VIOLENCIA EN SINALOA

De la taquería al hospital: una familia sobrevive a un tiroteo en Sinaloa

Una familia de cuatro integrantes, incluidos dos menores de edad, quedó atrapada en el fuego cruzado durante una balacera en Culiacán, Sinaloa, que dejó tres muertos, entre ellos dos mujeres inocentes

El objetivo de los criminales era esta camioneta que, al ser atravesada por las balas, hirió a los cuatro integrantes de una familia que pasaba por el lugar
El objetivo de los criminales era esta camioneta que, al ser atravesada por las balas, hirió a los cuatro integrantes de una familia que pasaba por el lugarCréditos: CuartoOscuro
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La noche del 12 de diciembre quedó marcada en la memoria de una familia de Culiacán, Sinaloa, que se convirtió en víctima colateral de la violencia que azota a esa entidad. Un enfrentamiento armado entre grupos delictivos en la colonia Laureles Pinos terminó por involucrarlos de manera trágica, dejando heridos a los cuatro integrantes de la familia, incluyendo a un niño de tan solo 10 años.

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El tiroteo comenzó alrededor de las seis de la tarde en las inmediaciones del bulevar Agricultores y la calle Campanillas. La familia viajaba a bordo de un Toyota Corolla, con planes de cenar en un puesto de tacos cercano. La fatídica coincidencia los ubicó a solo 100 metros del blanco del ataque: el conductor de una camioneta Hyundai Creta blanca, quien fue ejecutado en el lugar.

Las balas, disparadas indiscriminadamente, atravesaron el vehículo familiar, hiriendo a Juan, de 49 años; su esposa Angélica, de 40; y sus hijos Juan, de 18, y el pequeño Ángel Gael, de 10.

En la misma balacera, dos mujeres perdieron la vida. Rosa María, de 43 años, atendía el puesto de tacos donde ocurrieron los hechos. Fue alcanzada por los disparos en plena jornada laboral. La otra víctima, María Antonia, de 58 años, falleció a 200 metros del lugar, mientras intentaba huir del caos desatado por los disparos.

¿A dónde llevaron a la familia que quedó en medio de una balacera en Sinaloa?

Tras la balacera la escena en la colonia Laureles Pinos era: cuerpos inertes, un auto perforado por las balas y el eco de las detonaciones que dejó a los vecinos sumidos en el terror.

"Es algo que nunca debería pasar. Ellos solo estaban aquí por casualidad", comentó un testigo que prefirió no dar su nombre por miedo a represalias.

Los heridos fueron trasladados de inmediato a hospitales locales, donde se les brindó atención médica. Hasta el último informe del Secretario de Seguridad Pública Estatal, Gerardo Mérida Sánchez, todos los integrantes de la familia se reportaban en estado estable.

“No han tenido transiciones en su estado de salud, permanecen estables”, declaró el funcionario, quien también aseguró que se les daría seguimiento para garantizar su recuperación.