La aparente calma que el sector magisterial ha presentado en los últimos meses es resultado de las “concesiones totales” que, según expertos, el gobierno de la autodenominada 4T ha tenido con organizaciones sindicales de maestros. El asunto deja atrás a los docentes que, de manera independiente, siguen trabajando sin rumbo fijo.
Consultados por La Silla Rota, expertos en el sector educativo consideraron que la falta de mediciones y estados reales de la educación en México solo conviene a los fines de dichas organizaciones, pero poco ayuda a los docentes que, frente a grupo, deben lidiar con cambios en la dinámica de enseñanza, consecuencia de decisiones gubernamentales “al vapor” y tras la pandemia de covid-19.
Para Marco Antonio Fernández, investigador de México Evalúa y coordinador de Iniciativa de Educación con Equidad y Calidad del Tecnológico de Monterrey, este 15 de mayo, cuando se conmemora en Día del Maestro, el sector magisterial llega “de capa caída”, ante la omisión del gobierno de tomarlos en cuenta para decisiones básicas en la enseñanza.
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“Sus condiciones laborales no han mejorado, no es que tengan aumentos salariales o que hayan recibido apoyos que les hubiera permitido realizar su trabajo durante la pandemia. A eso se suman los recortes sustantivos que se han hecho a la capacitación de los docentes y no les han dado elementos para poder hacer frente a la parte de atender los desafíos emocionales que muchos de sus estudiantes siguen presentando después de dos años de pandemia”.
Por su parte, Alma Maldonado, investigadora del Departamento de Investigaciones Educativas del Cinvestav, considera que esta conmemoración llega en un panorama de incertidumbre ante los nuevos cambios al plan educativo anunciados por el gobierno federal. “Cansancio y agotamiento”, también, del sector magisterial respecto al tema.
“Dieron concesión total a sus demandas”
Alma Maldonado sostiene que el gobierno encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador no llegó con un plan real para la educación en México, sino que solo enarboló la bandera de terminar con la reforma educativa del sexenio que encabezó el priista Enrique Peña Nieto.
“El proyecto este gobierno era eliminar la reforma anterior, derogarla, pero no tenía un proyecto. Ahora lo tiene, pero ha sido a base de pura improvisación, y distintos grupos que se han metido en este tema ya le cambiaron a los libros de texto el contenido, sin evidencia de qué cosas ya funcionaban”.
Para Marco Antonio Fernández, la “aparente calma” ante demandas del sector magisterial consiste en las concesiones que el gobierno de la 4T dio a los líderes magisteriales del SNTE y la CNTE, quienes representan al menos al 76% de los maestros en México.
“No van a estar descontentos si nuevamente hay elementos de control sobre el magisterio, en donde no es la prioridad la mejor enseñanza en las aulas, sino los componentes políticos lo que determina para muchos maestros el futuro, por ejemplo, en la evolución del escalafón magisterial”.
El especialista del Tecnológico de Monterrey ejemplificó con el caso de Oaxaca, donde en todo el sexenio no ha habido concursos para aplicar por plazas magisteriales de educación básica y media superior.
“Eso te explica por qué en lugares como los que controla la Sección 22 ahorita no han tenido manifestaciones sustantivas: porque la paz la han comprado a partir de dejarle hacer lo que le venga en gana al sindicato”.
Para Alma Maldonado, esto se traduce en “una concesión total” a los líderes magisteriales que por mucho tiempo tuvieron el control de las plazas y el avance en la carrera docente. Han vuelto a ese espacio y no se irán tan fácil.
“Lo que creo también es que ha habido una concesión completa en este gobierno hacia el sindicato –recordemos que la CNTE es una nada más es una sección disidente– pero ha habido apertura total hacia las demandas que le importan al sindicato. También por eso, por esa complicidad política, hace que no veamos ahora protestas”.
“Pero sería muy arriesgado calificar eso como que los maestros están contentos”, remató.
¿A qué se enfrentan los maestros en 2023?
De acuerdo con las últimas cifras de la Secretaría de Educación Pública (SEP), en México había 2.1 millones de maestros, hasta agosto de 2022. La última cifra del extinto Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), consideraba 1.5 millones de docentes de los tres niveles básicos, en 2017, lo que podría asegurar un aumento de 600,000 plazas docentes en casi 6 años.
Uno de los mayores retos que enfrentan los maestros mexicanos en este 2023 es que no hay cifras o estados reales sobre el aprendizaje que tuvieron sus alumnos durante la pandemia de covid-19.
Algunos estados, como Jalisco y Querétaro, han organizado pruebas de aprendizaje en el sector básico de la educación; pero a nivel federal hay muy pocas cifras sobre lo que ocurrió con los alumnos en dos años de clases a distancia.
Así mismo lo reconoció el titular de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu), Florentino Castro, en entrevista con La Silla Rota el año pasado: “lo que es cierto es que muchos no pudieron regresar a la escuela, y no pudieron regresar no solamente con temas relacionados con la economía sino con otros más complicados, como la orfandad”.
A ese nubarrón de un estado real sobre los alumnos se suma el apoyo prácticamente nulo a los docentes durante el periodo de confinamiento. Según lo especifica Marco Antonio Fernández, ni siquiera hubo incentivos para que pudieran seguir con las clases a distancia.
“A diferencia de otros países, aquí no hubo, por ejemplo, un proyecto para brindarles Internet a los docentes o para poder garantizar que los contenidos educativos que se subieron a las plataformas fueran de este libre acceso, en términos de los datos de consumo, para que alumnos y maestros pudieran acceder a esas plataformas y tener una comunicación fluida; porque la retroalimentación al estudiante es clave para para el aprendizaje”.
Para ambos especialistas, los maestros caminan “a ciegas” sobre un plan de enseñanza que no es claro ni tiene un rumbo fijo.
“La falta de datos nos deja ciegos para tomar decisiones sobre lo que estamos haciendo bien o mal. Entonces, en la medida en que no tengamos estos elementos, estos números, no sabremos qué se necesita de los maestros”, lamentó Alma Maldonado.