A 11 meses del feminicidio de la doctora Alejandra Zárate Osorno, una eminencia científica y directora de Patología del Hospital Español, cuya labor profesional contribuyó a salvar miles de vidas, sobre todo de mujeres con cáncer de mama, la justicia no ha llegado todavía. El proceso contra Máximo “N”, su empleado de “confianza” y probable autor del crimen, camina lento, y además existe un cómplice que sigue prófugo.
El doctor Adrián Alejandro Carballo Zárate, hijo de Alejandra Zárate Osorno, exigió a la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM), a cargo de José Luis Cervantes Martínez, identificar y detener al segundo implicado en el asesinato, así como demostrar mayor empeño en este caso que no ha registrado grandes avances en los últimos meses, a fin de que haya una condena ejemplar por el delito de feminicidio en contra del imputado.
Después de haber sido pospuesta en dos ocasiones, este viernes 14 de julio de 2023 se realiza la audiencia de desahogo de pruebas que será trascendental para aportar los indicios que puedan culminar posteriormente en una sentencia contra Máximo “N”, quien durante 16 años gozó de la confianza de la doctora que lo contrató como empleado en su domicilio.
Sin embargo, la profesionista terminó siendo víctima de la ola de violencia contra las mujeres que prevalece en México.
Este hombre robó dinero que ella guardaba en su casa y terminó ejerciendo violencia sexual y asesinándola el 12 de agosto de 2022; con la ayuda de un cómplice, aún no detenido, abandonó el cuerpo a bordo de la propia camioneta de la patóloga en la colonia Pensil, alcaldía Miguel Hidalgo, en Ciudad de México.
Después del feminicidio, todavía regresó a “trabajar” a la casa de la Doctora, quien era teniente coronel en retiro, en el Estado de México, con el propósito de intentar desviar las investigaciones, según se desprende de la indagatoria que inició la fiscalía capitalina y que luego asumió la FGJEM.
Adrián Alejandro Carballo Zárate comenta a La Silla Rota que este crimen reúne las características de un feminicidio, no es un asesinato “común”, por lo que la condena debe ser indudablemente por este grave delito del que han sido víctimas miles de mujeres en todo el país. “No fue un robo simplemente, hubo mucha violencia, el cuerpo fue expuesto públicamente, se dio un abuso de confianza, existen muchos factores para tipificarlo como feminicidio”, añadió.
“Hay otro sujeto, fueron dos al menos, un cómplice que no ha sido detenido ni identificado, creo que aquí por parte de la autoridad ha faltado un poco de empeño en localizar a este sujeto o al menos identificarlo.
“No ha habido grandes avances la verdad desde el punto de vista de la fiscalía, pero confío en que se busque a esta persona que a final de cuentas es peligrosa para la sociedad, cometió un crimen de esa magnitud y pues puede volver a reincidir, debe haber castigo también para él”, indicó.
El doctor Adrián Alejandro, también patólogo en el Hospital Español, reiteró su llamado a la FGJEM y a Poder Judicial del Estado de México para que se concluya con una sentencia apegada a Derecho por feminicidio en contra de Máximo “N”, actualmente preso en el penal de Barrientos
“Yo destacaría dos cosas: número uno, que se haga justicia, que no haya un acuerdo extrajudicial, ya hemos visto o sabemos como ‘funciona’ en algunas ocasiones nuestra justicia; y en segundo lugar, que sea localizado, identificado y detenido el otro sujeto que participó en el feminicidio de mi madre”, puntualizó.
“Confiamos en las autoridades de procuración de justicia y judiciales, pero exigimos que se haga un esfuerzo para que no haya impunidad y que todos los culpables, no nada más uno, estén en la cárcel”.
Eminencia científica que contribuyó a salvar vidas
La pérdida física de la directora de Patología del Hospital Español no solo ha sido un inmenso golpe para su hijo, familiares, amigos, colegas y quienes la conocieron bien, sino también para mujeres y hombres que sufren cáncer e incluso para el desarrollo de generaciones de médicos en el país.
De 63 años de edad, y egresada de la Escuela Médico Militar, era considerada una científica de excelencia no solo en México, sino a nivel internacional.
“Hablando desde un punto de vista más científico, en la comunidad médica era una gran personalidad, era una doctora, una científica, lo importante es que formó muchas generaciones de patólogos y de otras especialidades que venían por ella.
“Muchas generaciones, van a pasar años o décadas para tratar de volver a alcanzar el nivel y la experiencia que ella tenía para el desarrollo de médicos en este país”, señaló su hijo-Sabemos que la Doctora aportó mucho-, se le comenta.
“A los patólogos muchas veces les dicen que son los médicos de los médicos, porque los doctores que toman biopsias las envían a patología para que se realice el diagnóstico desde el punto de vista celular, molecular, genético, entonces ella contribuyó o contribuimos con excelentes diagnósticos que muchas veces los médicos ni los patólogos sospechaban.
“Aportó mucho a la investigación, llevábamos varias líneas, que bueno siguen, en las que ella tenía mucha experiencia, principalmente de linfomas y de algunos cánceres de mama, donde era principalmente su experiencia, la de identificar nuevos linfomas y las respuestas a tratamientos en los casos de cáncer de mama”.
¿Ella también contribuyó a salvar vidas?
“Efectivamente, con los estudios que hacíamos se podía predecir la respuesta de un tratamiento de cáncer de mama”. El doctor recuerda a su madre como una mujer ejemplar, muy disciplinada, que daba la impresión de ser “ruda”, pero siempre era justa, muy ética, amorosa con él y con todas las personas que le rodeaban. “Abrazaba a todos como amigos, de forma a veces como si fueran sus hijos, siempre dispuesta a apoyar”. En cuatro semanas se cumplirá el primer aniversario luctuoso de la Doctora y aún no hay sentencia.
CAO