MICHOACÁN

Ana rescata perros y gatos, tras enfermar y no poder trabajar ahora vende sus muebles para darles de comer

Ana tiene 65 años, vive en Nueva Italia y desde hace 30 años rescata perros y gatos de la calle, ha enfermado y no puede mantenerlos ahora pide ayuda

Créditos: LSR/ Especial y Cuartoscuro
Escrito en ESTADOS el

MORELIA. - Ana María Jacobo, tiene 65 años de edad; es vecina de Nueva Italia, municipio de Mújica, Michoacán y desde hace 30 años se ha dedicado a rescatar perros y gatos de la calle. Ahora, su condición de salud es delicada lo que casi le impide mantenerlos, por ello ha empezado a vender sus muebles, para que sus animales no se mueran de hambre, señala.

Convaleciente de una reciente cirugía, Ana María se dice preocupada porque siempre vendió comida en las noches, pero es una actividad que ya no puede realizar. La mujer de cabello cano, está en la orilla de la cama de un hospital público, donde fue sometida a una cirugía en la que le sustrajeron un par de cálculos renales, pero accede a contar su historia y pedir ayuda.

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Recuerda que, desde muy joven, empezó a rescatar perros de la calle, porque le partía el corazón verlos en el desamparo, desnutridos, hambrientos, sedientos y hasta tristes. Su vocación de protección a los animales, hizo que fuera muy conocida entre los habitantes de ese municipio de la Tierra Caliente.

“Antes buscábamos a los perritos o gatitos cuando los escuchábamos llorar en las calles”.

Subraya que fue tal su empeño en proteger a los animales de la calle, que incluso los pobladores le empezaron a llevar ejemplares caninos y hasta gatos.

“Comencé a rescatar (perros) cuando tenía como 30 años de edad. Yo vendía cena y les daba de comer; les enfriaba taquitos y les daba y ya los perritos se asomaban pobrecitos. Los metía, los bañaba, les daba de comer y después los poníamos en adopción”, relata.

Dice que esa labor, la llevó a tener incluso hasta 72 perros creo y 29 gatos; a todos los alimentaba, los desparasitaba y los esterilizaba con recursos propios y a veces con ayuda.

“Unos gatitos ya se me han ido; pero lo bueno que ya se me han ido esterilizados, y los que me quedan son como unos 18 gatos, y perros como unos 15 o 16 más o menos”.

Ana María Jacobo después de ser operada

Ana María da todo por sus animales

La Silla Rota. - ¿Los demás han sido adoptados?, se le pregunta

Ana María Jacobo. - "Un muchacho de Morelia que vino a verme antes de mi operación me ayudó con cinco perritos y se los llevó. Rubén Ignacio Morelos, se llama. Vino a verme, me vio como estaba y me ayudó y en ese momento que él estaba aquí me llegan a tirar como unos tres perritos y él también se los llevó".

¿Cómo le hace para esterilizar a sus perros y gatos?

"Mira hijo, yo no tengo recurso, yo le pido a la gente y los llevo a esterilizar y ya nada más les digo que ya los operaron, pero ahorita lo que necesito de urgencia es desparasitante para darles, porque se me están adelgazando y se les hacen animales".

¿Dónde vive?

"Mira yo vivo afuera del pueblo, porque con los animalitos no me querían ahí, ya no me querían rentar por los perritos y como yo vendía cena, aquí estamos. Y luego se me quemó mi casita de cartón que había hecho y ahorita bendito sea Dios que la gente cree en mí y me ha ayudado y pues tengo mi casita en obra negra, pero ya no me mojo".

Los caninos viven en manada en el patio de la casa de Ana María

¿Cuándo se enfermó usted?

"Yo comencé con el riñón el año pasado, entonces resulta que me metieron para operarme del riñón, entonces resulta que la vesícula ya estaba derramada, entonces les dijo el doctor a mis hijos que qué hacían, porque la operación de la vesícula era muy urgente, porque ya estaba mal, entonces le dijeron a mis hijos y ya me operaron; me dieron tres meses para operarme del riñón, entonces ahora que me van a operar del riñón pues como no completaban mis hijos para lo del riñón y se me pasó el tiempo y ¿Qué crees?:  me metieron un catéter; el catéter se hizo piedra, se juntó con la piedra que yo ya tenía y les tocó abrirme para sacar toda la piedra; entonces nos cobraron más, nos hacían falta cinco mil y los pedimos y bendito sea Dios que un ángel, no sé quién sería, luego-luego lo puso; fue anónimo, este nos puso los cinco mil" Ana María aclara que fue operada hace 3 semanas.

¿Cómo le hace para atender a sus perros y gatos?

"Mi esposo Rafael Plascencia Estrada es el que hace todo. Yo le digo, no le hace que no saques para comer para nosotros, tráete las tortillas, pero límpiameles a mis animalitos, cámbiales agua, revísalos que no estén enfermos y ahorita se enflacaron, pero antes estaban bien bonitos, pero pues me enfermé; ya tengo casi medio año enferma y este ahorita lo que necesito es desparasitante porque se me están adelgazando, porque hacen muchos animales y cuestan 40 pesos cada pastilla y ¿de dónde?" cuestiona la rescatista. 

¿Qué pasó después?

Yo ya sentía que me iba a morir, porque yo no les decía nada a mis hijos para no preocuparlos más, ya que no sabían de donde sacar el dinero, pero yo ya escupía sangre y yo le pedía a Dios que si me recogía a mí que se apiadara de mis animalitos.

¿Pero sabes que dijo Dios?: Te voy a echar para adelante, porque tienes todavía un propósito que cumplir y ya le dije yo a él (su esposo) Nadie adopta, pues vamos a darle el final hasta que se mueran de viejitos.

Los perros tienen camas para que puedan echarse a descansar.

¿Entonces tiene 30 años como protectora de animales?

"Sí hijo. Yo tenía muchísimos, pero unos los recogía y los subía y luego, luego los daba en adopción chiquitos, pero ya estos que tengo, ya nadie los quiere porque son grandes y ya pues aquí estoy dándoles batalla. Le dije yo a mi esposo: ¿Qué vamos a hacer para que mis animalitos vuelvan a estar gorditos y bonitos? Y ya pues no tenemos para comprar pastillas, son muchas, para los gatitos y para ellos, y ya fue y le dijo el doctor de un medicamento para desparasitar, para las pulgas y para las garrapatas. Ojalá Dios quiera que sí, y les dimos de eso porque está baratito el pomito, pero ahora sí que si no hay más".

¿Qué comen sus perros y gatos?

"Él (su esposo) les pone a cocer patitas de pollo y les damos caldito de pollo, nada más este les quebramos los huesitos, que no estén tan grandes, para que no se vayan a ahorcar y así nos la llevamos, apretados pero mis perritos no se quedan sin comer. Primero nos quedamos sin comer nosotros".

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¿Ha habido envenenamiento de perros y gatos en Nueva Italia?

"¡Ay sí! Una vez si me los enyerbaron a todos. Unos me llegaron haciéndose del baño, nada más que yo tenía gallinas y me dijo mi esposo: ‘córrele Ana. Todos los perros vienen envenenados’… que agarro el cesto de los huevos y una cubeta con agua y les fuimos dando de dos huevos a cada perro y echándoles agua y así. Pues no me la vas a creer, luego-luego se reanimaron y una perrita no la encontrábamos y me dijo mi esposo esa ya no volvió y le dije vamos a buscarla, eso fue en la noche y ahí andamos con las luces del celular, pero ya mi perrita estaba con lengua de fuera, ya muriéndose y le dimos cuatro a ella y ya como a los 15 minutos salimos para ir a verla ya estaba aquí echadita y duró mucho temblorosa".

¿No hay más personas que apoyen esta causa en Nueva Italia?

Solo yo y me mandan reportes aquí (redes sociales) y les digo que yo no puedo, con el alma en la vida, pero nada menos mi esposo mi llevó allá a recoger 500 pesos que me habían enviado, porque yo ando toda temblorosa aun, de que duré cinco meses solo tomando líquidos y me llevó a sacar el dinero y compré un bulto de alimento. Yo me he amanecido con ellos, unos me los h traído con suero y es un sufrimiento y yo ya no puedo.

También ha rescatado gatos

¿De qué vive usted?

Yo vendo cositas, mis muebles y lo que tengo. El chiste es que mis perritos no se queden sin comer. Vendí un tablón donde yo preparaba la cena, ahora vendo una vitrina para comprar cuatro bultos de alimento; hago servilletas, manteles, sobrecamas, algunos los mandaba a Estados Unidos y con eso levanté mi casa, mi familia rifó una servilleta para acabalar para mi operación y juntamos mil pesos.

¿Dónde viven sus animalitos?

"Los más chiquitos se quedan conmigo y la manada que es la más grande, tienen su casa que les hicimos" finaliza.

Así, entre llanto, nostalgia y dolor, es como Ana María Jacobo, pide ayuda para que su familia, como le dice a sus ejemplares, no mueran de hambre. Para la mujer de edad avanzada, todos los seres vivos tienen los mismos derechos y merecen la misma atención.

Deja en claro también, que, a pesar de que su estado de salud no es bueno, ya llegará el momento en el que se pueda recuperar y someterse a otras cirugías, en caso de ser necesario.