MADRE GRAFITERA

Madre grafitera continúa legado de su hijo asesinado

Tras sepultar a su hijo, decidió continuar su legado como grafitero usando el mismo sobrenombre

Madre grafitera continúa legado de su hijo asesinado
Madre grafitera continúa legado de su hijo asesinadoCréditos: Especial
Escrito en METRÓPOLI el

El amor de Atala por su hijo no tiene límites. Ya son cuatro años que la madre de familia lleva grafiteando los muros para continuar el legado de su pequeño, quien fue asesinado y amaba el arte urbano.

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Haxel era un joven estudiante que amaba el grafiti. El nombre que decidió usar para plasmar su arte en los muros fue el de Sic, las siglas de 'sistema igual a corrupción'.

"Haxel empezó a pintar a los 16 años y hasta los 18. Al principio sí fue algo molesto '¿cómo es posible que te vas a dedicar a esto?' pero cuando vi que sí le estaba echando ganas a la escuela, siguió su preparatoria y estaba trabajando, pues le dije que adelante", recuerda Atala.

Lamentablemente, en 2019, cuando tenía tan sólo 18 años, Haxel fue asesinado.

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Ese evento marcó la vida de su madre, Atala, quién ahora es conocida como Sic, ya que tras sepultar a su hijo, decidió continuar su legado como grafitero usando el mismo sobrenombre.

"Cuando lo entierro, y fui a su cuarto y vi su último grafiti, veo sus bocetos, sus latas, todas esas cosas, pues me marcó porque me dije 'Haxel no puede terminar aquí, nada más en un ataúd', porque muchas veces cuando hacía una pinta me decía 'mamá te amo'. Y me dije 'voy a pintar por él', porque no puede quedar así el legado de lo que él amaba", recuerda la madre, ahora llamada Sic.

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Dos días después del entierro de Haxel, sus amigos invitaron a Atala a salir a pintar; ella, sin experiencia en esta forma de expresión, aceptó.

Fue así que la madre hizo su primera pinta, de manera clandestina, bajo el alias de Sic.

"Me dijeron 'vengase, no pasa nada', nos brincamos al cine de allí de Calzada Ignacio Zaragoza. Empezaron a trazar y yo a rellenar, porque yo no sabía, ya cuando nos fuimos, voltee, la vi y dije 'a fuerza, así va ser. Esto va ser tuyo Sic y va ser para ti, va ser tu legado que voy a seguir hasta donde tenga las fuerzas", asegura Átala, no sin que su voz se corte por el sentimiento de recordar.

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A sus 50 años Sic ha grafiteado muros, anuncios y hasta vagones del metro, algunos de forma legal pero la mayoría clandestinamente. Así fue puliendo su técnica.

Y es que el grafiti se ha convertido en la terapia de esta madre.

"Mi fuga fue esto, el graf, el grafiti me ayudó, no superar, porque nunca lo voy a superar, pero tal vez entender, simplemente del graf me agarré para sobrevivir", recalca.

Entre las pintas que más enorgullecen a Sic, está la de las instalaciones del Metro, ya que realizar unas así era el sueño de su hijo.

Sobre abrir brecha para otras mujeres grafiteras, Sic se siente orgullosa de que las jóvenes la reconozcan.

"Apenas un grupo de chavitas se me acercaron y me dijeron '¿Cómo haces unas letrotas si tú estás bien chiquita?', pues uso un banco. Hay que saberselas ingeniar, si quieres pintar hay que ingeniárselas, no poner pretextos que porque soy mujer, porque ya estoy grande, que es mi caso; no te intimides por nada ni por nadie.

Es así que Sic da continuidad a la historia de su hijo a través del grafiti, y así lo hará hasta que su salud se lo permita.

"Aquí seguiremos hasta que el cuerpo me dé oportunidad".

VGB