Pénjamo.- La Hacienda Virreinal de Santa Ana Pacueco, fue uno de los más extensos latifundios del país, ya que llegó a abarcar territorios de los estados de Guanajuato, Michoacán y Jalisco, y se extendía desde Pénjamo hasta cerca de Tepatitlán.
Algunos municipios que formaron parte en algún tiempo Santa Ana Pacueco: Arandas, Ayo el Chico, Ayo el Grande, Jesús María, Atotonilco, Degollado y Ayotlán, todos ellos en Jalisco. Cuerámaro, Manuel Doblado, Pénjamo, Huanímaro y Abasolo en Guanajuato. Y La Piedad, Puruándiro y Villa Morelos, entre otros, en Michoacán.
El casco de la Hacienda y la Parroquia de Nuestra Señora Santa Ana, con sus muros de cantera, son una verdadera joya arquitectónica del siglo XVII, ya que conservan el esplendor de sus tiempos de bonanza.
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Se encuentra a sólo minutos del puente que conecta con La Piedad, Michoacán y actualmente es un centro de visitas culturales, para sesiones fotográficas de ensueño, eventos especiales en un ambiente colonial y el estar en el lugar es como realizar un viaje al pasado.
Cabe señalar que el nombre de esta hacienda viene de la madre de la Virgen María, Señora Santa Ana, y de Pacueco (Pakinshitacua), que significa en legua purépecha "Donde corva el río".
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La historia
La merced más antigua de Santa Ana fue la concedida en 1557 a Juan de Guevara por el virrey Velasco, propiedad que posteriormente fue adquirida por el capitán Alonso de Estrada Altamirano, descendiente del albacea de Hernán Cortés, quien constituyó el latifundio.
Fallecido sin sucesión a fines del siglo XVII, heredó a sus hermanos, quienes la ofrecieron en público remate, en Querétaro, en 1702. La postura más alta la efectuó doña Josefa de Estrada Altamirano, hermana de don Alonso, quien pagó 150 mil pesos, 10 mil más que los ofrecidos por el conde de Miravalle.
Doña Josefa hizo la postura en nombre de don Pedro Sánchez de Tagle, casado con una prima, doña Luisa Sánchez de Tagle, hija y sucesora del primer marqués de Altamira. Fue la nieta de este matrimonio, de nombre Luisa Sánchez de Tagle casada a su vez con don Juan Rodríguez de Albuerne, quienes edificaron en 1732 “la fuerte estructura que aún domina el paisaje frente al puente de Lerma, en La Piedad”, la casona y capilla de la Hacienda de Santa Ana, estructura que hoy en día aún puede apreciarse.
Posteriormente fue heredada y vendida, y en un momento en que sus propietarios, españoles algunos de ellos, tuvieron que abandonar el país debido a las leyes de expulsión de españoles que se promulgaron en nuestro país, hasta que a mediados del siglo XX, el casco y la hacienda quedó en poder de los señores don Manuel y don José Cortés.
La hacienda actualmente no tiene un dueño único y definido.
En la actualidad su Parroquia sigue estando en uso y la celebración a su Santa Patrona es el día 26 de julio.
| Con datos del historiador Manuel Romero de Terreros
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