La crisis humanitaria en la Franja de Gaza alcanza niveles alarmantes, de acuerdo con el Programa Mundial de Alimentos (PMA), la mayoría de las familias palestinas sobrevive con una sola comida al día y un tercio de la población pasa jornadas enteras sin comer, como consecuencia directa de los continuos bombardeos israelíes y el bloqueo de ayuda.
Las comidas disponibles carecen de valor nutricional: caldos diluidos, lentejas, arroz, pan escaso o, en el mejor de los casos, duqqa —una mezcla de hierbas y aceite. En muchos hogares, los adultos dejan de comer para alimentar a niños, ancianos o enfermos. A pesar de ello, desde enero un promedio diario de 112 niños ha sido hospitalizado por desnutrición aguda.
“Cuando mis hijos se despiertan llorando de hambre por la noche, les digo que beban agua y cierren los ojos. Yo hago lo mismo y rezo”, contó un padre al PMA.
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El acceso a comida se ha convertido en una actividad mortal. Desde el 27 de mayo, 549 palestinos han muerto y más de 4,000 han resultado heridos al intentar alcanzar puntos de distribución de alimentos, informó el Ministerio de Sanidad de Gaza. Muchas de estas víctimas fueron alcanzadas por disparos o bombardeos cerca de centros de ayuda militarizados, según denunció Johnathan Whittall, jefe de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
La llamada Fundación Humanitaria para Gaza, respaldada por Estados Unidos e Israel, distribuye ayuda desde finales de mayo, al margen de la ONU y las organizaciones humanitarias tradicionales. No obstante, los beneficiarios de esta asistencia enfrentan amenazas constantes: ataques, estampidas y tiroteos.
“No queremos estar ahí, pero no hay otra opción. Nuestros hijos lloran de hambre. No dormimos. Caminamos, esperamos, y confiamos en volver con vida”, expresó un residente de Gaza.
Desplazados
Desde la reanudación de los ataques el 18 de marzo, más de 684,000 personas han sido desplazadas, muchas por segunda o tercera vez. Con el 82% del territorio de Gaza bajo órdenes de evacuación o declarado zona militar, los desplazados se refugian en escuelas, edificios dañados o en las calles, mientras los refugios existentes colapsan.
La ONU denunció que no ha ingresado material de refugio desde el 1 de marzo. Tiendas, lonas y madera siguen prohibidos por las autoridades israelíes, y casi un millón de artículos de primera necesidad aguardan autorización para entrar en el enclave.
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Mientras la ayuda no llega y los ataques continúan, Gaza vive una de las peores crisis humanitarias de su historia reciente.
Desde el comienzo de la violencia en Gaza, UNRWA ha seguido trabajando sin descanso para proporcionar apoyo a los palestinos desplazados y heridos.
kach