ERNESTO KAVI Y LA POESÍA

Ernesto Kavi: ¿para qué escribir poesía?

Ernesto Kavi señala que la poesía es la vida misma porque “siempre estamos ante esa disyuntiva: la destrucción o la salvación por las palabras”. | Manuel Fuentes

Escrito en OPINIÓN el

Siempre me he preguntado a qué hora se despierta la poesía y he descubierto que no tiene tiempo ni espacio. Puede ser en la madrugada, aparece caminando, en cualquier calle, en los enredos del campo o en lo más profundo del mar, hasta en un taller, o en una tienda de campaña donde se guarece una bandera rojinegra de los obreros que protestan.

Yves Bonnefoy

Yves Bonnefoy, poeta francés ya fallecido, decía que la poesía no está solamente en los textos, sino también en aquellos que la escriben.  En el prólogo del libro de Ernesto Kavi, “La luz impronunciable”, dice: 

“La poesía es ante todo la intensificación del poder de las palabras, la restitución que hacemos de su capacidad para designar cosas o personas en toda su profundidad”.

Ernesto Kavi, escritor mexicano, actualmente residente en París, se pregunta:“¿Por qué escribir? ¿Para qué escribir poesía? ¿Sirve de algo? ¿Transforma a los seres humanos? ¿Cambia el mundo?”.

Para responder se apoya en la poeta portuguesa Ana Luísa Amaral, quien cuestiona a aquellos que critican la existencia del feminismo: ¡Como si no hubiese violencia doméstica o diferentes salarios para las mujeres!  Ella ha escrito:

“Yo querría no tener que preocuparme con esas cosas y dedicarme sólo a la poesía abstractamente, pero la poesía no es abstracta, el arte no es abstracto”.

Ernesto Kavi señala que la poesía es la vida misma porque “siempre estamos ante esa disyuntiva: la destrucción o la salvación por las palabras”, y no es algo simple, porque la palabra estremece, mueve hasta lo más profundo.

El poeta dice:

Bajo el sol vi llorar

vi la violencia

Sin consuelo

vi el temblor el ruido la música

la fiebre

vi tinieblas tinieblas tinieblas

sin esperanza de luz de día

vi el trabajo la obra

perfecta la envidia entre todos

vi la miseria 

bajo el sol

vi la vida seguir lejos de nosotros

Kavi, en su artículo “¿Qué hay en un nombre?”, habla de Ana Luísa Amaral, fallecida en agosto de 2022, quien decía que la poesía sirve para estremecer, para mover conciencias, para “ser un vehículo de resistencia contra la barbarie”:

“La poesía nos mueve y nos conmueve, nos toca y puede hacernos mover y protestar. Por alguna razón las revoluciones tienen canciones de protesta y los poetas son presos de las dictaduras”.

En estos días en que ha terminado el año de 2023, y en el que han sucumbido huelgas como las de Notimex por la incapacidad del Estado mexicano que prefiere matar una empresa que atender los derechos de periodistas, o a los miles de migrantes que recorren nuestro país para sobrevivir y huir de la miseria, ¿a ellos les importará la poesía?

El escritor Ernesto Kavi se refiere al drama de los migrantes y al mar Mediterráneo, que se ha convertido en un campo de exterminio.  Dice con voz tensa que existe una política “declarada abiertamente para dejar morir a los migrantes (…) Ayudarlos a sobrevivir es un delito penado con la cárcel”.  Y agrega: “…y pienso en los desiertos mexicanos que son nuestro mar Mediterráneo”.

Kavi pregunta y se responde:

“¿Qué hacen los poetas? ¿Deberían hacer algo? Yo creo que sí. Porque cuidando y protegiendo las palabras, su exactitud, su justicia, su dulzura, su belleza, se defiende también la desnudez que cubren, la desnudez de la vida humana”.

Kavi remata diciendo:

“No la vida física, sino la verdadera, aquella cotidiana e indestructible”.

Al inquirir al poeta a qué vida se refiere como indestructible, se apoya en el escritor Primo Levi, quien menciona que es necesario:

 “…encontrar en nosotros la fuerza de obrar de tal manera que, detrás del nombre, algo nuestro, algo de lo que hemos sido, permanezca. Insistir, en todas las circunstancias, en aquello indestructible que hay en nosotros y que no tiene un único nombre…”.

Kavi se refiere a lo mundano que parece simple, pero es un todo que:

 “…ha creado libros, música, colores, y, sobre todo, la compasión, la bondad, el secreto de lo humano: el pájaro que anuncia la luz, los dedos sin nombre del recién nacido, el animal que nos observa, el tacto del papel, la tierra bajo la lluvia. Tú. Yo. Perfectos. Invulnerables. Protegidos bajo el arcano manto de los nombres”.

El poeta se pregunta:

¿Qué queda al hombre 

de su trabajo

y de su pena

bajo el sol?

Una realidad que la poesía no borra, que la hace evidente, que la ilumina, que la descarna por más que otros la quieran ocultar.

La palabra la hace indestructible, como afirma Ernesto Kavi, no sólo porque la poesía habita en todas partes, sino porque nos da una fuerza infinita, aquella que se retoma de lo más humilde, de la tierra seca, de la constancia, de la pasión que nos da la vida.

Manuel Fuentes

@Manuel_FuentesM