Apoyados en sus rodillas, cientos de personas se acercan a la imagen de la Virgen de Guadalupe para pagar sus mandas. Algunos pidieron para que no deporten de Estados Unidos a sus familiares, otros la salud de sus hijos enfermos, para tener fuerza y terminar la universidad y en casos extremos, como tributo por haberlos salvado de la muerte.
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Si bien millones de peregrinos visitan la Basílica del 6 al 12 de diciembre, el día más importante en el que se ve un gran número de personas que pagan sus mandas andando de rodillas.
A qué altura del camino se arrodillan depende del fervor del guadalupano a la Virgen de Guadalupe, del peso de su petición y, en algunos casos, de la cantidad de culpa que les genera alguna situación.
Hasta personas discapacitadas cumplen sus mandas a la Virgen; hombres y mujeres en silla de ruedas o muletas se abren paso entre las personas para llegar al altar de la Basílica.
En silla de ruedas visitando a la Virgen de Guadalupe
Alejandro, pese a estar postrado en una silla de ruedas y haber perdido el habla y la movilidad en su cuerpo, acude cada 11 de diciembre a visitar a la Virgen y agradecerle que, a pesar de estar enfermo, no sufre mucho dolor.
La silla que lleva a Alejandro es empujada por su hijo Alejandro, quien se comprometió con su padre y con la Virgen a ayudarle a cumplir con su manda hasta el día en que su papá muera.
El compromiso de Alejandro padre comenzó en 2006, cuando él le pidió no sufrir mucho dolor por la enfermedad crónico degenerativa que le diagnosticaron y que gradualmente le quitó el habla y la posibilidad de caminar.
Agradecen por sobrevivir al COVID-19
Este año, Miguel, de 18 años, terminó de pagar su penitencia porque pidió que ningún familiar suyo muriera por el COVID-19.
Sus familiares sí se enfermaron durante la pandemia pero ninguno se murió, por eso desde Huejotzingo, Puebla, él y su congregación viajaron hasta la Basílica de Guadalupe para agradecer el favor de proteger a su comunidad.
Pidió por fuerza para terminar su carrera y ya casi se gradúa
El sueño de Melina siempre fue ser enfermera, se mudó de su municipio Huejotzingo, Puebla para estudiar enfermería. La falta de dinero para mantenerse y el apoyo inexistente de su familia la orillaron a rogarle a la Virgen por su ayuda.
Hoy Melina caminó de rodillas apoyada en la mano de su tía para celebrar que está a meses de graduarse de la carrera y que pese a múltiples obstáculos podrá alcanzar una mejor vida para ella y para su hija pequeña.
Enrique llegó desde Ozumba, Estado de México, para agradecer que su hermano mayor cruzó la frontera entre México y Estados Unidos sin ser atrapado por la policía migratoria.
Su hermano representa el sustento económico de su madre y sobrinos, por esto es vital que no lo deporten y siga mandando dólares desde Estados Unidos, allí trabaja de lo que encuentra, desde jornalero hasta piscador de fresas o chiles.
Los 11 de diciembre de los próximos cinco años, Enrique visitará a la Virgen de Guadalupe en la Basílica para agradecer que su hermano se salve de ser enviado de regreso a México.
Sanó sus quemaduras de tercer grado y le dio gracias a la Virgen
José Arturo tuvo un accidente el año pasado que le provocó una decena de quemaduras de tercer grado en brazos y cuello. Estuvo internado por meses en el Hospital “Rubén Leñero” recuperándose de sus heridas y le prometió a la Virgen que si sobrevivía iría cada año el resto de su vida a darle las gracias.
Tiene más de 50 años, pero está comprometido con cumplir su promesa a la Virgen de Guadalupe que, según José Arturo, fue la diferencia entre la vida y la muerte así como la razón de sus ganas de vivir.
El guadalupano explicó que además de haber sanado su cuerpo, la Virgen de Guadalupe le ayudó a dejar sus vicios y a tener una mejor relación con su familia, menos violenta y más amorosa.
Apoyan a migrantes
A pocas horas de que llegue el 12 diciembre, el señor Roberto Martínez en compañía de su familia realizan una manda para agradecer a la Virgen de Guadalupe por las bendiciones recibidas este 2024.
El señor Martínez en compañía de su esposa, hija y nieto reparten agua en el cruce de Circuito Interior y Eduardo Molina a los peregrinos que se dirigen a la Basílica de Guadalupe para cantarle a la Virgen.
Don Roberto comenta a La Silla Rota que desde años realiza la manda pero cuando fue la pandemia por covid-19 tuvieron que suspender la entrega de víveres que reparten a los peregrinos que pasan sobre Circuito Interior, pero una vez levantada la pandemia retomaron la manda.
Con información de Karla Alva