AGUSTÍN DE ITURBIDE

Un día como hoy: así fue fusilado el primer emperador de México, Agustín de Iturbide

En 1823, Iturbide abdicó y se exilió en Europa. Durante su ausencia, el Congreso mexicano lo declaró traidor y fuera de la ley

Créditos: Gobierno de México
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Un día como hoy, pero en 1824, fue fusilado Agustín Cosme Damián de Iturbide y Aramburu, conocido como Agustín de Iturbide, en Padilla, Tamaulipas. Iturbide, una figura controvertida en la historia de México, jugó un papel crucial en la independencia del país y fue el primer emperador de México.

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Iturbide comenzó su carrera militar apoyando al ejército realista español, luchando contra los insurgentes mexicanos. Sin embargo, durante el trienio liberal en España, cuando fue designado para combatir a Vicente Guerrero, uno de los líderes insurgentes, Iturbide cambió su postura. Influenciado por las ideas liberales de la Constitución de Cádiz, decidió pactar con los insurgentes.

El 24 de febrero de 1821, proclamó el Plan de Iguala y, posteriormente, firmó los Tratados de Córdoba, consumando la independencia de México el 27 de septiembre de 1821. Aunque Iturbide fue proclamado emperador en 1822, su reinado fue breve debido a la oposición de Antonio López de Santa Anna y otros insurgentes republicanos.

En 1823, Iturbide abdicó y se exilió en Europa. Durante su ausencia, el Congreso mexicano lo declaró traidor y fuera de la ley. Desconociendo esta orden, Iturbide regresó a México en julio de 1824, para advertir al gobierno sobre una posible reconquista española. Fue arrestado al desembarcar en Tamaulipas y ejecutado sumariamente.

Antes de su muerte, pronunció unas últimas palabras: "Mexicanos, en el acto mismo de mi muerte os recomiendo el amor a la patria y la observancia de nuestra santa religión. Ella es quien nos ha de conducir a la gloria. Muero por haber venido a ayudaros, y muero gustoso porque muero entre vosotros. Muero con honor, no como traidor."

Los restos de Iturbide fueron sepultados en Padilla y posteriormente trasladados a la Ciudad de México, donde descansan en la capilla de San Felipe de Jesús en la Catedral Metropolitana. Paradójicamente, el sable que utilizó durante el desfile de entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México se encuentra en el salón del Congreso junto a los nombres en letras de oro de los insurgentes a los que combatió.

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