Antes de asumir el pontificado, el papa Francisco enfrentó dos cónclaves con acusaciones en su contra, ya que organizaciones de derechos humanos y el periodista Horacio Verbitsky lo señalaron por tener supuestos vínculos con las dictaduras militares de Argentina.
Eran los años 70. Jorge Bergoglio se desempeñaba como superior de la congregación jesuita en Argentina y, el 24 de mayo de 1976, los sacerdotes Francisco Jalics y Orlando Yorio consiguieron que Bergoglio les dejara trabajar en la villa de emergencia de Flores.
Esto sucedió a solo dos meses del golpe militar que derribó al gobierno de María Estela Martínez de Perón, lo cual dejó un escenario de persecución a los habitantes de Argentina. En específico, Jalics y Yorio fueron secuestrados y torturados en el centro de detención clandestina de la Escuela Superior de la Armada (ESMA).
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Jorge Bergoglio fue señalado durante muchos años y la polémica sobre su relación con la dictadura revivió cuando estuvo en tres cónclaves diferentes; en la última, fue potenciada ya que fue elegido como papa.
Yorio señala a Bergoglio por no protegerlos
"Yorio responsabilizó al superior jesuita por haberles quitado cobertura y dejarlos expuestos a la represión de los militares, lo que fue negado por Bergoglio, quien brindó testimonio dos veces ante la Justicia, en una causa en la que se condenó a represores de la ESMA", describe el libro *Francisco, el papa del pueblo*, escrito por Mariano de Vedia.
Sobre esos dos testimonios, el libro relata que se tomó declaración dos veces, en ese entonces, al arzobispo de Buenos Aires "en una causa por los tormentos y muertes que padecieron los secuestrados derivados a la ESMA y en otra abierta por los robos de bebés durante la dictadura de Jorge Rafael Videla".
Asimismo, estas acusaciones fueron reanimadas en los dos cónclaves en los que participó el cardenal argentino. En una ocasión, presuntamente, el periodista Horacio Verbitsky, presidente del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), realizó una cadena de correos electrónicos dirigidos a los cardenales durante el cónclave de 2005 (en el que se escogió a Benedicto XVI), denunciando la supuesta complicidad del arzobispo argentino con la dictadura militar.
Las acusaciones contra el papa Francisco no se comprobaron
El Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, defendió la conducta del papa durante los años de gobierno militar en Argentina, diciendo que "no tenía vínculo con la dictadura". Y, cuando asumió el pontificado, reafirmó su postura diciendo que "Francisco no tuvo nada que ver con la dictadura y no fue cómplice. Tal vez prefirió ejercer una diplomacia silenciosa para pedir por los detenidos y desaparecidos".
PAPA FRANCISCO - COBERTURA COMPLETA
En suma, no se encontraron pruebas judiciales y se puntualizó que Bergoglio no era obispo, por lo que su influencia era relativa en ese momento.
El juez Germán Castelli, quien atendió las denuncias judiciales, declaró a medios que "entendimos que su actuación no tuvo implicancias jurídicas en estos casos. Si no, lo hubiésemos denunciado". En sintonía, el gobierno argentino dejó solos a los denunciantes y la presidenta de las Madres de Plaza de Mayo, quien había sido crítica con la postura del papa, se retractó y dijo que las acusaciones eran "una canallada".
El Vaticano, después de elegir a Bergoglio, dijo que las acusaciones eran una "campaña de calumnias lanzada por una izquierda anticlerical para atacar a la Iglesia, que deben ser rechazadas con decisión".
Jalics, a sus 85 años de edad, cerró el tema al decir que "Bergoglio no nos denunció a Yorio y a mí. Es un error afirmar que nuestra captura ocurrió por iniciativa del padre Bergoglio... Celebramos una misa juntos y nos abrazamos. Me reconcilié con todo lo ocurrido y doy los hechos por cerrados".
Funeral del papa Francisco
Contexto: tras el anuncio del camarlengo de la Iglesia católica, el cardenal Kevin Joseph Farrell, sobre el fallecimiento del papa Francisco, a los 88 años en su residencia de Santa Marta, se realizan los preparativos para el funeral del sumo pontífice, el cual se regirá por la edición revisada del «Ordo Exsequiarum Romani Pontificis», aprobado por él mismo el 29 de abril de 2024 y dado a conocer el 20 de noviembre de ese mismo año.
El cuerpo del papa Francisco fue expuesto féretro abierto desde el miércoles en la Basílica de San Pedro, donde los fieles acudieron a presentar sus respetos y despedirse del sumo pontífice. Este viernes a las 19:00 hora de El Vaticano, se cerrará la Basílica de San Pedro para dar paso a los preparativos del funeral del papa este sábado 26 de abril.
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El funeral del papa Francisco será, a diferencia del de otros papas, más simple y humilde, con el propósito de reflejar de mejor manera la fe de la Iglesia en Cristo resucitado, según lo habría querido el propio pontífice, quien modificó el rito funerario de los papas argumentando que las exequias del máximo líder de la Iglesia Católica deben ser las de un pastor y discípulo de Cristo y no las de un poderoso hombre de este mundo.
El funeral tendrá lugar este sábado 26 de abril en la Plaza de San Pedro frente a la Basílica de San Pedro. Tras lo cual, el cuerpo del papa será trasladado a la Iglesia Santa María la Mayor para su inhumación.
