ARTE URBANO

El arte como resistencia en la Franja de Gaza

El arte, como el muralismo y el break dance, han servido como herramientas de resistencia y terapia en entornos violentos y precarios. | Rubí Celia Ramírez Núñez*

Escrito en OPINIÓN el

El acierto en la investigación me acompaña. El acceso al testimonio en retrospectiva de los procesos de creadoras y creadores de mural y Street art en el espacio público, desde el primer caso que documenté desdobló una sucesión de pasos para llegar a la materialización del manifiesto: ocurre de forma anticipada, la sorpresiva embestida de las ideas, se ensaya, se bocetea, se gestiona toda la logística de espacios, materiales y talleres y se realiza. En el caso concreto de cuatro realizadores-gestores de proyecto que trabajaron con niños, las acciones implementadas por cada uno, se identifica por el espacio y temporalidad en que se realizaron: Gabriela Ferrada en Chillán, Chile, Enrique Chiu en el muro fronterizo de la zona de Playas de Tijuana, Baja California, en Xico Estado de México Stephany Bringas, y en la ciudad de México, la maestra Patricia Quijano Ferrer, Dayron López y Ray Rocha de Chachachá! y Pavel Rodríguez del Centro Cultural Calpulli. 

El concepto de activación en el espacio que con toda claridad me explicó Gabriela Ferrada, Thorn 1985, sugiere un grupo de personas en colectivo “accionándose” para lograr un fin, que por medio del arte utilizado como dispositivo en numerosas ocasiones se pone a prueba para sobrevivir a entornos violentos y/o precarios. En México, algunos de los proyectos subvencionados por entidades gubernamentales tienen un sentido de recuperación de espacios para hacerlos transitables y evitar actos delictivos, que estos sean menos agrestes, sin embargo, falta por consolidar una metodología que involucre la “acción” colectiva de larga duración.

Apenas el pasado sábado 17 de febrero tuve la oportunidad de conversar desde Velbert, Alemania con Ahmed Alghraiz, @sharkcbc  co fundador de The Camps Breakerz, (CB) @campsbreakerz colectivo creado por su hermano Moh Alghraiz en 2004 con la intención de mostrar la resistencia del pueblo palestino en Gaza a través de la danza. En un inicio, hubo mucha reticencia hacia el break dance por tratarse de un estilo de baile occidental, pero que fue disminuyendo con el paso de los años por la labor de acogida que ha proporcionado el colectivo. Ahmed recuerda que a los 8 años que empezó haciendo la acrobacia del “parado de manos”, sus primeras coreografías estuvieron inspiradas por el estilo de baile de Michael Jackson. 

The Camps Breakerz. [Archivo]. (8 de diciembre de 2023) . Campo de refugiados Nuseirat,  Franja de Gaza. [Instagram]. https://www.instagram.com/p/C0msF0dN6hr/ 

Las tareas de CB han tenido interrupciones prolongadas debido a los continuos ataques milicianos a sus espacios, sin embargo, el proyecto fundado por Moh Alghraiz, fue consolidando los ideales del colectivo al establecer la primera escuela de break dance en el campo de refugiados de Nuseirat en Gaza. En 2008 Ahmed se integró a un proyecto de baile para recorrer más localidades en la franja como una oportunidad de esparcir la misión del baile como terapia ante el trauma ocasionado por la guerra. Recordemos que por aquellos años todavía el internet era limitado en gran parte del orbe, la creación de grupos de baile en la franja se logró sobre la marcha de los recorridos. 

Junto con otros dos integrantes de CB, Karim Azzam y Belal Abushawish antes de la guerra de 2014, el colectivo alcanzó la meta de realizar la primera competencia de break dance en la Franja de Gaza y casi de inmediato adaptaron la escuela para brindar refugio a las personas en peligro de perder sus casas y de ser desplazados. Después de estos eventos la comunidad aceptó cada vez más el estilo y la participación de las infancias creció exponencialmente incluyendo la asistencia de niñas que hasta entonces no estaba abierta. En el transcurso de esta temporada, Ahmed inició sus viajes a Europa junto con el crew, aunque encontró apoyo de más personas, fue muy complicado al principio, mientras tanto Moh, Karim y Belal permanecieron en Gaza para que la escuela continuará en funcionamiento. El reto seguía siendo permanecer con vida. 

“[…] no siempre tuvimos el control, pero al estar en una circunstancia de emergencia, aprendí a actuar en estas situaciones, así reflexioné todos los días, del cómo y porqué… Cómo podríamos sacar la escuela adelante… […].” 

Al iniciar su enseñanza como Emergency trauma dance and Expressing therapist and Educator en 2019 en Alemania, reconoció su fortaleza, decidió tomar aire muy profundo y seguir adelante con un grupo de voluntarios europeos que permanecieron en la franja para seguir la activación con grafiti y música rap. En el curso de este tiempo, estaba prohibido poner música: “[…] las personas podrían morir, pero estaba prohibido poner música […] y CB lo logró […]. Ahmed concluye su idea. 

La aparición del Coronavirus paralizó acciones en todos los rincones, a Ahmed le impidió regresar a Gaza después de aproximadamente 5 años fuera, sumado a ello el riesgo de muerte fue/continúa siendo inminente incluso al viajar en automóvil. Para 2022 el CB crew tuvo la intención de organizar una nueva generación, pero el asedio de los drones irrumpe todo atisbo de normalidad, por supuesto el acontecer del baile.

“[…] La terapia para los niños ha sido muy importante para superar el trauma, pero también ha sido sumamente importante para el colectivo, el hecho de sonreír, hace que las personas relajen la mandíbula en movimientos positivos de alguna forma, si, lo hacemos todo el tiempo, todos los días […]”

En 2023, con las herramientas necesarias para iniciar rehabilitación, después de no consolidar el fondeo de proyecto, Ahmed se enfrentó al problema que dentro de la comunidad la población difícilmente se integra por el propio traumatismo sufrido por los constantes bombardeos. Tuvo éxito al formar dos grupos en Gaza, pero después del 7 de octubre de 2023, y a pesar de ello, los fundadores del colectivo asumieron su destino y decidieron seguir adelante, en sus propias palabras: “es necesario tomar cualquier tipo de arte como resistencia, arte significa la forma en la que nos expresamos nosotros mismos contra la injusticia […]”. Concluye su idea.

El movimiento que emprendió el colectivo CB los mantiene agudos y preparados para la acción inmediata, han demostrado que siguen ahí y que harán lo necesario para continuar. Con el inicio de la guerra el pasado octubre, Ahmed se quedó solo, y no fue nada fácil para él permanecer en Gaza, tuvo que organizar primero sus recursos disponibles y las fuentes que lo proveían. Reunió a los niños en su domicilio y en la escuela de danza, todos entraron en pánico, todo lo que trabajaron por años regresó a cero,  

En medio de la ignominia de la guerra, las memorias depositadas en los archivos digitales de las redes sociales muestran los momentos en los que los niños escapan de la depresión y ansiedad que sufren a través del break dance de la cultura hip-hop y las acrobacias de parkour. El reto cada día es mantenerse con vida, el proyecto de The Camps Breakerz Crew obtiene recursos a través del fondeo para complementar necesidades de vestido y de educación de niñas y niños entre 8 y 12 años. A pesar de incluso estar bajo el hostigamiento diario vía e-mail por los detractores, el quehacer del colectivo demuestra nuevamente que cualquier forma de arte se puede anteponer como resistencia no solo de entornos precarios o violentos, sino de los horrores de la guerra per se. El caligrafista y fotoperiodista Belal Khaled incluso ha despojado el miedo a los artefactos de destrucción, resignificando los misiles inutilizados con su caligrafía. El arte es un destello tornasol transformador que choca sobre los escombros del sin sentido del conflicto bélico sobre el pueblo Palestino.

FUENTES CONSULTADAS

 Alghraiz, A. (17 de febrero de 2024). Historia Oral [comunicación virtual]. Delegación Benito Juárez.

*Rubí Celia Ramírez Núñez

Politóloga y Maestra en Gobierno y Asuntos Públicos por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Apoyo en la Coordinación de Investigación del Instituto Mora. Explora las líneas de investigación de espacio público, ciudadanía e instituciones de gobiernos locales. Sus publicaciones “El grafiti, un nuevo muralismo” y “Nuevos muralistas exhiben el coraje del personal de salud”, en la Revista Bicentenario, son resultado del acercamiento a los actores sociales contemporáneos en cultura a través de la historia oral.
 

Instituto Mora

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