El cierre de gobierno en Estados Unidos dio un nuevo giro judicial. La jueza Susan Illston, del Distrito Norte de California, bloqueó temporalmente los despidos masivos que la administración Trump planeaba ejecutar en más de 30 agencias federales.
La decisión responde a una demanda presentada por dos sindicatos que argumentaron violaciones a las leyes laborales. La magistrada señaló que los comentarios públicos del presidente, quien aseguró que los recortes se dirigirían a “agencias demócratas”, revelan motivaciones políticas ilegales.
“En un país de derecho, eso no se puede hacer”, subrayó Illston, designada por el expresidente Bill Clinton.
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Noveno intento fallido en el Senado para reabrir el gobierno
El Senado estadounidense volvió a rechazar una iniciativa para reactivar el financiamiento federal, prolongando el cierre que ya suma 14 días.
El presidente Donald Trump mantiene su postura de utilizar el cierre como herramienta de presión para reorganizar el gasto y eliminar programas sociales.
Hasta el momento, más de 4,000 empleados han sido suspendidos y miles más están en riesgo, especialmente en el Departamento de Educación, donde casi toda la oficina de Educación Especial quedó paralizada.
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Programas que siguen activos y otros en peligro
Pese al caos, algunos programas esenciales continúan operando. El WIC, que apoya a más de 7 millones de mujeres y niños, sigue activo gracias a fondos de emergencia, aunque organizaciones alertan que la medida es temporal.
Los préstamos estudiantiles y las becas Pell se mantienen, pero con personal reducido, lo que retrasa trámites como la solicitud FAFSA.
Aeropuertos, protestas y un octubre incierto
Aunque los aeropuertos siguen abiertos, la falta de pago a empleados de la TSA y controladores aéreos ya provoca retrasos y ausencias.
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El panorama político se complica: se esperan protestas nacionales el 18 de octubre bajo el lema “No Kings”, mientras el Congreso prepara otra votación que podría volver a fracasar.
Cada día, el cierre deja de ser un debate partidista y se convierte en una crisis cotidiana para millones de familias estadounidenses.
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