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SLP: Lo mismo pero en alianza

Arrancaron las campañas para elecciones federales en San Luis Potosí, con estrategias políticas cuestionables y una falta de renovación en los perfiles de los candidatos. | Adriana Ochoa

Escrito en OPINIÓN el

Arrancaron las campañas para elecciones federales y si bien a las locales les faltan semanas para integrarse a la caravana en busca del voto, queda poco espacio para que el lector se sorprenda. Esta vez en la lógica de echar montón como estrategia ante la tendencia a resultados electorales cada vez más cerrados, los partidos lejos de diversificar y enriquecer opciones nos estrecharon la gama.

Si a raíz de esas sumas de partidos alguien albergó la esperanza de perfiles nuevos, con posturas más cercanas a la sociedad civil e incluso el impulso conjunto para candidatos ciudadanos, muy pronto los partidos participantes nos presentaron de qué iban sus procesos selectivos para proponernos que les votemos.

De un frente y otro, acordaron “cuadrar” un reparto de posiciones que privilegió, en todos los casos, la supervivencia y reciclaje de sus respectivos apparatchiks, los cargos que han seguido ciegamente a los dirigentes en turno en los partidos, las “estructuras”, los facciosos afines y a la ortodoxia más resiliente a las adversidades de una elección tras otra. 

Sacaron los mandones reales de los partidos en el estado los arsenales de mañas, trucos y disfraces de liebre para gatos. No valió aquí el dicho que exenta a los gitanos de regalarse entre sí la predicción del futuro en la palma de la mano. Trastadas entre ellos también las hay, con cláusulas fuera de negociación o imperdonables. Por algo el PRI que preside doña Sara Rocha anunció la promoción de excepciones en las alianzas convenidas con PAN y PRD para las elecciones de alcaldes en Xilitla, Rioverde y Ciudad Valles. En las tres, al PAN le tocó siglar a los candidatos frentistas y sus dirigencias, con licencia e interina, proyectaron perfiles indigeribles, sin presunción de indecencia o con hedor a tocomocho, esa estafa de vender falsos billetes de lotería premiados a un precio inferior al supuesto premio. Vaya que han refinado los azules, vale decir.

En la surrealista Xilitla, el candidato frentista a registrar es un polémico exalcalde panista que abandonó la campaña a la gubernatura de Octavio Pedroza hace tres años y se sumó a la de Ricardo Gallardo Cardona, hoy gobernador. Lo hizo con mucho ruido mediático y tildó al candidato panista de soberbio y hombre sin palabra.

En Rioverde, el presidente estatal del PAN decidió impulsar a un incondicional suyo, un regidor de trayectoria gris y sin militancia panista. Un tufo a “candidato bulto”, a tongo electoral, se extendió hasta los cuarteles de avenida Colosio cuando se enteraron que además de ir candidato a alcalde, también se le ubicaba en la lista de regidurías panistas: no hiciera lo que no hiciera, no se iría en blanco. De manera elegante, el PRI hizo público que encontraba “poco competitivo” a este señor y que le preocupaba no hacer lo suficiente para apoyar en Rioverde la candidatura de Xóchitl Gálvez. Prefiere el tricolor ir solo y registrar a un panista de más proyección.

En la impredecible Ciudad Valles, el PAN de la ahora candidata al Senado Verónica Hernández hizo acuerdos con el expriista y ex candidato a gobernador por Redes Sociales Progresistas José Luis Romero Calzada. El PRI no ve con simpatía el proyecto y preferiría ir con otro candidato propio. 

De ese tono puede continuar el PAN, con toda la oferta local a la decisión del diputado federal Xavier Azuara Zúñiga, incluida la candidatura a diputado federal de su hermano David por el distrito V, un supuesto premio de consolación como “panista desplazado” por el siglado para el PRI de la candidatura frentista a la alcaldía capitalina.

El azuarismo pervivirá en el plan de alcanzar una secretaría en el CEN del partido en la elección de dirigente pasada esta elección, así como en el control del PAN estatal, tal vez con un pariente como gólem en turno. Azuaristas ocupan regidurías en buen número de planillas a las alcaldías y plurinominales “seguras”, casi sin retobos. Los panistas locales han resultado muy docilitos, quizá porque el helor de ser nadie es lo peor cuando no se sabe vivir de otra cosa que no sea el erario. Increíble, pero el PAN potosino sigue sentado sobre el incendio del devastador resultado electoral del 2021.

Si el Frente Corazón por México trae hilos sueltos, candidaturas construidas con bloques sueltos y adeudos mal cerrados, Morena y el partido del gobernador por lo visto irán a las urnas unidos por esposas y a empujones. Los verdes aguantarán la respiración hasta amoratarse si se los pide el jefe real del partido en San Luis Potosí, el gobernador. 

En Morena ya han repartido los espacios federales, que le interesan al presidente López Obrador. Jugarán a dos bandas por el Senado en busca de las tres posiciones en juego, mayoría y primera minoría. Cuidaron la posición de la hermana de la secretaría de Seguridad del país. La esposa del gobernador encabeza la fórmula senatorial Verde, con el operador de las confianzas gallardistas Ignacio Segura como segundo a bordo. 

Candidatos de Morena a diputados federales donde a Morena le interesó, pero van los del gobernador con una especie de compromiso de sacar la elección. El único destacado, por su perfil inusual en el adocenado ejército gólem verde de Gallardo, el empresario Juan Carlos Valladares Eichelmann. Si presumen que esta propuesta es meramente gallardista, hay un material para reconsiderar: su padre, Juan Carlos Valladares García, tiene contactos en la cúpula nacional de ese partido de tiempo atrás, los mismos que incluso apoyaban la idea de que el empresario fuese candidato a gobernador del PRI y del tucán en 2015. El joven Valladares va por el sexto distrito, con un electorado menos lector del “Hola” y demás revistería cuché de la jet set. 

Las decisiones locales, a lo que se ve, se las dejaron al gobernador, para dolor de los morenistas de casa. Todavía no deja morir sus aspiraciones a la alcaldía capitalina Leonel Serrato Sánchez, mientras la propuesta del Verde, Sonia Mendoza Díaz, ni pestañea para asumir que su candidatura es en sociedad con Morena y PT. Serrato a las encuestas que se supone definirían las candidaturas, pero su amado partido no ha dado las mejores muestras de respetar promesas en los métodos de postulación, desde el ya célebre “lo que diga mi dedito” de López Obrador en el PRD.

Con el control absoluto de su franquicia, el Verde, Gallardo ni se complica con dudas sobre el sentir de los morenistas locales porque la verdad monda y lironda es que ni cuentan para su dirigencia nacional, la formal y la real. Lo suyo para el gobernador potosino va de aparecerse en cuanta foto refuerce y magnifique su carácter de aliado del presidente López Obrador, que lo achucha en abrazos como un padre y lo califica “de diez” en sus visitas. 

En las fotos con Claudia, la prolongación de la 4T, Gallardo se ve más interesado en su imagen que en la candidata a la que se ha comprometido a ayudar. En una foto de los dos con “El Canelo” Álvarez, el gobernador potosino mira a la cámara para que lo miren con la estrella del boxeo, mientras abraza con el calor humano de un perchero cromado a la heredera de su aliado. 

Encarrerados por el voto a como dé lugar, los políticos viscosos de siempre, como el expriista y ahora “verde” Oscar Bautista, celebrado por el propio Gallardo en sus recursos de amenazar a campesinos con vigilarlos vía satélite por si pensaban no votar por él. “Ahora tiene drones”, bromeó el mandatario.

Como nunca, las parentelas postuladas sin rubor, como la hermana de la secretaría de Seguridad, abanderada por Morena al Senado; la esposa del gobernador, también al Senado, o el hermano del hombre fuerte de Marko Cortés en el PAN potosino, Xavier Azuara, de candidato a diputado federal.

Que la paciencia y el buen juicio nos ampare.

 

Adriana Ochoa

@ArterialPresion