REFORMA ELECTORAL

La reforma electoral en el 2023

Necesitamos un instituto electoral fuerte, autónomo, apartidista, un árbitro electoral que defienda los intereses de la sociedad y no los de un grupo de partidos políticos. | César Gutiérrez

Escrito en OPINIÓN el

Mi equipo de trabajo y un servidor, queremos agradecer a nuestros lectores su invaluable lealtad. Nuestra tarea primordial siempre será brindarles una información clara, imparcial y objetiva, analizando todos aquellos fenómenos políticos, económicos, sociales y militares que afectan el escenario nacional.

Se vienen tiempos difíciles y de muchos cambios, los cuales se darán para establecer igualdad en los diferentes estratos sociales en México. A pesar de la tergiversación de la propaganda que generan diversos grupos y cotos de poder, ya no podrán mantener su monopolio de malas prácticas. En México, NO podemos seguir tolerando la omisión, la impunidad y la corrupción de aquellos que no cumplen con su deber. De ahí radica nuestra constante lucha para llevar a cabo la transformación.

Es importante señalar que los mexicanos debemos comenzar a despertar y denunciar todo lo que esté mal, esta es la única forma de que seamos escuchados. Es muy importante evidenciar todas las omisiones de aquellos políticos o funcionarios públicos que no hagan bien su trabajo. La denuncia es la herramienta correcta para lograr disminuir los abusos que se presentan en el ejercicio de la función pública.

La reforma electoral

Dentro del análisis de texto vigente y propuesto que ha estado revisando la Honorable Cámara de Diputados, se busca cambiar de manera integral y sustancial el sistema electoral, destacándose las siguientes propuestas:

1. Reducir de 11 a siete los integrantes del INE y transformar el órgano en el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC),

2. Recortar el financiamiento público a los partidos y que los legisladores sean electos mediante listas estatales. 

3. La desaparición de los institutos y tribunales electorales de los Estados. 

4. En el caso del INEC, se establece que absorberá el patrimonio material, financiero y de recursos humanos del INE.

Como podemos observar, es necesario e importante que sean analizados cada uno de los procedimientos para que puedan ser adaptados conforme a los tiempos actuales. Mejorándose el acceso a la información por parte del ciudadano, para que pueda hacer valer su derecho al voto. Sustituyéndose todos los procedimientos obsoletos, para dar paso a una mejor democracia, ya que, al permitir un mejor acceso a los mexicanos –estos– podrán ejercer su voto tanto en México como en el extranjero o en su defecto, puedan votar de forma electrónica cuando no se encuentren en el estado donde está registrada su credencial de elector. 

Ahora bien, una problemática que se ha venido observando por lo menos en los últimos 30 años, es precisamente la forma como se desarrolla la representación de los ciudadanos, quienes en muchas ocasiones desconocen los medios o mecanismos para poder hacer valer su voz y su opinión. ¿Cómo podemos lograr que sean escuchados? Ahí radica la revisión y propuestas que generen este valor para perfeccionar la democracia mexicana. Dentro de este contexto, también existe la problemática acerca de cuál es la forma efectiva en que los ciudadanos podemos exigir que cumplan con su trabajo los diputados y senadores. Hasta el momento solo contamos con su compromiso moral para servir a la Patria cuando rinden la toma de protesta; pero no existe un mecanismo que obligue al legislador a cumplir con la decisión del ciudadano que lo nombró, provocando que muchos usen su voto a favor o en contra, sin tomar en cuenta qué es lo que le conviene al país.

Por consiguiente, es necesario que se abran los debates y se exponga toda la información, para que los ciudadanos de cada demarcación puedan decidir con su voto. Esta es una excelente oportunidad para extirpar la perversa maquinaria que permite la simulación para beneficiar intereses particulares; dando paso al derecho de voz y/o voto y la impugnación en caso de no estar de acuerdo.  

En consecuencia, se requiere crear indicadores de gestión y desempeño para medir los resultados que se obtengan de las reformas e iniciativas. No se puede estar votando a favor o en contra sin el análisis de los beneficios o consecuencias futuras y en caso de existir, se debe hacer responsable al legislador de esa traición a los intereses del pueblo y de la patria.

Por su forma de operar y el cinismo con el que se maneja Alejandro Moreno, se requiere que los recursos financieros sean utilizados de manera correcta y no puedan ser desviados para generar enriquecimientos ilícitos; tal como lo denunció Layda Sansores, cuando quedó al descubierto la vileza política del PRI.

Asimismo, es necesario establecer piso parejo a las candidaturas independientes, para evitar que políticos que funjan como presidentes de su partido, solo impongan a sus delfines. Hay que darle la oportunidad a todos aquellos ciudadanos que por alguna razón no son afines a los ideales de algún partido político para contender a una diputación o una senaduría. Por consiguiente, el financiamiento público debe ser acorde al número de representación ciudadana, tanto de partidos locales como de las candidaturas independientes.

Por último, hay que tener la convicción y la entereza para entender que una reforma electoral es necesaria en beneficio del propio instituto y de la sociedad mexicana. Se debe tener certeza jurídica y justicia social para alejar a todos esos políticos parásitos de nuestro órgano electoral, para que dejen de ser los grupos políticos de siempre quienes designan como plurinominales a sus allegados e incondicionales. La representación popular es el más digno de los encargos y lamentablemente ha quedado en manos de unos pocos políticos la decisión de quién o quiénes van a ser representantes de la sociedad. Por eso, requerimos tener un instituto electoral fuerte, autónomo, apartidista. Un verdadero árbitro electoral que defienda los intereses de la sociedad y no de un grupo de partidos políticos.