Beatriz Pagés es la directora de la revista “Siempre!” que heredó de su padre José Pagés Llergo. Fue parte del equipo de campaña de Roberto Madrazo a la presidencia, es una opositora (rabiosa) al gobierno de la cuarta transformación y se ha referido antes a Claudia Sheinbaum como “la escuálida” y la “hiena con piel de oveja”. Con la más reciente portada de la revista “Siempre!” sus excesos atravesaron los límites de cuánto puede ser aceptable en una sociedad mínimamente civilizada e informada. La portada abraza –sin pudor alguno– la infamia.
Una mexicana de orígenes judíos aparece de perfil con una banda alrededor de la cabeza con la esvástica repetida cinco veces. En las caricaturas se tiende a exagerar los rasgos de las personas, pero claro, en este caso, justo es la nariz la que se alarga y la barbilla la que se hace más prominente, un clásico de la caricaturización de las personas judías en la propaganda antisemita. La esvástica que en principio significaba “bienestar” y un llamado a la “buena fortuna”, fue elegida por Adolf Hitler como el símbolo del Tercer Reich cuyo expansionismo y doctrina basada en la “superioridad de la raza aria” y la “limpieza étnica” provocaría los horrores de la segunda guerra mundial, el sometimiento de los países ocupados y el exterminio de millones de personas.
Judíos, personas con discapacidad, gitanos exterminados tan solo por existir. Homosexuales, Testigos de Jehová, opositores políticos explotados hasta la muerte en los campos de trabajos forzados. Beatriz Pagés con su portada intenta despertar un cierto antisemitismo latente en México y aprovechar la tragedia de Gaza y los intolerables abusos del sionismo contra la población civil para crear una confusión que es la suma de argumentos contradictorios y falaces. Los opositores a Sheinbaum con frecuencia la llaman “la judía”, pero extrapolando sus orígenes en toda arbitrariedad, también la llaman “la sionista”.
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En redes el sionismo ha sido abundantemente cuestionado como una réplica del nazismo. Sumemos entonces, dos más dos para que nos de ocho: Claudia es judía. Claudia es “sionista”. Claudia es una “nazi”. En la cultura mexicana la Shoah (el holocausto) sigue siendo para la mayoría de la población una realidad geográfica y emocionalmente lejana. Una portada como la de la revista “Siempre!” sería impensable en países como Francia que sufrieron la ocupación. Me imagino los costos para una revista de derecha ridiculizando a la ex ministra de orígenes judíos Simone Veil con una hilera de esvásticas alrededor de la cabeza.
Beatriz Pagés supuso que en México su antisemitismo brutal pasaría desapercibido como lo que es: una vileza intolerable y que, además, sus ataques incendiarían las redes contra Claudia a la manera de Antonio Sola con su frase: “López Obrador es un peligro para México” que fue parte de la campaña de Felipe Calderón orquestada por Antonio Solá con reminiscencias de la campaña de propaganda del Tercer Reich. “Los judíos son un peligro par Alemania”. “La homosexualidad es un peligro para el Tercer Reich”.
“En el equipo de Sheinbaum hay sobre todo colaboracionistas”, dice Beatriz Pagés, esta última palabra es una referencia muy clara a las personas que en los países ocupados “colaboraron” con los nazis. Colaboracionistas fueron quienes trabajaron en favor del ocupante traicionando a su pueblo. Pero, en su disparatada “elocuencia” sin límites ni fronteras nos dice: “Los exterminadores de México no solo serán los SS de la 4T”. Con “exterminio –en el contexto del nazismo– la alusión es clara: se llama Auschwitz, se llama Ravensbrück. Se llama deportación, trenes de la muerte, cámara de gases.
¿Quiénes eran los SS tan irresponsablemente enunciados? La policía del Tercer Reich dirigida por Heinrich Himmler el ideólogo y operador de la “solución final al problema judío”. El encargado de preservar “la pureza racial”. Los SS controlaban el origen étnico de las personas. ¿Quién es ario? ¿qué tan ario? ¿quién no lo es y se considera por lo tanto “indeseable”. La portada de la revista “Siempre!”, lejos de circular despertando el odio ciego que su directora esperaba, provocó una ola de indignación. No estamos hablando ya de elecciones, ni de partidos, ni de proyectos de nación, estamos hablando de la banalización del exterminio sistemático desde el Estado.
El sábado pasado se publicó en los periódicos La Jornada y Reforma una carta abierta firmada por personas de las más diversas posiciones políticas exigiendo el retiro de la portada de circulación: “La señora Beatriz Pagés y su equipo editorial cruzaron una línea inadmisible en los tiempos que vivimos. La portada no sólo es deshonesta y ofensiva contra Claudia Sheinbaum, sino con las verdaderas víctimas del fascismo, con sus familiares y con los millones de personas que han luchado por la memoria y la no repetición”.
“Les recordamos a todos los actores políticos y mediáticos que hay una sociedad vigilante que no permitirá el discurso discriminatorio contra ninguna minoría o grupo vulnerado”.