El cardenal Angelo Becciu, a quien el papa Francisco quitó los privilegios de purpurado por su implicación en un escándalo financiero por el que fue condenado y que insistía en que podía entrar en el cónclave, finalmente anunció este martes su renuncia a participar en la elección del próximo papa.
"Por el bien de la Iglesia, a la que he servido y continuaré a servir con fidelidad y amor, así como para contribuir a la comunión y serenidad del cónclave, he decidido obedecer como siempre he hecho a la voluntad del papa Francisco y no entrar en el cónclave a pesar de seguir convencido de mi inocencia", dijo Becciu en una declaración enviada a los medios.
Becciu tomó su decisión tras la congregación general de los cardenales celebrada este lunes, en la que se decidió que el cónclave comience el próximo 7 de mayo, según habían informado los medios.
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En las anteriores reuniones de cardenales antes de funeral, el secretario de Estado, Pietro Parolin, había mostrado dos documentos firmados por Francisco que indicaban que Becciu no podía participar en el cónclave.
El responsable de la sala de prensa del Vaticano, Matteo Bruni, había declarado que este lunes los cardenales no habían adoptado ninguna deliberación por el momento sobre el caso Becciu.
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¿Quién es Angelo Becciu, el cardenal juzgado por un tribunal penal?
La figura del cardenal Giovanni Angelo Becciu ha vuelto a ocupar un lugar central en la actualidad vaticana. Condenado por malversación de fondos y otros delitos financieros en 2023, Becciu, de 76 años, ha expresado su intención de participar en el cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco, aún cuando este último lo inhabilitó para participar tras ser encontrado culpable de malversar dinero de la Iglesia.
Becciu, quien cumple el requisito de edad (tener menos de 80 años) para votar en un cónclave, ha insistido en su derecho a participar. Ha afirmado que sus privilegios como cardenal "siguen intactos" y que "no existe un impedimento formal ni legal para su presencia".
Becciu ha señalado que "serán mis hermanos cardenales los que decidan" si participa. Ha declarado haber tenido un encuentro con el papa Francisco en enero, donde el pontífice le habría dicho: "Creo que he encontrado una solución". Sin embargo, recientemente se han dado a conocer dos presuntas cartas del papa Francisco en las que lo excluye del cónclave.
Antecedentes y condena
Contexto: En 2023, Becciu fue condenado por el Tribunal Vaticano a cinco años y medio de cárcel y se le inhabilitó de por vida para ocupar un cargo público en la Santa Sede. Fue el primer cardenal condenado por el tribunal penal del Vaticano. La defensa de Becciu ha asegurado que es inocente y hay una apelación en curso.
Los delitos por los que fue condenado están vinculados a irregularidades financieras, abuso de poder, malversación de fondos y supuestas operaciones opacas. Entre ellos, se le halló culpable de tres cargos de malversación.
Uno de los casos principales involucra la compra-venta de un edificio de lujo en Londres, ubicado en 60 Sloan Avenue. La operación, que se remonta a 2013 y 2014 cuando Becciu era 'monseñor sustituto' (jefe de gabinete del papa), llevó al Vaticano a pagar 200.5 millones de euros.
Esta suma, que representaba cerca de un tercio de los activos de la Secretaría de Estado en ese momento, fue utilizada, entre otras cosas, para adquirir una participación del 45% en el edificio. El Tribunal Vaticano consideró probado el delito de malversación por el "uso ilícito" de esta suma en una operación que calificó de "altamente especulativa" y de "alto riesgo" para el Vaticano, ya que ponía dinero sin control de gestión.
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El tribunal declaró culpables de malversación a Becciu y al inversor Raffaele Mincione, quienes estuvieron en contacto directo con la Secretaría de Estado para obtener el pago, incluso sin cumplirse las condiciones. El entramado continuó con más inversiones y concluyó con condenas por estafa agravada, extorsión y otros delitos que afectaron a otros funcionarios de la Iglesia.
Además de la operación inmobiliaria en Londres, Becciu fue encontrado culpable de haber entregado más de 570,000 euros a Cecilia Marogna, presentada como supuesta consultora de seguridad, con el argumento (considerado falso) de que el dinero se usaría para liberar a una monja secuestrada en África. La fiscalía argumentó que la suma fue usada mayormente para comprar ropa costosa, hoteles de lujo y retiros en efectivo, y que fue Becciu quien ordenó los pagos a Marogna incluso después de dejar el cargo de 'sustituto'.
Por último, también fue declarado culpable de malversación por ingresar 125,000 euros en una cuenta de Cáritas-Diócesis de Ozieri, dinero que en realidad estaba destinado a una cooperativa presidida por su hermano, Antonino Becciu.
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Situación actual y el debate sobre el cónclave
A pesar de la condena y la inhabilitación, Becciu mantiene su título eclesiástico y reside en un apartamento en el Vaticano mientras su apelación judicial sigue su curso. Reportes de Vatican News señalan que "renunció en 2020 en el cardenalato tras una serie de acciones legales".
Sin embargo, otras fuentes indican que el papa Francisco le retiró sus derechos asociados al cardenalato en 2020, pero sin formalizar una expulsión del Colegio Cardenalicio ni exigirle una renuncia por escrito, lo que genera interpretaciones dispares entre los expertos canónicos.
La posible participación de Becciu ha complicado la situación en medio del proceso del cónclave. Han aparecido dos supuestos escritos firmados por el papa Francisco pidiendo excluir a Becciu del cónclave. Un reporte sugiere que el Secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, comunicó a Becciu la existencia de estos escritos. Otro reporte menciona que Francisco le dijo al camarlengo, Kevin Farrell, que no permitiera la participación de Becciu.
Becciu, por su parte, afirma que su exclusión solo le fue comunicada por una nota de la Sala de Prensa y no mediante un acto formal, y que el Papa reconoció en el último consistorio que sus prerrogativas cardenalicias seguían intactas.
La existencia de estos escritos ha generado un intenso debate y plantea interrogantes sobre la autoridad del Papa para excluir a un cardenal de un cónclave, ya que el derecho canónico permite la participación de cardenales menores de 80 años. Algunos sectores ven esto como un precedente peligroso, mientras otros defienden la decisión papal dada la gravedad de las acusaciones.
A pesar de la controversia, Becciu ha participado en las 'congregaciones generales' preliminares al cónclave. Sin embargo, no se ha anunciado formalmente si podrá votar para elegir al sucesor de Francisco.
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¿Qué opinan los cardenales?
Figuras eclesiásticas han opinado al respecto. Luis Argüello, presidente de la Conferencia Episcopal Española, considera que "lo mejor sería que el propio cardenal Angelo Becciu renunciara" a participar, aunque la condena no sea firme.
Y el cardenal argentino Ángel Rossi expresó que si el papa Francisco había dado indicaciones claras de no participación, estas "deben ser respetadas", afirmando que "Si el papa dijo no, sería bueno que no".
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La controversia en torno a la participación de Becciu plantea un desafío sin precedentes para la Iglesia y genera incertidumbre y división mientras la Iglesia se prepara para el cónclave que definirá su futuro inmediato.