SOCIEDAD ESTADOUNIDENSE

Laberintos ideológicos en Estados Unidos

La polarización, exacerbada por el proceso electoral en Estados Unidos, expone contradicciones ideológicas y tensiones sociales, desde debates sobre derechos hasta posturas culturales. | Johannes Jácome

Escrito en OPINIÓN el

Pasaron las elecciones en los Estados Unidos. Hoy seguimos en la cruda de la fiesta viendo los ánimos todavía exaltados por todos lados. Muchos personajes toman sus micrófonos para expresar sus alegrías y sus frustraciones. Llega un momento en que no se entiende bien a bien que parte de la biblia estamos viviendo, si en la que regresa el mesías o en la que a todo se lo lleva el diablo. La única respuesta que escoge el sentido común es que en ninguna de esas, por más que nuestras emociones o convicciones nos digan otra cosa.

Y es que claramente la polarización de la sociedad estadounidense no nació ni se terminó con el proceso electoral, pero ciertamente hizo más visible la división ideológica de los estadounidenses, quienes se dedicaron por meses a echar gasolina a los miedos propios y ajenos.

Es así que en las semanas posteriores al 6 de noviembre han ocurrido varios incidentes, y aparecido comentarios en las redes, que a veces sirven para entender un poco más esta sociedad, otras para ser testigos de circunstancias que ponen a prueba las convicciones de los grupos ideológicos, y en algunos otros casos, para dejarnos perfectamente seguros de que siempre hemos estado confundidos.

Durante las campañas, Lady Gaga se aventó un discurso en Filadelfia, junto a las escaleras hechas famosas en la película de Rocky, describiendo como la mujer estadounidense no tenía una voz, al tiempo de apoyar a la candidata presidencial Kamala Harris. Bueno. Lo doblemente irónico ocurrió cuando después del triunfo de Trump, el propio Rocky, Sylvester Stallone, se refirió a Donald Trump como el segundo George Washington. No recuerdo bien cuando Washington perdió una elección y luego ganó otra, pero está bien. El punto es que ya no sé si las escaleras de Rocky es un símbolo demócrata o republicano, feminista o conservador.

Por supuesto que los conservadores son los que acusan a los progres de hipersensibilidad. A veces tienen razón. Resulta que el futbolista Christian Pulisic, y otros deportistas, traen la moda de celebrar sus jugadas “bailando” al estilo Trump. Hay quienes se sienten ofendidos por eso. Incluso gente como Woopi Goldberg quien aparentemente no pronunciará el nombre del presidente en su programa. A lo mejor si cerramos los ojos y no decimos nada, el presidente deja de existir, parecen pensar. 

Sin embargo, son los republicanos quienes traen la moda de sugerir que son víctimas de violencia vicaria al haber visto en la tele el atentado a Trump. Algo así como que le disparan a otro, pero a mí me duele, ¿no acusaban de esas posturas a los otros?

Los eventos que verdaderamente ponen a prueba las ideologías son aquellos donde las consecuencias no se pueden anular.  En el estado de Colorado, los deudos de las víctimas de la masacre en el bar Club Q, de reconocido perfil LGTBQ+, han demandado a la policía local, por una política de no aplicación de la ley estatal que permite a las policías locales la confiscación temporal de las armas de una persona que presente un riesgo para sí o para la comunidad. En el Condado de El Paso, en Colorado, decidieron no hacer confiscaciones porque era una violación al derecho (casi sagrado para muchos) de toda persona (y todo loco) a tener armas.  El asesino había sido arrestado ya por incidentes previos y había hecho amenazas públicas que luego cumplió. Nadie le quitó sus pistolas. Será interesante ver cómo será defendida esa doctrina conservadora en juicio, ante sus aparentes consecuencias.

Mientras una sentencia nos da un poco de luz, seguiremos tratando de navegar e interpretar la discusión social. En diciembre Netflix estrena su serie “Mary” basada en María, mamá de Jesús. Ha habido una avalancha de críticas porque los actores son judíos o israelíes y no cristianos o palestinos, vaya ¿quién más era cristiano? ¿Moisés?. Uno no sabe si son progres todavía con su recientemente estrenado odio a los judíos, o son conservadores enojados por que se está reemplazando a los cristianos con judíos. No está fácil.

Pero, si queremos retos, hay que leer a Caitlyn Jenner, en su momento la mujer trans más famosa del mundo, hoy en éxtasis por el regreso de Trump a la presidencia, por que se va a acabar la “…locura sexual y transgénero indoctrinada en las mentes de nuestros hermosos niños en Estados Unidos”. Si bien explica que una cosa es ser transgénero y otra, ser promotor ideológico de lo trans, no deja de sorprender lo aparentemente contradictorio del caso.

Nos hemos pasado discutiendo en las últimas semanas la importancia de entender a las figuras de la nueva administración estadounidense. Hagámoslo, sin dejar de prestar atención a su sociedad.

Johannes Jácome

@jacome_cid