HACIENDAS DE GUANAJUATO

La hacienda de Guanajuato que se conserva como una joya arquitectónica colonial

A sólo 2 kilómetros de Apaseo el Grande se encuentra la Hacienda de La Labor que conserva vestigios de su pasado colonial; se empezó a construir en 1538, 17 años después de la caída de la Gran Tenochtitlán

Créditos: Ciudad de Celaya
Escrito en GUANAJUATO el

Apaseo el Grande.- La Hacienda de La Labor, ubicada en Apaseo el Grande, Guanajuato, tiene sus orígenes en el siglo XVI, cuando en 1538 se otorgaron las tierras que luego formarían la hacienda a don Nuño de Chávez y antes de 1602, las tierras fueron vendidas al español Hernán Pérez de Bocanegra y Córdoba.

En la hacienda se pueden observar en la actualidad vestigios de su pasado colonial, incluyendo túneles que forman parte de su historia y algo de misterio, espacios para peones, una troje que se conserva sin techo que era donde se almacenaban las cosechas y una capilla con elementos neoclásicos y detalles de madera que es un espacio destacado del casco de esta construcción.

Su fachada principal tiene un diseño original y remate neoclásico propio de la arquitectura de época y en su interior hay algunas grandes pinturas decorativas en sus paredes.

Esta majestuosa construcción colonial se localiza a sólo 2.2 kilómetros al noroeste de Apaseo el Grande, es propiedad privada y permanece cerrada al público. La hacienda dio origen a la comunidad de La Labor.

En la actualidad

La hacienda se localiza a sólo 2.2 kilómetros al noroeste de Apaseo el Grande, es propiedad privada y permanece cerrada al público.

Cabe mencionar que en una reciente información compartida en redes sociales en la página Ciudad de Celaya, sobre esta hacienda, los cibernautas hacen comentarios como:

“Siempre he tenido la curiosidad de entrar y disfrutar sus pinturas de la parte de arriba son las Cuatro Estaciones, ojalá y se abra al público, aunque cobren para hacerle mejoras”.

“Es una pena que no se pueda visitar, yo fui hace poco, pero resulta que es un cuartel militar, esas lugares que son la historia VIVA de nuestro México deberían ser museos-haciendas abiertos al público”.

“Era la escuela para estudiar licenciatura en trabajo rural (Atendida por monjas) únicamente para mujeres, era particular y no cualquiera entraba a estudiar”.

“Yo hace como 8 años fui a hacer limpieza adentro de la hacienda y sí están los murales de las 4 estaciones, en un arco está el escudo de armas de los primeros dueños que data de 1800”.

La historia

 A sólo 17  años después de la caída de la Gran Tenochtitlán (1521) y a 2 años de la fundación de Apaseo el Grande (24 de junio de 1536), llegó a tierras guanajuatenses (1538) el “Hidalgo” español Hernán Pérez de Bocanegra y Córdoba, quien, antes de 1562 compró la Hacienda de La Labor a don Nuño de Chávez.

De acuerdo con el historiador guanajuatense Don Isauro Rionda, a Hernán Pérez le otorgaron en 1538 la encomienda de Acámbaro que abarcaba 50 kilómetros de largo por 45 de ancho:

“Tan solo la encomienda de Acámbaro llegaba por el sur hasta Zinapécuaro, al norte colindaba con el pueblo de Querétaro, al levante con Maravatío y al poniente con Yuririapúndaro y Cuitzeo, midiendo 10 leguas de largo, por 9 de ancho”.

Y el maestro Rionda añadió: “Pérez de Bocanegra, aunque por la ley lo prohibía, consiguió mercedes de los dos primeros virreyes de tierras cercanas o dentro de los lugares que tenía encomendados, Acámbaro y Apaseo; mercedes otorgadas a él mismo o a nombre de cada uno de sus cinco hijos, o de personas diversas, que luego vendían a Pérez de Bocanegra, ya fuesen hispanos o indios, aun sus encomendados”.

En 1538 se comenzó a edificar la Hacienda de La Labor y en 1558 las propiedades de Bocanegra y de su esposa, Beatriz Pacheco, se conformaron en un mayorazgo.

En 1567 muere don Hernán Bocanegra y su hijo Nuño de Chávez Pacheco de Córdoba y Bocanegra hereda la propiedad, quien al casarse con la sobrina del Virrey don Luís de Velasco padre, pasa heredar las propiedades y agregar a su nombre el título “Adelantado de la Nueva Galicia”, y en 1617 se le concedieron dos títulos más: “Marqués de Villamar de las Hibiernas” y “Vizconde de Apaseo”.

Nuño de Chávez pasa la hacienda en herencia a su hijo, que sería el bisnieto de don Hernán Bocanegra, luego a su hijo y así, hasta llegar, en 1839 a manos de Francisco de Paula y Mesa.

El maestro Rionda ofrece un dato interesante esta hacienda:

“Algunas tradiciones guardan los lugareños sobre la casa grande de la hacienda: <”corre la tradición de que el casco de La Labor fue obra del insigne arquitecto Francisco Eduardo Tresguerras, cosa de todo punto verosímil. (De Terreros)”>, <”el amplio patio, del que se dice fue empedrado en una noche para poder recibir dignamente la visita de uno de los virreyes… (Estrella)”>. Finca visitada por importantes personajes, entre ellos don Miguel Hidalgo y Costilla y Agustín de Iturbide. <”…el casco de La Labor es uno de los más interesantes de las antiguas haciendas mexicanas, por la tendencia neoclásica de su arquitectura. (De Terreros)”>”.

Cabe señalar finalmente que el nombre de Apaseo el Grande lo usó por primera vez Hernán Pérez de Bocanegra, quien lo utilizó para denominar propiedades, posteriormente y en un juego de mutuas influencias con el topónimo Apatzeo, el nombre Apaseo se aplicó por extensión a toda la cabecera de la región norte de la jurisdicción de Acámbaro, y dicha región norte a la jurisdicción directa de Acámbaro; Partido de Apaseo es el germen administrativo de los actuales municipios de Apaseo el GrandeApaseo el Alto.

 

| Con datos de: Maestro don Isauro Rionda en su libro Haciendas de Guanajuato, Ediciones la Rana, Guanajuato, 1992.

| Fotos: Ciudad de Celaya / Redes Sociales

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