Manuel Camacho Solís y Marcelo Ebrard Casaubón no solo tienen en común haber sido militantes del PRI, del PRD, haber gobernado la Ciudad de México y haber formado parte del mismo grupo político. La relación entre ellos y su historia como suspirantes a la Presidencia de México se repite como una premonición de Carlos Marx.
“La historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa”?, José Fernández Santillán recuerda la frase con la que Marx aludió a Friedrich Hegel para distinguir lo ocurrido en 1993, con Camacho Solís, y lo que ocurre 30 años después, con Marcelo Ebrard.
Hace 30 años, Camacho Solís era uno de los hombres indispensables del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari. Jefe del Departamento del Distrito Federal y luego comisionado para la paz en Chiapas, Manuel Camacho aspiraba, con posibilidades verdaderas, a ser el candidato presidencial del PRI.
“Aquello de Manuel Camacho tuvo tintes políticos muy fuertes. Camacho era un hombre, un político —jefe entonces de Marcelo Ebrard, por cierto— de un México donde hacer política era muy distinto al México de hoy. Sobre todo, por el tamaño del presidente, y no digo que Salinas haya sido un gran presidente, es que las formas eran diferentes”.
Fernández Santillán, profesor-investigador de la División de Humanidades y Ciencias Sociales del Tecnológico de Monterrey, quien ha realizado diversos análisis políticos sobre la historia del PRI, recuerda que las implicaciones de enfrentar al presidente hace 30 años eran de otro calado al de hoy.
“Lo que sí es que, en aquel entonces, era seguro que quien era candidato del PRI iba a ser el presidente. No había duda. Hoy no es así, porque la hoy candidata de Morena (Claudia Sheinbaum) no tiene para nada seguro que vaya a ser la presidenta de la República, porque hay condiciones electorales distintas”.
Una historia juntos
En noviembre de 1993, el PRI anunció que su candidato a la Presidencia sería Luis Donaldo Colosio. Pese a los oficios que había tenido Camacho Solís como comisionado para la paz en Chiapas.
Como viéndose en un espejo, en septiembre de 2023, Morena anunció que su candidata a la sucesión presidencial sería Claudia Sheinbaum, pese al desempeño de Ebrard Casaubón como canciller.
En ese momento no se sabía, la ruptura fue lenta, pero esperada. A Manuel Camacho incluso se le señaló como un posible interesado en el magnicidio de Colosio, ocurrido en marzo de 1994 en Lomas Taurinas, Tijuana, luego de hacer pública su inconformidad con la designación del candidato priista.
Marcelo Ebrard, 29 años después, es visto como el elemento divisor de Morena, tras acusar irregularidades en el levantamiento de la encuesta por la que el hoy partido en el poder eligió a su candidata a la sucesión presidencial de 2024 y acusar que presentará pruebas de ello.
Fue en octubre de 1995 cuando Marcelo Ebrard salió del PRI, junto con Camacho Solís, y se convirtió en el secretario general del Partido de Centro Democrático (PCD), que presidía precisamente Manuel Camacho. En el 2000, ambos estuvieron en la boleta: Camacho para presidente y Ebrard para Jefe de Gobierno.
“Otra cosa curiosa es que Salinas trató de crear ‘un maximato’, es decir, que el candidato que él pusiera fuera un títere de él. Y estamos viendo que, ahora, Claudia Sheinbaum, sin lugar a dudas, va a ser una presidenta que maneje a su antojo Andrés Manuel López Obrador”.
¿Una ruptura?
Hasta el momento, Marcelo Ebrard ha adelantado que “en Morena ya no hay lugar” para su equipo y su proyecto de nación. Aunque advirtió que hasta el lunes definirá su futuro político, la posibilidad de sumarse a Movimiento Ciudadano y aparecer en la boleta como candidato presidencial se fortalece.
Manuel Camacho salió del PRI para fundar el PCD y luego el PRD. En ese entonces, Ebrard lo acompañó como un incondicional, incluso fue el exsalinista quien convenció al hoy excanciller, en 2012, de apoyar a López Obrador rumbo a la Presidencia de la República. Pero, en 2023, Camacho ya no acompaña a Ebrard.