Las cajas negras del helicóptero Black Hawk de la Marina que se desplomó el pasado 15 julio en Los Mochis, Sinaloa durante el operativo de captura de Rafael Caro Quintero, conocido como “Narco de narcos” y don murieron 14 marinos, serán analizadas en Estados Unidos por la empresa Sikorsky, fabricante de la aeronave.
De acuerdo con The Associated Press, el contralmirante José Orozco, vocero de la Secretaría de Marina, detalló que técnicos de esa dependencia viajarán este viernes a Estados Unidos para participar en el diagnóstico del siniestro junto a personal de la Fiscalía General de la República (FGR) y expertos de la compañía fabricante.
El contralmirante dijo que el registro de los dos últimos minutos de vuelo que tienen las cajas negras será clave para determinar de manera fehaciente la causa del desplome.
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Los primeros datos, todavía preliminares, apuntan a que pudo haber problemas “con el sistema de alimentación de combustible pero no sabemos si es por error humano o falla técnica”, señaló Orozco.
El mando militar explicó que una de las primeras hipótesis sobre este accidente y por “experiencia de pilotos y mensajes que tuvo el helicóptero con la torre de control... pero no hay nada confirmado”.
Los hechos
El pasado 15 julio, el helicóptero Black Hawk de la Marina se desplomó en Los Mochis, Sinaloa tras la captura de Caro Quintero, dejando a 14 marinos sin vida mientras participaban como respaldo del operativo del capo.
En la aeronave iban 15 elementos de la Marina de los cuales solo uno logró sobrevivir al desplome. Este elemento fue trasladado a la Ciudad de México para recibir atención hospitalaria.
Tras este fatal accidente, la Marina descartó que pudiera deberse a un ataque, por ello el presidente López Obrador ordenó una investigación exhaustiva que está siendo coordinada por la FGR.
La aeronave estaba encargada de dar seguridad a los agentes de la Marina y la Fiscalía mientras ejecutaban la detención del Narco de narcos en Choix, Sinaloa.
Caro Quintero de 69 años, era uno de los fugitivos más buscados por el gobierno de Estados Unidos desde que en 2013 fue liberado de una cárcel mexicana por un aparente error judicial después pasar casi tres décadas encarcelado por el asesinato del agente de la DEA, “Kike” Camarena y de un piloto mexicano.
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