AGUA CONTAMINADA

Apuntan al Lago de Chapala los casos de pobladores diagnosticados con daños renales

Como parte de la Estrategia Integral para la Recuperación del Río Santiago, se detectó que 26 menores tienen enfermedad renal crónica

El agua contaminada que llega al lago, desde el Río Santiago ha causado efectos sanitarios
Lago de Chapala.El agua contaminada que llega al lago, desde el Río Santiago ha causado efectos sanitariosCréditos: Especial
Escrito en ESTADOS el

Guadalajara, Jalisco.- Dicen que el agua es vida, pero para los habitantes de las comunidades de Poncitlán vivir junto al Lago de Chapala ha significado la muerte: 77% de su población con daño renal severo ha interactuado con agua contaminada proveniente del Río Santiago, lo que ha mermado su calidad de vida y hoy necesitan un trasplante de riñón urgente, que no pueden pagar.

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Aunque la Secretaría de Salud de Jalisco aseguró a La Silla Rota que no hay un estudio que demuestre una relación causal entre el uso de agua contaminada y la enfermedad renal crónica que padecen 47 personas en el municipio de Poncitlán (36 de ellas viviendo en la ribera del Lago de Chapala); los especialistas que han consultado “han referido que esta incidencia es un problema de causa multifactorial”.

En la población de Poncitlán con daño renal crónico se encuentra Alberto De Los Santos Pérez, él fue detectado con problemas en el riñón, consiguió que su padre le donara parte de este órgano, pero a los 5 años su cuerpo lo rechazó.

Alberto De Los Santos Pérez perdió el riñón que le donó su padre por no poder costear el tratamiento para sostenerlo | Antonio Neri, La Silla Rota

“El 25 de septiembre del 2012, me detectaron insuficiencia renal y desde ese entonces me tengo que estar haciendo diálisis 3 veces  por semana”, cuenta en entrevista con La Silla Rota.

“El agua sale toda sucia, incluso mi padre me donó parte de su riñón para que pudiera vivir mejor, pero, después de 5 años, mi cuerpo lo rechazó y las complicaciones volvieron. Ahora estoy en lista de espera para un segundo trasplante, pero las condiciones económicas mías y de mi familia no son las mismas de hace 10 años”.

Actualmente Alberto, vende bolsas de churros y papas doradas para poder costear sus diálisis y tiene que viajar a Guadalajara 3 veces por semana, una distancia de 120 kilómetros diarios desde donde vive, pero también guía a las demás personas que tienen este mismo padecimiento.

“Ahorita lo que hago es platicar con otras personas que padecen lo mismo que yo. Lo que hago es darles ánimos, les digo que hay que seguir cuidándonos, hay que seguir echándole ganas a la vida”.

Hay 26 menores enfermos… y conviven con el agua 

En una ficha informativa que el Gobierno de Jalisco, a través de la Secretaría de Salud, hizo llegar a La Silla Rota, admitieron que 26 menores que viven o estudian en la ribera del Lago de Chapala presentan alguna fase de enfermedad renal crónica, detectada en el tamizaje que se les realizó para evaluar posibles daños.

“La presencia de albumina en la orina, según las guías de práctica clínica vigentes, es un marcador de gran utilidad para detectar daño renal incipiente. La enfermedad renal crónica tiene 5 etapas evolutivas y en las primeras 3 etapas el daño renal puede ser reversible: la detección temprana en población con factores de riesgo permite evitar la progresión de la enfermedad e incluso revertirla”, especificó la Secretaría de Salud sobre los estudios que realizó a los menores.

El tamizaje se diseñó en conjunto con académicos de la Universidad de Guadalajara y médicos adscritos al Servicio de Nefrología del Hospital Civil de Guadalajara. Se realizó a 23,087 menores de entre 5 a 16 años, con el apoyo de la Secretaría de Educación estatal, la cual facilitó el acceso a los planteles de educación básica y el contacto con los padres de familia.

“Actualmente se ha realizado el tamizaje a la totalidad de planteles escolares en las localidades de la Ribera de Chapala en el municipio de Poncitlán y a la totalidad de los planteles en los 5 km en la periferia del Río Santiago en el municipio de El Salto; así como al 90% de los planteles escolares en los 5 kilómetros en la periferia del Río Santiago en el municipio de Juanacatlán, realizando al corte del 27 de mayo de 2024, un total de 35,346 determinaciones de albumina”.

Del total de menores que fueron sujetos al tamizaje, 640 niños requirieron de estudios adicionales. Al concluirlos, se identificaron a 24 niños con enfermedad renal crónica estado I, y 2 niños con estado III. “Todos ellos referidos para su atención especializada por médicos nefrólogos o nefrólogos pediatras” en Guadalajara, según afirmó la autoridad sanitaria. 

El agua tiene plomo, níquel, mercurio, arsénico…

La contaminación del Lago de Chapala es algo estudiado, al menos, desde la última década por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y científicos de la UNAM. Estudios coinciden en que el agua del lago, que se abastece del Río Lerma, Río Grande de Santiago y Río La Pasión, tiene altas concentraciones de plomo, níquel, mercurio, cadmio, cromo y hasta arsénico en algunas zonas.

Estos metales pesados y tóxicos han llegado al lago vivo más grande que tiene México a causa de la población que ha crecido alrededor del lago, tanto del lado de Michoacán como de Jalisco, y el aumento en la producción de aguas negras; las industrias pesqueras que tiran residuos a los ríos y la falta de funcionamiento de plantas de bombeo y limpieza. 

De acuerdo con un estudio hecho por Conagua y presentado en 2018, para entonces, el Río Lerma rebasaba los niveles de níquel en 6 muestreos, lo mismo que el nivel de mercurio, permitidos en agua potable. 

En el Río La Pasión se rebasaba el criterio de níquel en 5 muestreos, el de mercurio en 2. En el Río Grande de Santiago se rebasaba el criterio de níquel en 8 muestreos, el de mercurio en 2 y en 1 el de cromo.

El agua del Lago de Chapala se usa para riego de actividades agrícolas en las regiones cercanas. Sobre todo en la parte de Jalisco, en las comunidades de Jocotepec, Tuxcueca y Chapala, se cultiva frambuesa que se riega con esas aguas.

“No pude seguir pagando el tratamiento y perdí el riñón”

Aunque Alberto recibió parte de un riñón de su papá, lo perdió a los 5 años y 8 meses. “Su falla”, explica en entrevista, fue no tener 5,000 pesos para seguir costeando el tratamiento de inmunosupresores que debía cambiar cada mes.

“Se tienen que poner a principios de cada mes y cuestan 1,500 pesos cada uno. De primero sí pude comprar ese medicamento, pero después ya no. Dejé un ratito de tomar las pastillas para tratar de juntar dinero e ir a comprarlo hasta Guadalajara… pero tenía que juntar 5,000 pesos para comprar dos cajitas y no tuve, esa fue mi falla”.

Alberto explicó que, antes de que la Secretaría de Salud Jalisco interviniera y les ayudara con el tratamiento de la hemodiálisis, tenía que pagar 4,500 pesos por mes, para poder limpiarse cada semana. Por ahora se mantiene el gasto de los pasajes a Guadalajara o el municipio de Ocotlán, pero para cualquier parte tiene que recorrer 60 kilómetros en carretera.

“Me pongo a vender bolsitas de duritos para poder sacar para las hemodiálisis y de allí sale para pagar el camión, comida, los viáticos que se necesitan. A veces hay personas apoyan con 5 o 10 pesos, depende de la voluntad de las personas. Uno los recibe y se apoya más”.

“No puedo ayudarlas, yo soy diabética”

También Doña Francisca Sanabria Cruz, vecina de la misma población, explicó que ella tiene a su hija y nieta en espera de un trasplante, luego de que se les detectó insuficiencia renal, por la contaminación en el agua.

“Fueron al Centro de Salud a Chapala, pero le dijeron que tenía que irse al Hospital a Guadalajara. A mi nieta primero le dijeron que el problema en el riñón fue por la alimentación, que porque le daban refrescos, pero luego los de la Secretaría de Salud hicieron estudios y dijeron que fue por la contaminación del agua”.

Francisca también recordó cómo empezaron los síntomas de su hija: “primero le dijeron que tenía un riñón más grande que el otro; después, que la alimentación… hasta que la llevamos con una doctora a Poncitlán, la estaba revisando y pues también fue a dar al hospital y le tuvieron que hacer un cateterismo para las diálisis”.

“Mi nieta está anotada en la lista donde las personas donan los órganos y no sabemos todavía si se los van a donar. No nos hemos hecho estudios entre la misma familia para saber si somos compatibles: yo soy diabética, y a mis otros hijos les gusta la tomadera, no creo que sean candidatos”.       

Desde 2008 y hasta 2018, de acuerdo con el servicio de Nefrología del Hospital Civil de Guadalajara “Fray Antonio Alcalde”,  3,285 personas de la región tuvieron alguna afectación en su salud por la contaminación del agua, y se detectaron más de 600 casos de enfermos renales únicamente en Poncitlán.

La Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDHJ) ha recibido más de 100 quejas de los pobladores por las enfermedades que padecen y se han emitido diversas recomendaciones por el derecho al agua limpia y  la salud.

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La zona más contaminada: Juanacatlán

La Silla Rota recorrió uno de los sitios más contaminados, que pasa por los municipios de El Salto y Juanacatlán, donde son vertidas aguas residuales de la Zona Metropolitana de Guadalajara y se constató que el olor es insoportable a todas horas del día y las personas que ahí viven padecen de enfermedades de la piel, gastrointestinales e infecciones en los ojos.

“Pues muy desagradable en cuestiones de todo el día porque el olor es demasiado fuerte, incluso nuestros accesorios se oxidan, las monedas terminan todas negras, de hecho yo tengo viviendo un año viviendo aquí en (Juanacatlán) y yo no me acostumbro. En cuanto llegamos aquí, mi bebé y yo nos empezamos a enfermar hasta de la panza”, dijo Teresa Nuño, habitante del lugar.

“Cuando vengo para acá (al río) me estresa ese olor, yo no sé cómo la gente aguanta todo eso. No me gusta, pero qué más puedo hacer, tengo que visitar a la familia, esto está muy contaminado, yo hasta ahorita no me he enfermado, pero si escucho a muchos que les está afectando mucho en los pulmones”, dijo Remedios Hernández Paz, residente de El Salto.

La sequía, el otro problema del Lago de Chapala

El lago de Chapala se encuentra al 40% de su capacidad, pero se espera que, como avance el calor, se pierda un metro y medio más. Se prevé que, para entonces, en la Zona Metropolitana de Guadalajara el servicio se dé a través de tandeos, para abastecer a las 5.5 millones de personas que habitan en la urbe.