La disputa comercial entre Estados Unidos y China incorporó un nuevo elemento de tensión en el ámbito aéreo, luego de que Washington propusiera restringir el uso del espacio aéreo ruso a las aerolíneas chinas.
El anuncio coincidió con declaraciones del presidente estadounidense, Donald Trump, quien afirmó este miércoles 15 de octubre de 2025, en conferencia de prensa desde la Casa Blanca que su país ya se encontraba en una guerra comercial con China.
Trump sostuvo que los aranceles representan un instrumento esencial de defensa y seguridad nacional. Según el mandatario, sin tales medidas su país enfrentaría una situación de vulnerabilidad ante prácticas comerciales que considera desleales.
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Restricciones en el tránsito aéreo
La propuesta del gobierno estadounidense plantea impedir que las aerolíneas estatales chinas utilicen el espacio aéreo de Rusia en sus vuelos con destino u origen en Estados Unidos.
La medida surge en un contexto en que Moscú mantiene cerrado su espacio aéreo a las compañías estadounidenses y a la mayoría de las europeas desde 2022, en respuesta a las sanciones impuestas por Occidente tras la invasión rusa a Ucrania.
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El Departamento de Transporte de Estados Unidos argumenta que esta situación crea un desequilibrio competitivo. Al poder sobrevolar Rusia, las aerolíneas chinas logran rutas más cortas y menos costosas, mientras que las estadounidenses deben extender sus trayectos entre dos y tres horas adicionales, lo que incrementa los costos operativos y afecta la oferta al consumidor.
En respuesta, seis aerolíneas chinas —entre ellas Air China, China Eastern y China Southern— presentaron quejas formales ante las autoridades estadounidenses. Sostienen que la restricción perjudicaría el interés público, aumentaría los costos y elevaría las tarifas para los pasajeros.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de China consideró que la medida afectaría a los viajeros internacionales y llamó a resolver la disputa mediante el diálogo.
Aranceles y sanciones en la semana de mayor tensión comercial
El conflicto aéreo se inserta en una serie de medidas económicas adoptadas durante los últimos días por ambos países. El gobierno estadounidense anunció nuevos aranceles de entre 10 y 50 por ciento sobre importaciones de muebles, madera y gabinetes de cocina, con incrementos previstos para el próximo año.
Además, Trump reiteró la posibilidad de aplicar un impuesto adicional del 100 por ciento a todos los productos chinos a partir del 1 de noviembre.
Paralelamente, ambos países implementaron tarifas recíprocas sobre los buques en sus respectivos puertos.
En respuesta, China sancionó a cinco filiales estadounidenses de la empresa surcoreana Hanwha Ocean, acusándolas de colaborar con una investigación del gobierno estadounidense sobre la industria naval china.
Minerales estratégicos y medidas regulatorias
La tensión también se trasladó al sector tecnológico y de recursos naturales. China impuso nuevas restricciones a la exportación de minerales de tierras raras, insumo clave para la producción de dispositivos electrónicos y tecnologías avanzadas. Estas limitaciones podrían afectar a fabricantes estadounidenses y europeos.
Por otra parte, Beijing activó investigaciones antimonopolio mediante la Administración Estatal de Regulación del Mercado (SAMR) contra empresas tecnológicas estadounidenses, entre ellas Qualcomm, y analiza extenderlas a otras como Nvidia. Estas acciones se presentan como parte de una estrategia para reforzar el control sobre su cadena de suministro tecnológica.
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Impacto económico y perspectivas
Mientras Trump sostiene una postura firme sobre los aranceles, el gobierno de Xi Jinping reiteró que no busca una guerra comercial, aunque declaró que está preparado para enfrentarla si resulta inevitable. Las autoridades chinas reiteraron su disposición al diálogo, en tanto que los mercados internacionales muestran signos de volatilidad ante la incertidumbre política.
Los analistas prevén que la aplicación de los aranceles más recientes podría aumentar los precios al consumidor y desacelerar sectores estratégicos, entre ellos la construcción de viviendas en Estados Unidos. El curso de las negociaciones determinará si la disputa se amplía hacia nuevas áreas o si se retoma la vía diplomática en las próximas semanas.
Con información de Agencias: AP y Reuters
VGB
