Entre plagas y la incertidumbre de que un talud de basura y tierra termine con su patrimonio, viven un centenar de familias en la comunidad de Villas de San Agustín, en el municipio de Chimalhuacán, en el oriente del Estado de México.
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La familia Martínez habita justo en la ladera del cerro de San Agustín Atlapulco y hasta hace menos de cinco años su casa era de las últimas, pero la necesidad de una vivienda orilló a decenas de pepenadores a asentarse en la parte alta y convirtieron el sitio en un tiradero de basura clandestino.
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A decir de los vecinos, los recolectores comenzaron a verter toneladas de desechos que recogen de casas y calles, en la montaña, sin embargo, el viento y las lluvias provocan que la basura descienda y se almacene en la orilla de las viviendas.
"Ellos sacan de la basura lo que les sirve porque lo venden, de ahí viven, eso lo entendemos, pero todo lo demás lo dejan ahí, lo avientan y a nosotros toda esa basura se nos acumula justo atrás de la barda", explicó la señora Jenny Martínez.
Agregó que la basura ha provocado daños de humedad en su barda perimetral que, en una lluvia atípica como la que se registró el pasado 26 de junio podría colapsar como les sucedió a sus vecinos de la calle Retamatitla -familia Guzmán- quienes lo perdieron todo luego de que toneladas de basura, lodo y piedras derribaron su casa.
"Nos da miedo, por eso le pedimos a las autoridades que no sea sólo que ahorita ya limpiaron y ya, sino que estén pendientes de que no vuelvan a tirar basura aquí, porque tenemos plaga de todo, hay plaga de cucarachas, ratas, basura hay todos los días y por más que uno trata de tener limpio no se puede hacer nada por que siguen echando más y más basura", agregó.
Incendio en basurero "Escalerillas" provocó tiraderos clandestinos
De acuerdo con vecinos, los asentamientos y tiraderos clandestinos en las zonas altas de la localidad comenzaron a registrarse después del incendio del basurero "Escalerillas" donde cientos de personas dedicadas a la recolección se quedaron sin un lugar donde trabajar y vivir.
"Escalerillas" se incendió en junio de 2022, las labores para sofocarlo tardaron más de 20 días debido a que aparentemente no recibía saneamiento y no contaba con la infraestructura adecuada para el tratamiento y almacenamiento de residuos sólidos urbanos.
En ese mismo mes, autoridades de la Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de México (Propaem) determinaron clausurar el sitio en su totalidad y obligó al ayuntamiento a cumplir con las especificaciones técnicas de la Norma Oficial Mexicana NOM-083-SEMARNAT-2003, relacionada con la conducción, captación y desazolve de lixiviados generados, recubrimiento, bermas y geomembrana en el relleno sanitario.
Tras los hechos, los afectados salieron del lugar ubicado en la zona limítrofe con Chicoloapan para buscar nuevas oportunidades, con sus carretas y caballos se asentaron en otros cerros de Chimalhuacán donde vierten basura y la pepenan para sobrevivir.
Ayuntamiento clausura vertedero
Ante las denuncias de los vecinos y luego de la lluvia de las últimas semanas, el gobierno de Chimalhuacán clausuró el basurero clandestino que ponían en riesgo a la comunidad de San Agustín Atlapulco y otros barrios cercanos, además rescató a dos caballos que eran utilizados para la recolección.
Julieta Valentino Vázquez, directora de medio ambiente y ecología de Chimalhuacán explicó que, la clausura se realizó con diversas direcciones del ayuntamiento y el área jurídica realiza una valoración para determinar si son dueños legítimos del terreno.
En caso de serlo, no podrán continuar con sus actividades relacionadas con los desechos, pues incurren en un delito ambiental por acumular cientos de toneladas de basura a cielo abierto que están en contacto directo con el suelo sin impermeabilizar.
"Así sea con el argumento –no confirmado– de que se hacía para su separación con fines de reciclaje. El hecho real es que el desbordamiento de la basura ahí acumulada hacia otros predios provocó un daño a las y los vecinos", explicó.
Los dos caballos de tiro ya son valorados por médicos veterinarios y aparentemente ya existían denuncias para rescatarlos debido a que eran maltratados y explotados.
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