SALMAN RUSHDIE

Salman Rushdie: ¿cuál es su estado de salud?

EU considera "repugnante" que Irán culpe a Rushdie del ataque que sufrió; Irán dice que el escritor insultó a 1,500 millones de musulmanes

Salman Rushdie, delicado. Foto: EFE
Salman Rushdie, delicado. Foto: EFE
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Washington.- Estados Unidos calificó este lunes de "repugnante" el hecho de que Irán haya responsabilizado al propio Salman Rushdie y a sus comentarios sobre el islam por el ataque que sufrió la semana pasada en Nueva York y que lo mantiene hospitalizado.

"Culpar de este ataque a la víctima, a Salman Rushdie, es algo despreciable. Es repugnante. Lo condenamos", respondió en rueda de prensa el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price.

El funcionario estadounidense recriminó que el Gobierno iraní ha jugado un "papel central" en las amenazas que ha sufrido el escritor.

Además, calificó de "absolutamente escandaloso" el "regodeo" que ha tenido lugar por parte de algunos sectores de Irán a raíz del apuñalamiento contra el autor de "Los versos satánicos", libro publicado en 1988.

Irán culpó este lunes al escritor del ataque que sufrió el viernes por insultar a los musulmanes y rechazó toda responsabilidad, pese a la fatua que emitió el ayatolá Ruholá Jomeiní en 1989 contra él.

"No consideramos culpables a nadie más que a él (Rushdie) y a sus seguidores", dijo en rueda de prensa el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Naser Kananí.

IRÁN REACCIONA AL ATENTADO CONTRA RUSHDIE

El gobierno de Irán culpó este lunes al escritor Salman Rushdie del ataque que sufrió el viernes por insultar a 1,500 millones de musulmanes y rechazó lazos con el atacante.

"No consideramos a nadie más que a él (Rushdie) y a sus seguidores dignos de culpa e incluso de condena", dijo en rueda de prensa el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Naser Kananí.

Se trata de la primera reacción oficial iraní desde el ataque a puñaladas que sufrió el viernes en Nueva York el autor de “Los versos satánicos”, quien continúa ingresado en estado grave con daños en el hígado, un riñón y un ojo, que podría perder.

Kananí subrayó que Rushdie provocó la irá del público al insultar el islam y a más de 1.500 millones de musulmanes.

“Salman Rushdie provocó la ira pública al insultar el sagrado islam y a 1.500 millones de musulmanes”, dijo Kananí.

El portavoz no hizo ninguna referencia a la fatua que emitió Jomeiní pidiendo el asesinato de Rushdie en 1989, lo que obligó al escritor a pasar años en la clandestinidad.

EL ESTADO DE SALUD DE SALMAN RUSHDIE

El escritor británico de origen indio, de 75 años, fue apuñalado en un acto público en el estado de Nueva York por Hadi Matar, a quien especialistas en radicalismo islámico identifican como simpatizante de Irán y de la Guardia Revolucionaria Islámica, considerada el ala dura del régimen iraní.

Rushdie continúa ingresado en estado grave, con daños en hígado, riñón y un ojo, que podría perder, pero está evolucionando positivamente y ya no necesita respiración asistida.

¿QUÉ HIZO ENOJAR A IRÁN?

El escritor Salman Rushdie, quien fue apuñalado este viernes en un acto público en Estados Unidos, lleva temiendo por su vida desde que publicó el polémico libro "Los versos satánicos", en 1988.

Su obra fue objeto en 1989 de una fetua (decreto religioso) por parte del régimen islámico de Irán, que la consideró como un insulto al Corán, a Mahoma y a la fe islámica.

El 14 de febrero de 1989 el ayatolá Jomeini condenó a muerte al escritor y a los implicados en la publicación del libro, y en 1992 se puso precio a su cabeza: cinco millones de dólares.

Pese a que Rushdie, de 75 años, se retractó públicamente y redactó una declaración en la que manifestó entonces su adhesión al Islam (su religión original), la fetua no fue levantada.

La causa contra el escritor despertó gran interés internacional y en 1989 se creó el Comité Internacional para la Defensa de Rushdie y de sus editores, del que formaron parte The Financial Times, The Guardian, The Independent, Le Monde y El País.

Ni las presiones internacionales ni los donativos de Rushdie con motivo del terremoto que asoló Irán aquel mismo año, sirvieron para calmar el ambiente.

Por aquel entonces decía: "Soy musulmán. Este es un asunto de conciencia y no corresponde a ningún ser humano cuestionarlo”, escribió Rushdie en una carta al diario londinense The Independent en 1991, después de que dos líderes islámicos dijeran que su vinculación con el Islam era inaceptable porque no había retirado la novela.

Su relación con la religión fue cambiando con los años, cada vez con mayor distanciamiento y en una entrevista de 2006 con Bill Moyers se describió como un "ateo de línea dura".

AGRESIONES PRECEDENTES POR EL MISMO CASO

El primer apuñalamiento relacionado con "Los versos satánicos" se dio en Milán, en julio de 1991, cuando Ettore Capriolo, traductor de la obra al italiano, fue acuchillado en su apartamento por un desconocido que se presentó a él como un ciudadano iraní.                                                                 

Capriolo recibió varios golpes en la cabeza y heridas de arma corta en el cuello, los brazos y el tórax, pero sobrevivió.

Menos suerte tuvo Hitoshi Igarashi, traductor del libro al japonés, que fue asesinado el 12 de julio de ese mismo año en Tokio.

El miedo por su vida no paralizó a Rushdie, quien en 1992 recorrió media Europa para movilizar a la opinión pública y convencer a los gobiernos de que presionaran al Gobierno iraní. Sin embargo, necesitaba protección personal en todos sus movimientos.

En 1998 el Gobierno iraní se comprometió ante la ONU a no buscar la muerte de Rushdie como parte de un acuerdo más amplio con Inglaterra para normalizar las relaciones.

Los llamamientos a su asesinato remitieron con los años, pero en 2016 la agencia oficial iraní Fars publicó que cuarenta medios públicos habían recaudado 600,000 dólares para renovar la fetua y ofrecer esa recompensa a quien lo matara.

En 2012, el escritor se vio obligado a cancelar su participación en el Festival de Literatura de Jaipur (India) debido a que, supuestamente, dos sicarios pretendían matarle durante su celebración.