Nuestro querido metro capitalino ha ocupado los titulares de los principales medios nacionales en las últimas semanas, sin embargo, no deja de llamar la atención bajo qué coyunturas es que está sucediendo. Por un lado, es innegable que el Sistema de Transporte Colectivo Metro está urgido de mantenimiento e inversión, cualquiera que haya viajado de manera más o menos reciente podría hacer un inventario de la enorme cantidad de cosas que no funcionan. Por otro lado, es imposible no dudar de tantas coincidencias, sobre todo cuando quien gobierna la Ciudad de México es una de las suspirantes a la sucesión presidencial.
Vayamos por partes, el metro de la Ciudad de México es el transporte público más utilizado en país, mes con mes traslada alrededor de 82 millones de pasajeros en sus anaranjados vagones, por lo que la demanda de actualización y mantenimiento debe ser muy alta. Dicen que lo que se ve no se pregunta y para nadie es un secreto que al metro capitalino le falta inversión y mantenimiento,
Desafortunadamente la tragedia se ha convertido en parte de la historia del metro, en el 2020, dos trenes chocaron el 10 de marzo en la estación Tacubaya, de la Línea 1. El saldo del accidente fue de al menos 41 personas lesionadas y un hombre muerto. El 9 de enero de 2021 se incendió el Centro de Control 1, en el siniestro murió una policía y resultaron lesionadas más de 30 personas. Tan solo cuatro meses después, en mayo colapsó una estructura en la interestación Olivos de la Línea 12 desplomándose un convoy del Metro, un accidente que dejó 23 muertos y 65 personas heridas.
El 2023 nos recibió nuevamente con un choque, el 7 de enero se impactaron dos trenes de la línea 3 causando un deceso y más de una decena de lesionados. A este hecho que nuevamente escandalizó a los capitalinos le siguieron incidentes menores que fueron enrareciendo el panorama.
De una tragedia que una vez más indicaba la imperante necesidad de dar mantenimiento al Sistema, pasamos a una cargada política de la oposición por señalar como responsable a la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum. Casi con la misma velocidad con la que los opositores se “desgarraron” por los hechos, empezaron a circular los rumores de sabotaje, trampas o intereses oscuros que pretendían descarrilar las aspiraciones de Sheinbaum a la Presidencia.
Lo cierto es que hasta el momento el tema del metro se ha convertido más en un asunto político que en la verdadera búsqueda de atender un problema que afecta a millones de capitalinos y que pone en riesgo la integridad de los ciudadanos.
El Gobierno de la Ciudad de México se ha empeñado en tapar el sol con un dedo, pretendiendo que si se mantiene una narrativa de sabotaje, no tendrán que asumir la responsabilidad de no haber dado el adecuado mantenimiento a metro, y que quienes pagaran la factura política por lo acontecido será los buitres de la oposición. Por otro lado, en las últimas semanas han sido más los incidentes, por lo que se necesita ser muy cándido para pensar que todo, absolutamente todo, es obra de la casualidad.
El metro es un dolor de cabeza para los capitalinos, lo que está por verse es quién pasará a la historia como el villano, ¿serán los “saboteadores”, será el sindicato de trabajadores del metro o será la jefa de gobierno? ¿Usted qué opina?