 2015).  

El sistema de protesta, entonces, se entiende como una comunicación dirigida a la reconstrucción del conflicto contra el gobierno, medios e instituciones –sistemas–. Se caracteriza por tener una base de interacción interna, organización y relaciones externas. Luego se crean estructuras comunicativas que permiten la movilización, distribución de recursos, definir una perspectiva de actuación, mecanismos de conducción, reclutamiento, definición de identidad y el establecimiento de alianzas (Estrada, Marco;2015).  

Entonces, con la propuesta de Estrada podría pensarse nuevamente la estructura, la organización sistémica interior del MPJD en relación con las estructuras exteriores para rescatar, cuestionar e innovar en estrategias de acción en un ámbito práctico y, por otro lado, desde la academia para explorar y explicar su historia y memoria con nuevos insumos analíticos. En este último ámbito cabe preguntarse ¿de qué manera se podría recopilar la información necesaria para poder realizar estudios? Uno de los varios caminos, podría ser a través de los recuerdos de sus miembros recabados a través de la Historia Oral. 

La Historia Oral es una metodología, método y un medio de la memoria. Astrid Erll sostiene que la memoria colectiva no se puede pensar sin los dispositivos mediales, pues el punto de encuentro entre la dimensión individual y colectiva son los medios. “Los recuerdos personales pueden adquirir relevancia colectiva sólo a través de la representación y la distribución medial” (Erll; 2012: 170) y, también, los recuerdos permiten no solo reconstruir el pasado, sino también reconstruyen la realidad presente y futura, en ese sentido ¿qué podrían decir los recuerdos del MPJD sobre el pasado, el presente y el futuro de la democracia mexicana?

La democracia mexicana tiene mucho que mejorar en cuanto al Estado de Derecho, las rendiciones de cuentas, la participación política, las libertades y la igualdad, frente a esto el MPJD ha sido uno de los pocos, tal vez el único en México, en plantear como exigencia un cambio al sistema democrático. Se trata de una novedad que no solo se expresa en su exigencia de querer mejorar la democracia, también su organización interna y acciones se podrían considerar como democráticas. Entonces, este sistema de protesta podría enseñar mucho sobre cómo hacer resiliencia democrática (Gordillo Johan; 2024).

En suma, la actualidad del MPJD radica en que es necesario seguir investigando desde la academia al sistema de protesta y también aprender de sus logros y errores para la manifestación en las calles dada la situación de violencia y las injusticias cometidas día con día. El contexto de inseguridad en el país prevalece hasta el presente y el futuro se torna desalentador (Ferri Pablo; 2024). Sigamos pensando los estudios de los sistemas de protesta con nuevos insumos analíticos y, particularmente, el del MPJD

Fuentes consultadas:

Estrada Saavedra, Marco. (2015).  Sistemas de protesta. Esbozo de un modelo no accionalista para el estudio de los movimientos sociales. Tomo I. El Colegio de México. 

Erll, Astrid. (2012). Memoria colectiva y culturas del recuerdo. Estudio introductorio. Universidad de los Andes, Facultad de Ciencias Sociales-CESO- Departamento de Lenguajes y Estudios Socioculturales. Traductoras, Johanna Córdoba y Tatjana Louis. Colombia. 

Gordillo García, Johan. (2024). El dolor no es un “show”: las víctimas de la violencia frente al poder presidencial en México. En: ¿Cómo se sostiene la democracia? La resiliencia democrática en México, coordinado por Miguel Armando López Leyva y Alejandro Monsiváis Carrillo, IIS-UNAM.  

Ferri, Pablo. (2024). México mantiene los altos niveles de violencia y registra 20,523 asesinatos en 2023. El país, consultado en: https://elpais.com/mexico/2024-01-16/mexico-mantiene-los-altos-niveles-de-violencia-y-registra-30523-asesinatos-en-2023.html

Eduardo Cruz García*

Licenciado en Lengua y Literaturas Modernas (alemanas) por la UNAM, licenciado con mención honorífica en Ciencia Política y Administración Urbana por la UACM. Actualmente se encuentra en dos procesos de titulación, de la Lic. en Filosofía e Historia de las Ideas por la UACM y, también, en la maestría en Sociología Política por el Instituto Mora y en esa última institución es candidato al doctorado en Estudios del Desarrollo. 

 

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