Nancy, de 22 años, nunca había vivido algo así. La madrugada del lunes pasado, mientras dormía junto a su madre, abuela, padre, esposo y dos niños, escuchó un estruendo: más de 100 toneladas de rocas se habían desprendido del cerro y caído en el patio de su casa, en San Lorenzo Totolinga, Naucalpan, Estado de México.
“Al principio no comprendíamos qué pasaba, hasta que vimos por las ventanas las enormes rocas”, dijo al confirmar que a pesar del riesgo la familia no desalojará la vivienda.
La madrugada que lo cambió todo
El incidente ocurrió el lunes 11 de agosto, alrededor de las 5:30 horas, en la Primera Cerrada de la comunidad La Cantera, entre Raquelito y La Cañada, en el pueblo de San Lorenzo Totolinga, Naucalpan. Los vecinos aseguran que desde el mes de julio habían avisado a protección civil que había riesgo en la zona.
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Después del desgajamiento, durante los dos primeros días, vecinos, personal del gobierno municipal y Protección Civil ayudaron a retirar piedras y despejar accesos. Pero, denuncia Nancy, “ya se fueron y seguimos con riesgo”.
La joven, que desde hace años se dedica a vender productos por catálogo y organizar excursiones, afirma que su familia rechazó ir a un albergue. “Yo llegué aquí con mis papás cuando tenía cinco años, y ya tengo 22 y desde entonces estamos aquí. Somos una familia muy unida. La gente del gobierno dijo que le ofrecían llevar a mi abuelita a un albergue, pero no quisimos, siempre hemos estado unidas y si así hemos de morir así será”.
Daños y pérdidas
El derrumbe destruyó una escalera de concreto y dos motocicletas, indispensables para su trabajo. “Con la moto hacía 30 minutos en mis entregas; en microbús, es hora y media. Nos prestaron dos, pero una nos la robaron y vale unos 12 mil pesos”, lamenta.
En total, más de 80 metros cuadrados quedaron cubiertos por rocas. Una máquina y camiones de volteo realizaron 22 viajes para remover el material.
El riesgo persiste
Pese a la limpieza parcial, en la zona hay taludes agrietados y con probabilidad de colapso. “La única persona que trabaja cantera aquí nos cobra 25 mil pesos para retirarlas, y no tenemos ese dinero”, explica.
En el pasillo trasero aún se mantiene en pie una pequeña capilla con la Virgen de Guadalupe y un Cristo, intactos tras el derrumbe. “Ni un rasguño, pero mi abuelita ya no puede bajar de la parte alta, usamos una escalera provisional”.
Antecedentes en la región
En contexto: el peligro por deslaves y desprendimientos no es nuevo en la zona del Valle de México.
12 de agosto, en la colonia La Alborada, Tlalnepantla se registró un deslave, no se reportaron personas lesionadas, se evalúan daños en viviendas.
13 de agosto, se registró un deslave en la colonia Almarcigo Norte en Ecatepec, afectó una vivienda y un vehículo, sin reporte de lesionados.
El domingo pasado, en la colonia Lázaro Cárdenas de Tlalnepantla, rocas cayeron sobre una vivienda, atravesando techos de lámina.
Hace poco más de un mes, dos rocas de 200 kilos dañaron un domicilio en la colonia La Cantera.
El 17 de septiembre de 2024, se registró un deslave en un cerro de las colonias Emiliano Zapata y La Raquelito, Naucalpan,, seis personas perdieron la vida.
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El 10 de septiembre de 2021, el desprendimiento del Cerro del Chiquihuite en Tlalnepantla sepultó cuatro casas y causó la muerte de cuatro personas, incluidos dos menores.
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