El 2024 fue para Norma Piña un año de descalificaciones, actos de machismo en su contra y ataques. Horas antes de rendir su informe de labores en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el último que dará ante la disolución del tribunal actual, responde a las preguntas de La Silla Rota sobre la reforma judicial y las circunstancias en que ésta se aprobó.
No fue fácil sobrellevar el discurso de odio y los ataques, dice la primera mujer en presidir el máximo tribunal de justicia del país.
“Nunca me ha gustado la expresión de que si llega una, llegamos todas. ¿Qué hay de las víctimas de feminicidio? ¿Qué hay de las mujeres que no llegan a elegir sus proyectos de vida en libertad e igualdad por la discriminación, por la pobreza, por la violencia que no las deja? Creo más bien que cuando una de nosotras llega lo que nos toca es ser aún más conscientes de todas las que no han llegado y lo que podemos hacer por cambiar esa situación”.
Piña se volvió blanco de ataques verbales y digitales a raíz de que la SCJN declaró inconstitucionales varias de las leyes y reformas impulsadas por el gobierno morenista, como la adscripción de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional. Recalca que falta mucho para erradicar las resistencias y agresiones que vienen de la cultura patriarcal y machista.
REFORMA JUDICIAL A DEBATE - SIGUE LA COBERTURA COMPLETA
En la entrevista con La Silla Rota, la ministra también responde a cuáles cree que serán las repercusiones de la reforma judicial, iniciativa que antes de su votación la equiparó con una demolición del sistema judicial y entonces afirmó que no era la vía para mejorar al PJF.
No tiene diagnóstico de qué ocurrirá en cuanto se implante la reforma. El propio gobierno reconoció que la reforma judicial se hizo sin diagnóstico, como admitió el 12 de noviembre el representante del Estado mexicano, José Antonio Montero, ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Pero la ministra presidenta de la SCJN es clara en afirmar que los jueces, magistrados y ministros que se vuelven políticos, que se suben al templete para hacer campaña y adoptan una determinada postura política, están comprometiendo su futuro.
Batearon las propuestas de los jueces
P: ¿Tiene usted un diagnóstico del impacto sobre la reforma judicial en términos de eficiencia y sobre todo, de otorgamiento de justicia para la sociedad?
R: No lo tengo, nadie lo tiene. Estamos frente a un experimento a nivel internacional y consecuentemente, sólo el tiempo nos dirá qué efectos tuvo esta reforma. Mi opinión se basa en elementos de derecho comparado, en la experiencia internacional que de alguna manera resulta aplicable, así como en mi experiencia profesional de carrera judicial de más de tres décadas. A mi parecer, la elección de personas juzgadoras, dejando a un lado la carrera judicial y los exámenes de oposición, afectarán la independencia judicial y consecuentemente, los derechos de las y los mexicanos.
Estoy convencida de que la justicia no es sólo una cuestión de tribunales, sino también de policías, de fiscalías, de defensores de derechos humanos, de comisiones de víctimas. Desde el Poder Judicial Federal siempre estuvimos conscientes de la deuda que tenemos como país en materia de justicia.
Precisamente por eso convocamos a un Encuentro Nacional por una Agenda de Seguridad y Justicia. Hicimos 14 encuentros en todo el país en los que escuchamos de viva voz, tanto de quienes usan el sistema de seguridad y justicia como de quienes trabajan ahí, los problemas que enfrentan diariamente.
Dimos a conocer los resultados de esos encuentros, con 80 propuestas para transformar el sistema de seguridad y justicia, con base en 552 problemas que identificamos como prioritarios. También publicamos otros documentos para abonar a la construcción de una reforma integral que realmente garantizara un mejor acceso a la justicia, con un Poder Judicial independiente. Sin embargo, nuestras propuestas no fueron escuchadas.
Alertamos de los riesgos que implicaba la reforma judicial, que ahora forma parte de la Constitución. Advertimos que la elección popular de juzgadores pone en peligro la independencia judicial. Asimismo, alertamos de los riesgos que implica la falta de división de poderes.
La reforma se hizo sin un diagnóstico, el representante del Estado mexicano lo reconoció ante la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, y si se desconocen los problemas reales que aquejan a la ciudadanía, la solución muy probablemente no implique una mejoría.
P: ¿Se acabó el Poder Judicial en México?
R: El actual Poder Judicial Federal no se acabó el pasado 16 de septiembre, seguimos operando y así lo haremos hasta el 31 de agosto de 2025, como nos lo mandata la Constitución. En el camino nos enfrentaremos a algunos desafíos, como el trabajar con una Corte de 10 ministros ahora que el ministro Luis María Aguilar concluyó su periodo.
Diría que a partir del 1 de septiembre de 2025 se acabó el Poder Judicial Federal como lo conocemos, eso es un hecho. Tendremos un Poder Judicial diferente, el tiempo dirá qué tipo de Poder Judicial.
Recordemos que el Estado mexicano se divide en tres poderes, Ejecutivo, Legislativo y Judicial y se mantiene esta estructura de gobierno. Sin embargo, tendremos que esperar para poder afirmar si todavía tenemos un poder judicial autónomo e independiente.
Adiós a la independencia judicial
P: ¿Considera que sirve a la justicia un juez, un magistrado, un ministro, que hace campaña y se vuelve político?
R: No, y lo digo enfáticamente. La labor de un juzgador es guardar y hacer guardar la Constitución, proteger los derechos de la ciudadanía y garantizar el acceso a la justicia. Un juez, magistrado o ministro que se vuelve político o que toma la matraca o se sube al templete está adoptando una determinada postura política, está comprometiendo su criterio. Impartir justicia de manera imparcial, de manera objetiva e independiente sólo es posible, precisamente, si no hay un compromiso con nada ni nadie. Esa es la esencia de la famosa independencia judicial.
En los últimos meses, los ministros, magistrados y jueces que hemos resuelto conforme a la ley, conforme a la Constitución, pero que se ha interpretado que resolvemos en contra del proyecto político mayoritario, hemos sido llamados traidores al pueblo, delincuentes. Se nos acusó de no ser parte de un proyecto político. Es cierto. A mi parecer los juzgadores, no políticos, estamos al servicio del mandato constitucional, de los derechos de las personas.
P: Cuando fue imposible anular una parte de la reforma judicial, la presidenta Sheinbaum, dijo que en caso de que esa reforma se hubiera revertido tenía un plan C. ¿qué pensó al escuchar esa medida que parecía una venganza?
R: El hubiera no existe y no podremos saber qué habría ocurrido en ese escenario.
"No ha sido fácil lidiar con el discurso de odio"
P: ¿Cómo ha lidiado con el discurso de odio, la descalificación e incluso el machismo en su contra?
R: No ha sido fácil, no te voy a mentir. Aún así, ser la primera mujer presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha sido para mí un gran orgullo y honor. En el camino me he enfrentado al machismo, a la violencia de género y a los discursos de odio, pero lamentablemente no es un caso aislado. No soy solo yo, es un problema sistemático al que nos enfrentamos muchas mujeres mexicanas diariamente.
Aunque hay avances en igualdad y derechos humanos, aunque parece que lentamente vamos entendiendo que sin la voz y la participación plena e igualitaria de las mujeres no puede haber paz, ni justicia, ni democracia, lo cierto es que se nos cobra una factura muy cara por estar donde estamos.
Por eso nunca me ha gustado la expresión de que si llega una, llegamos todas. ¿Qué hay de las víctimas de feminicidio? ¿Qué hay de las mujeres que no llegan a elegir sus proyectos de vida en libertad e igualdad por la discriminación, por la pobreza, por la violencia que no las deja? Más bien cuando una de nosotras llega, lo que nos toca es ser aún más conscientes de todas las que no han llegado y lo que podemos hacer por cambiar esa situación.
Así he asumido la violencia de género en mi contra. Pensando que si eso me sucede a mí, en un lugar tan visible, lo cierto es que nos falta muchísimo para erradicar las resistencias y agresiones que vienen de la cultura patriarcal, de actitudes misóginas y machistas. Creo que es muy importante no dejar de nombrar, hacer explícitas estas conductas, no dejar pasar ni una, porque eso es lo que alimenta la cultura misógina y machista. Estamos frente a actitudes aprendidas y permitidas socialmente, normalizadas.
P: ¿Qué legado deja usted en este Poder Judicial que todavía representa?
R: Mi periodo como presidenta de la Corte debía terminar en 2027 y seguramente mi respuesta a esta pregunta habría sido distinta. La frase de mi segundo informe de labores es “por tus derechos y libertades defendemos la democracia”. Este año en especial fue de defensa de la democracia, de defensa de la independencia judicial, de defensa de un Poder Judicial imparcial.
El pleno de la Corte ha dictado sentencias en materia de género, medio ambiente y salud, solo por mencionar algunos. Hace poco dimos a conocer un reconocimiento a la Suprema Corte mexicana de la Cumbre Judicial Iberoamericana que ponderó sentencias de toda la región que implican un avance en materia de justicia con perspectiva de género.
Te podría dar muchos ejemplos, hemos implementado una campaña que se llama 100 Sentencias de la Corte que hacen justicia. Ahí está nuestro legado, ahí está lo que nos permitirá evaluar, en un futuro, si la Reforma Judicial realmente implicó un avance en los derechos de las y los mexicanos.