Sus cuerpecitos yacían abandonados entre matorrales, muy a la vista. Los dejaron ahí durante la madrugada del sábado 18 de febrero. Reportes preliminares dicen que tendrían entre 9 y 7 años de edad. La niña vestía un pantaloncito de mezclilla azul claro, sudadera del mismo color y portaba una chamarra a la cintura. Junto a ella estaba el niño, quien vestía un pantaloncito negro, playera verde con rayas guindas y zapatos negros.
Según reporte oficial, los pequeños habrían sido asfixiados al finalizar la noche del viernes y comienzos del sábado 18 de febrero. Sus cuerpos fueron encontrados el sábado 19 de febrero, a las 7.30 de la mañana a orillas de la carretera entre Juchitán y El Espinal, en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca.
También se sabe que los niños eran obligados a vender frituras y golosinas por las calles de la colonia Fidel Peña, del municipio de Juchitán de Zaragoza, de donde eran originarios. Una colonia en la que predomina la pobreza. Y que al momento hay un detenido dentro del proceso de investigación.
El tema es que la muerte de estos pequeños, niños queridos, duele fuerte. ¿Quién fue capaz de tan gran atrocidad? ¿Quién es tan de tal enfermedad criminal que le produce la muerte a dos seres inofensivos, niños ellos, cuando apenas inician la vida con todas las expectativas por delante y con la posibilidad de abandonar ese infierno en el que probablemente vivían. ¿Quién o quiénes fueron las bestias asesinas de estos dos ángeles niños que ya no están?
Ocurre en un estado de la República Mexicana, Oaxaca, en donde es cada día más creciente el homicidio doloso. el crimen violento, la delincuencia y la presencia de grupos del crimen organizado y la impunidad. Todos estos son fenómenos que dañan la convivencia, generan temor, miedo y repudio. Y dan muestras de que es por ahí en donde se percibe la incapacidad de gobernar y se acrecienta la ingobernabilidad.
Según información de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), tan sólo en los dos primeros días del año 2023, Oaxaca acumuló cinco personas asesinadas de forma violenta. Y de ahí en adelante los homicidios se han incrementado de forma desproporcionada.
Por su parte, la organización feminista DataCívica, en colaboración con el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), sumó siete eventos de violencia criminal en Oaxaca, del 1 al 31 de enero de 2023, de los cuales seis fueron por asesinatos y uno se trató de un ataque armado.
Ataque armado que ocurrió la tarde del 14 de febrero cuando fueron asesinadas cinco personas en la plaza principal del ayuntamiento municipal de Santiago Amoltepec, en la Sierra Sur de Oaxaca y en el que murieron tres integrantes de una familia y dos guardias.
Antes: Nueve personas fueron asesinadas en Oaxaca el fin de semana del 4-5 de febrero, según el reporte diario de homicidios dolosos de la Secretaría de Gobernación (Segob). Entre estos asesinatos, cuatro eran integrantes de una misma familia.
El día 4 de febrero cuatro integrantes de una familia fueron asesinados en San Miguel Soyaltepec, municipio ubicado en la región de la Cuenca del Papaloapan. El domingo 5 de febrero, un hombre identificado de 79 años de edad fue asesinado en Santa María Atzompa; otro fue asesinado en Santiago Tamazola, municipio de la región del Istmo de Tehuantepec, y uno más en Santa María Mixtequilla, también con disparos de arma de fuego…
El día a día en Oaxaca ocurre entre información de hechos violentos, crimen, agravios, enfrentamientos, corrupción e impunidad.
Sí, han ocurrido hechos criminales en gobiernos anteriores en Oaxaca, pero pocas veces en el nivel en el que ya hoy ocurren en la entidad, y sobre todo que para evitarlo el gobierno federal presume que el Ejército y la Guardia Nacional colaboran para evitar estos fenómenos antisociales. Aun así las cifras crecen.
La mayoría de los 570 municipios también tienen problemas de inseguridad y los atienden a medias con cuerpos de policías apenas capacitados para enfrentar situaciones peligrosas, las que podrían incrementarse en los meses siguientes. Los gobiernos dan respuestas políticas. Los ciudadanos viven entre la inseguridad y el miedo.
Parece predominar en el actual gobierno la política federal del “Abrazos, no balazos”. Esta retórica genera incremento criminal, pero también la seguridad de que nada pasará y que la ley está sometida a un mandato que produce impunidad y más inseguridad y más ingobernabilidad.
Eso es lo que ocurre hoy en Oaxaca a poco menos de dos meses de iniciar este año. Ojalá que en políticas públicas predomine la seguridad pública y social, la armonía, la convivencia, la justicia y la no impunidad.
Mientras tanto dos ángeles, Perla y Daniel. Ella de 9 años, él de 7. Dos pequeños ángeles que vendían chicharrines por las calles ya no están aquí. Ya no están en Oaxaca, de donde eran y en donde están y estarán siempre.