#SOBREMESA

En el 20 de Noviembre limpian, no esterilizan

Personal del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre denuncia falta de instrumental, insumos, medicamentos, entre otros materiales. | Lourdes Mendoza*

Escrito en OPINIÓN el

BB1.- “Como no tenemos instrumental suficiente… por ejemplo, ahora que estamos en contingencia neurológica, las pinzas que utilizamos para las cirugías de cerebro entre una operación y otra sólo se limpian, no se esterilizan, ¡y son pinzas que van al cerebro!”, me decía, con gran frustración, una bata blanca (BB) del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre.

En el Hospital 20 de noviembre hay pasillos con excremento de pájaros.

Platiqué con cuatro batas blancas de este hospital insignia del ISSSTE –qué digo sólo del ISSSTE, del país, y de los pocos que supuestamente brindan atención de tercer nivel–, cuyos testimonios no sólo escuché, sino que pude constatar son escalofriantes, por decir lo menos.

Los médicos y pasantes han sido amenazados por los jefes de no decir la realidad que la institución de salud está viviendo; sin embargo, aceptaron hablar conmigo, respondiendo no sólo a su conciencia, sino también al juramento hipocrático que realizaron.

Trataré de no editorializar lo que escuché y dejando sus propias palabras.

LM.- ¿Qué les falta?

BB2.- “Nos hace falta todo”.

La vestimenta para los pacientes del Hospital 20 de Noviembre está en malas condiciones.

LM.- ¿Podrías ser más explícita? –enojada, muy harta, me volvió a contestar–.

BB2.- “Todo, todo nos hace falta. Insumos… todos. Enfermeras, anestesiólogos, todo. Si no hay paracetamol, que es del cuadro básico, imagínate si tendremos medicamento para especialidades… obvio no”.

Estas son las condiciones del mobiliario y camillas para pacientes del 20 de Noviembre.

BB3.- “Las enfermeras no son suficientes porque no hay presupuesto, y las que hay son sindicalizadas y tampoco quieren trabajar. Los rangos en terapia intensiva son una enfermera por cada paciente y aquí hay tres enfermeras para 12 pacientes; una para cuatro pacientes”.

BB2.- “¿Qué está pasando con las plazas? Las desaparecen o se las dan a aviadores, pero estamos escasos de enfermeras, anestesiólogos, ¡de todo!

LM.- ¿Siempre han estado así?

BB3.- “No, con Yunes empieza a ver una debacle y a expensas del ISSSTE sacó el dinero para su campaña a góber en Veracruz, en los tiempos de Fox. Con Calderón hubo una mejora muy importante, él sí se preocupó y le metió dinero y nos respetaba. Con EPN la pasamos, medio nos mantuvo, pero ahora… le dan prioridad a los médicos cubanos, cuando no nos están dando lo básico a los mexicanos”.

BB1.- “Ellos (los cubanos) no tienen evidencia científica como nosotros”.

El piso de un elevador muestra la falta de higiene en el Hospital 20 de noviembre.

López Obrador denigró la profesión, nos está humillando, y el centro médico, es el hospital cúspide del ISSSTE. Si nosotros estamos así, imagínate cómo estarán los otros”.

Los baños del 20 de Noviembre también muestran falta de mantenimiento.

BB2.- “Sin duda se están ensañando con el ISSSTE. Zoé Robledo siempre figuraba en su séquito. ¿Por qué nunca se paró nadie del ISSSTE?

BB3.- “Nuestras instituciones de salud ahora son dignas de brujos, chamanes, curanderas, parteras y hueseros”.

LM.- ¿Cómo? -pregunté y, de inmediato, me mostraron la evidencia.

BB2.- “Él trabaja en ambas instituciones, y mientras le pagan muchísimos en el IMSS, a mí me dan una miseria en el ISSSTE, y aun así también Zoé los denigra contratando a curanderos, chamanes o hueseros”.

BB1.- “Nos quisieron hacer firmar entradas y salidas, pero no lo permitimos, pero no por flojos, ¡como nos acusan! Sino porque ninguno cobra tiempos extras”.

BB4.- “Hay veces que no firmamos por estar en cirugías, no por estar de fiesta”.

“Nos han sacado del quirófano, sí, de estar en plena cirugía para firmar. ¡No sólo es indignante, puede ser mortal para el paciente!”.

BB1.- ¿Cómo dejaré a un paciente que me lo derivaron (de otro hospital) porque ya nadie lo puede atender? Y aquí no hay tampoco nada. Por eso, y aunque está prohibido, les pedimos a los familiares que compren los medicamentos”.

Los pasillos hacia los quirófanos del Hospital 20 de Noviembre tienen cajas de cartón.

“Durante la pandemia… aquí dejamos de ser todo, dejamos de ser especialistas para bajar al triage, y los cubanos no sabían qué hacer, por lo que jamás entraron”.

BB4.- “Los que damos la cara a los enfermos y sus familiares, somos nosotros. De los diferimientos de citas, de cirugías, de la falta de estudios”.

“Hemos tenido muchísimos problemas. Las amenazas son constantes de que si alzamos la voz nos corren. No hay reactivos en el hospital. Nos obligan a hacer cosas que no se pueden y les decimos: lo hago si usted, como mi supervisor, me firma que yo le digo que no lo puedo hacer”.

BB1.- “Nosotros hacemos ¡mexicanadas! Entra nuestro ingenio para librar la operación ¡sin el instrumental necesario o sin los básicos!

Puertas que deberían permanecer cerradas, están abiertas y dejan ver el mal estado de las instalaciones.

BB4.- “Desde finales de marzo estamos sin jalea lubricante pero poner sondas en la nariz, urinarias, para hacer tactos vaginales o rectales”.

BB3.- “Las jefas son elegidas a dedazo, igual que la directora. No están capacitadas ni tienen el perfil ni los estudios o la experiencia. Deberían hacer como antes, con exámenes de inducción al puesto”.

BB4.- “Realizamos cirugías a 40 grados centígrados, puesto que los aires acondicionados no sirven. Varias mesas quirúrgicas se vencen y se va pa’ atrás, con pacientes de más de 100 kilos, y no les importan, así las siguen poniendo”.

Camillas para llevar a pacientes al quirófano y muebles para revisión de pacientes en mal estado.

BB2.- “En la sala 10 encontramos una ardilla. En la sala 12, quirófano, una gata dio a luz a sus cuatro gatitos; a uno le comieron los ojos las ratas. Afuera de los quirófanos hay bodegas improvisadas; de hecho, ayer nos salió una cucaracha con alas. Los quirófanos 4 y 8 se inundan con cada lluvia”.

BB1.- “Pero qué tal pintaron el estacionamiento y ponen flores y hasta rosales para la visita de Zenteno. Ah, y el doctor Elizalde, subdirector médico, ordenó poner un plafón para que Zenteno no viera el hoyo, ¡pero en cirugías los que espantamos moscas y moscos somos nosotros!

Las instalaciones públicas muestran una cara diferente a la que se vive dentro del 20 de Noviembre.

“¡Después de este hospital ya no hay nada! Porque somos de tercer nivel; es decir, el hospital cúspide. De hecho, somos de especialidad. Si así está la cumbre…”.

BB3.- “Contamos sólo con siete incubadoras en cuidados intensivos neonatales para todo el país”.

BB4.- “Hicimos un trasplante de hígado, pero el custodiol, medicamento para preservar el hígado, no lo surtieron. “Hasta que la coordinación lo autorice”, decían. El hígado es un órgano vital que lleva prioridad… “no te lo doy porque ¡qué tal que te lo robas!”.

Leído lo anterior, lo único que me queda por decir en esta columna es: qué feliz y satisfecho se veía Zenteno inaugurando el área de urgencias, que me dicen es, más bien, de admisión continua, pues “no tenemos ni medicamentos, ni instrumental, ni nada para atenderlos”.

Dimensionando la humillación (BB1)

“Un futuro médico, en el quinto año de carrera, en su internado en el IMSS gana 2 mil pesos al mes. A los ninis, la ‘4T’ les regala 5 mil pesos al mes. Los médicos pasantes ganan 2 mil 500 al mes.

El cierre ya es mío y sí voy a editorializar…

Con esto, ¿cómo se atreven a presumir ahorros en salud? Porque, repito, el Centro Médico Nacional no es una clínica de pueblo, es un hospital de tercer nivel. Es la joya de la corona. Y después de este no hay más, no hay a dónde los derechohabientes puedan ir… bueno, sí, a uno privado.

La columna de Lourdes Mendoza Peñaloza se publicó originalmente en El Financiero, reproducida aquí con autorización de la autora.

* Lourdes Mendoza Peñaloza es una periodista mexicana especializada en finanzas, política y sociales, con más de 20 años de experiencia en medios electrónicos, impresos, radio y televisión.