ISRAEL VS HAMÁS

Walaa, la periodista embarazada que murió junto a 9 miembros de su familia en bombardeo israelí contra Gaza

Con la muerte de Walaa al Jaabari el número de informadores asesinados en Gaza asciende a 231 desde octubre de 2023, según el recuento del Gobierno controlado por Hamás, que incluye escritores, comunicadores, operadores de cámara o influencers

Créditos: Efe
Escrito en MUNDO el

Un bombardeo israelí contra un apartamento en la ciudad de Gaza mató este miércoles a una periodista que estaba embarazada y a nueve miembros de su familia, incluidos cuatro niños, informó a EFE una fuente del Ministerio de Sanidad gazatí.

Israel bombardeó la vivienda de la familia al Shaer, en el barrio de Tel al Hawa, matando a la periodista Walaa al Jaabari en un ataque en el que según fuentes locales murieron los cuatro hijos de la reportera y su marido, Amjad al Shaer.

Hay además otros tres cuerpos de familiares que aún no han sido identificados debido a que los cuerpos están calcinados.

Con su muerte, el número de informadores asesinados en Gaza asciende a 231 desde octubre de 2023, según el recuento del Gobierno controlado por Hamás, que incluye escritores, comunicadores, operadores de cámara o influencers.

Desde el inicio de la ofensiva israelí más de 59,100 personas han muerto, alrededor de la mitad mujeres y niños, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad gazatí, controlado por el Gobierno de Hamás.

La cifra no contempla a quienes han fallecido por hambre o desnutrición -al menos un centenar, en una crisis que se ha agravado desde el pasado marzo por el bloqueo israelí a la entrada de suministros- ni a los miles de cuerpos que aún permanecen bajo toneladas de escombros.

Mueren por desnutrición 111 personas, 80 eran niños

Otros diez gazatíes han muerto en las últimas 24 horas por desnutrición, según informó este miércoles el Ministerio de Sanidad de la Franja, mientras la entrada de alimentos en enclave sigue siendo escasa tras más de 21 meses de ofensiva.

Con estas últimas cifras, el total de personas muertas por malnutrición desde el inicio de los ataques asciende ya a 111, incluidos 80 niños.

Solo en julio 46 menores de edad han muerto por inanición y malnutrición, indicó hoy a EFE Zaher al Waheidi, director de la de información en el Ministerio de Sanidad. Pero como advierte al Waheidi, esos son solo los casos registrados en hospitales, por lo que la cifra real puede ser mucho más alta.

La Franja de Gaza afronta uno de los momentos más críticos a nivel humanitario debido al longevo bloqueo israelí a la entrada de alimentos, agua, medicamentos y combustibles, lo que ha disparado este tipo de muertes en las últimas semanas.

Desde el pasado 2 de marzo, Israel apenas permite la entrada de suministros a Gaza -alimento, agua, medicamentos y combustible -, pese a que la ONU asegura tener comida suficiente para alimentar a toda Gaza durante los próximos meses.

Los directores de diferentes hospitales en Gaza llevan días alertando de que gran parte de la población está exhausta, y que cada vez llegan más casos de desmayos y de pacientes con síntomas de inanición. Algunas familias, dicen, intentan acallar el hambre y el llanto de sus hijos dándoles agua con sal.

Además, más de mil palestinos han sido asesinados cerca de los complejos militarizados (uno en el centro y tres en el sur) gestionados por la polémica Fundación Humanitaria para Gaza (GHF, por sus siglas en inglés), o en ataques cerca de los puestos militares donde llegan algunos camiones de la ONU.

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Contexto: la guerra entre Hamás e Israel, iniciada el 7 de octubre de 2023, representa uno de los episodios más violentos en el conflicto palestino-israelí en décadas. Ese día, Hamás lanzó un ataque sorpresa desde la Franja de Gaza, que dejó más de mil civiles israelíes muertos y decenas de personas secuestradas. En respuesta, Israel emprendió una ofensiva militar sin precedentes contra Gaza, con miles de bombardeos aéreos y una incursión terrestre, lo que ha generado una crisis humanitaria de enormes proporciones. Según datos de Naciones Unidas y organizaciones médicas en la zona, más de 30 mil palestinos han muerto hasta mediados de 2025, la mayoría mujeres y niños.

Efe

Este conflicto reciente no es aislado: tiene raíces profundas en un siglo de tensiones territoriales, religiosas y políticas. El origen del conflicto se remonta a la desintegración del Imperio Otomano y el posterior mandato británico en Palestina tras la Primera Guerra Mundial. Con el crecimiento del movimiento sionista y la migración judía a la región, las tensiones con la población árabe local se intensificaron. En 1947, la ONU propuso la partición del territorio palestino en dos Estados —uno judío y otro árabe—, lo que fue rechazado por los países árabes. La creación del Estado de Israel en 1948 desató la primera guerra árabe-israelí y el desplazamiento de más de 700 mil palestinos.

Desde entonces, el conflicto ha pasado por múltiples guerras, ocupaciones y fracasos diplomáticos. La ocupación israelí de Cisjordania y Gaza tras la Guerra de los Seis Días en 1967, la construcción de asentamientos, y la falta de un acuerdo definitivo sobre el estatus de Jerusalén han agravado las tensiones. Hamás, fundado en 1987 durante la Primera Intifada, ha rechazado la existencia del Estado de Israel y ha protagonizado múltiples episodios de violencia, mientras que Israel considera a Hamás una organización terrorista. El ciclo de ataques y represalias ha convertido a Gaza en un enclave asediado, donde los civiles son los más afectados por el estancamiento político y militar.

¿Por qué es importante el tema?

La escalada de violencia ha provocado una catástrofe humanitaria sin precedentes en Gaza, donde millones de personas viven en condiciones extremas de hambre, falta de agua potable y sin acceso a servicios médicos básicos. Según Médicos Sin Fronteras y la ONU, más del 70% de la infraestructura sanitaria ha sido destruida, y los bombardeos han afectado incluso a hospitales, refugios de la ONU y centros de distribución de ayuda humanitaria. La imposibilidad de que los civiles reciban asistencia básica ha encendido alarmas internacionales y ha intensificado los llamados a un alto al fuego inmediato y sostenible.

Lograr un acuerdo de paz no sólo es una exigencia moral ante la dimensión del sufrimiento civil, sino también una necesidad estratégica para la estabilidad regional. El conflicto ha desbordado las fronteras locales, generando tensiones en países vecinos como Líbano, Egipto e Irán, y ha complicado las relaciones diplomáticas entre Israel y otras naciones árabes. Además, ha polarizado la opinión pública global. Un cese al fuego, acompañado de negociaciones firmes con participación de actores internacionales, permitiría restablecer el flujo de ayuda humanitaria, reducir el número de víctimas civiles y abrir la posibilidad a una solución política duradera.

Con información de Efe

djh