SUDÁN

Claves para entender la guerra por el oro de Sudán

El conflicto interno de Sudán ha dejado miles de personas heridas, cientos de muertes y abusos a los derechos humanos de la ciudadanía; la razón: las minas de oro

Escrito en MUNDO el

Sudán vive su tercer día consecutivo de violentos enfrentamientos entre miembros del ejército y las milicias paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas en inglés).  Los combates se han registrado en la capital, Jartum, y otros puntos del país, como resultado de una lucha de poder dentro del país, gobernado por los militares. Hasta el momento, se reporta un saldo de más de 100 muertos y cerca de 1.100 heridos. La razón: el oro

En los últimos días, Sudán ha experimentado un repunte de la violencia que ha dejado varias personas muertas y heridas. Entre los motivos del rebrote de violencia, se encuentra la falta de diálogo entre los dos principales líderes militares que quedaron al frente del país tras la caída de Omar al-Bashir en 2019, de acuerdo con información de la BBC. 

Mohamed Hamdan Dagalo, jefe de la RSF y más conocido como Hemedti, y Abdel Fattah al Burhan, jefe del ejército y presidente del país, no han logrado establecer un canal de comunicación efectivo para conducir la nación hacia una democracia civil.

El oro: la "maldición" de Sudán

Uno de los factores clave que aportan a la tensión interna en Sudán es la posesión de una de las reservas de oro más grandes del continente africano. Solo en 2022, de acuerdo con información del gobierno, Sudán logró exportaciones cercanas a los US$2.500 millones que corresponden a la venta de 41,8 toneladas de oro.

La mayor parte de las minas más rentables del país están bajo el control de Hemedti y las milicias del RSF, que financian su funcionamiento con la venta del oro no solo al gobierno de Jartum, sino también a otros compradores de países vecinos.

De acuerdo con los registros locales y el experto en Sudán, Alex De Waal, decenas de miles de jóvenes acudieron en masa a esa región del país para probar suerte en minas poco profundas con equipos rudimentarios. Algunos encontraron oro y se hicieron ricos, mientras que otros sufrieron accidentes en pozos que colapsaron o se enfermaron envenenados por el mercurio y el arsénico utilizados para procesar las pepas del metal.

"A todas luces esto se vio como un regalo del cielo, teniendo en cuenta lo que habían perdido con Sudán del Sur", le explica a la BBC el analista experto en temas de Sudán de la Universidad de Tufts, Alex de Waal. "Pero pronto se convirtió en una maldición porque lo que hizo fue intensificar la lucha por el control del territorio entre varios bandos y dio lugar a una fiebre del oro descontrolada", añade.

En este contexto, la posesión de las minas de oro se ha convertido en un motivo de lucha entre los distintos grupos armados del país, lo que ha generado una escalada de la violencia en Sudán. El gobierno sudanés ha intentado controlar la situación, pero hasta ahora no ha logrado establecer un diálogo efectivo con los líderes militares y las milicias armadas que controlan gran parte del territorio.

Sudán, la nación gobernada por militares

El golpe de Estado ocurrido en octubre de 2021 llevó a Sudán a ser gobernado por un consejo de generales, donde el general Abdel Fattah al Burhan, jefe de las fuerzas armadas y presidente del país, y su segundo, el general Mohamed Hamdan Dagalo, líder de las RSF, están en desacuerdo sobre la dirección que ha tomado el país y la propuesta de transición hacia un gobierno civil.

La inclusión de las RSF en el ejército, conformadas por 100.000 efectivos, es uno de los puntos más conflictivos. Las hostilidades comenzaron el pasado sábado luego de que miembros de las RSF fueran redistribuidos por el país, una medida interpretada por el ejército como una amenaza. Diplomáticos han urgido a ambos bandos a un alto el fuego y retomar las negociaciones.

Las RSF se formaron en 2013 a partir de la notoria milicia Janjaweed, que combatió brutalmente a los rebeldes en Darfur. Desde entonces, el general Dagalo ha construido una fuerza poderosa que ha intervenido en conflictos en Yemen y Libia, y que controla algunas de las minas de oro de Sudán. Estas fuerzas también han sido acusadas de abusos a los derechos humanos, incluida la masacre de más de 120 manifestantes en junio de 2019.

La presencia de una fuerza tan poderosa fuera del ejército es vista como una fuente de inestabilidad. La comunidad internacional insta a los generales enfrentados a poner fin a los combates y retomar las negociaciones para garantizar la estabilidad del país y avanzar hacia una democracia liderada por civiles

Un activista por la defensa de los derechos humanos le dijo a la BBC desde la capital sudanesa que la gente en Jartum se ha quedado sin agua y sin comida, luego de tres días de combate que han dejado sin energía a la ciudad y con sus tiendas cerradas.

La incertidumbre sobre el futuro de Sudán se mantiene, mientras los sudaneses esperan que la situación se estabilice y se encuentre una solución pacífica a los conflictos internos