EDOMEX

Los históricos puentes Centenario y Jorobado, en el abandono en el Edomex

Estos puentes ubicados en Atizapán y Naucalpan son considerados joyas arquitectónicas de la región, pero sufren el abandono y el deterioro

Créditos: Especial
Escrito en METRÓPOLI el

Atizapán de Zaragoza, Méx.- Este municipio cuenta con algunas de las joyas arquitectónicas más importantes de la región, que destacan por su importancia histórica, cultural y religiosa, como son los puentes Centenario y El Jorobado, además de las iglesias de Calacoaya, San Francisco de Asís y San Mateo Tecoloapan; sin embargo, el descuido y el abandono han causado su deterioro. 

Construido después de 1798, el Puente de los Virreyes o Puente el Jorobado, se ubica entre los límites de Atizapán de Zaragoza y Tlalnepantla, conectaba a Calacoaya con la Hacienda de Santa Mónica. Este puente según el cronista Arturo Trueba, servía para el paso de los carretones provenientes de la capital del país, mismas que abastecían de víveres y materias primas a comercios de la época y a las fábricas de La Colmena, Barrón, San Ildefonso y Progreso Industrial en Nicolás Romero.    

Por este lugar cruzaban las carretas con pasajeros y mercancías como el carbón, sin embargo, se cuentan historias populares entre las personas adultas mayores, don Víctor González, de Calacoaya quien falleció hace cinco años, contaba que a su vez a él le comentaron sus ancestros que grupos de forajidos o bandoleros asaltaban en este sitio a las carretas provenientes de la Hacienda Santa Mónica, única que almacenaba maíz en la región.   

Posteriormente ante el incremento de las necesidades de la industria y el comercio de Atizapán y de san Pedro Azcapotzaltongo, según el cronista, obligaron a la introducción del ferrocarril Montealto, que también usó el puente de El Jorobado en su paso de la Ciudad de México a Nicolás Romero.

El puente El Jorobado, originalmente fue de madera, luego de vigas resistentes, y posteriormente se edificó de piedra como se conservó hasta que fue remodelado completamente por orden del entonces gobernador del Estado de México, Emilio Chuayffet Chemor.  

Otra de las obras arquitectónicas de gran valor histórico es el puente Centenario, el cual fue construido al conmemorarse los primeros 100 años de la Independencia de México, y su objetivo era conectar a la zona de San Francisco de Asís con las vías a Nicolás Romero. 

El Puente Centenario fue terminado e inaugurado entre 1921 y 1922, cruza el río San Javier y se encuentra exactamente atrás de la gasolinera y frente a las Bodegas de Atizapán, en un sitio completamente abandonado y sin posibilidades de que sea rescatado. 

El puente Centenario es una de las pocas joyas históricas y arquitectónicas que presumen los originarios de Atizapán, según escribió el ex cronista René Rodríguez Vázquez, en un artículo publicado en un periódico local. 

El puente Centenario que se ubicado al norte del pueblo de Atizapán, justo en el camino de salida hacia Nicolás Romero y cruza sobre el río San Javier, siendo el límite entre los terrenos del antiguo pueblo de San Francisco Atizapán y las tierras de la Hacienda de El Pedregal.

Ese puente que originalmente era de un solo arco y que fue reconstruido al ser derribado parcialmente por una fuerte corriente de agua pluvial, también fue paso del Ferrocarril de Monte Alto, incluso cuando la pesada estructura era de tracción animal.

Además de ser paso del Ferrocarril, el puente Centenario fue usado por los habitantes de Nicolás Romero y Villa del Carbón que viajaban entonces a la capital del país, a realizar actividades económicas como la compra de mercancías y materias primas. 

El ex cronista describió que el puente Centenario tras ser destruido por las aguas de lluvia, fue reinaugurado en 1922 por el entonces gobernador del Estado de México, general Abundio Gómez, aunque desde entonces poco se usaría ya que se construyó un puente nuevo, que sirvió también para el paso del ferrocarril, pero ya con locomotoras de vapor.

Actualmente, ese puente se encuentra totalmente abandonado e insalubre en el caudal del río San Javier, ya que desde hace varios años es arrojado en el cause los residuos del rastro de pollos que se encuentra en la entrada a México Nuevo. 

“Es común ver pollos muertos en las aguas del río, sin que nadie ponga un alto a la contaminación e insalubridad que generan esos residuos del rastro de aves que se encuentra en México Nuevo”, explicó el regidor Efraín Medina quien agregó que se ha solicitado la intervención de la PROPAEM para que revisen la situación y tomen acciones al respecto.    

No muy lejos de esta zona, en Naucalpan, se encuentra el puente de Los Mexicas, ubicado en Santa Cruz Acatlán, camino a San Mateo, según el historiador Carlos Mayer, fue inaugurado el 31 de julio de 1871 por el Presidente Benito Juárez.

Se trata de un monumento histórico de gran valía, pues fue construido de piedra con el objetivo de unir la región de San Mateo con la de San Bartolo, explica el historiador, quien añade que actualmente ese puente histórico se encuentra dañado y en malas condiciones, no obstante, esta bajo la responsabilidad del INAH. 

El puente de Los Mexicas sirvió para el paso de carretas en la ruta a San Pedro Azcapotzaltongo, precisamente entre esa comunidad y la hoy Ciudad de México, como única vía de comunicación existente hace más de dos siglos.

MRV