CRIMEN EN LA SIERRA TARAHUMARA

Asesinato de jesuitas, muestra de “barbarie y el fracaso de las instituciones”

En junio de 2022, los jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora, así como el guía de turistas Pedro Palma fueron asesinados en la comunidad de Cerocahui, en el municipio de Urique, Chihuahua, por “El Chueco”

En junio de 2022, los jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora, así como el guía de turistas Pedro Palma fueron asesinados en la comunidad de Cerocahui, en el municipio de Urique, Chihuahua, por “El Chueco”
Javier Campos y Joaquín Mora.En junio de 2022, los jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora, así como el guía de turistas Pedro Palma fueron asesinados en la comunidad de Cerocahui, en el municipio de Urique, Chihuahua, por “El Chueco”Créditos: Especial
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Tras la confirmación del hallazgo del cuerpo de José Noriel Portillo Gil, “El Chueco”, el presunto asesino de los sacerdotes Javier y Joaquín de Chihuahua, la Compañía de Jesús en México rechazó celebrar su asesinato, pues aseguran que no representa la justicia que se busca. A través de un video, el sacerdote Luis Gerardo Moro Madrid señaló que la deuda sigue vigente para la Sierra Tarahumara. Aseguró que a los jesuitas no les mueve el ánimo de venganza, sino de justicia debida.

“La Compañía de Jesús rechaza celebrar el asesinato del perpetrador de los hechos. Al contrario, creemos que es un momento lamentable, pues muestra que estamos frente a más barbarie y ante el fracaso de nuestras instituciones”, expresó.

El 20 de junio de 2022, los jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora, así como el guía de turistas Pedro Palmar, fueron asesinados al interior de una iglesia en el municipio de Urique, Chihuahua, presuntamente a manos de Portillo Gil.

A nueve meses de los hechos violentos registrados en la comunidad de Cerocahui, el cuerpo de un hombre fue localizado en Choix, Sinaloa. Un día después, el 23 de marzo, el presidente Andrés Manuel López Obrador confirmó que, tras pruebas de ADN, se determinó que se trataba de “El Chueco”.

“Ante la confirmación científica de identificación del responsable de los asesinatos de nuestros hermanos jesuitas Javier y Joaquín reiteramos que estos hechos no representan la justicia tan anhelada para la Compañía de Jesús. A los jesuitas no nos mueve el ánimo de venganza, sino de justicia debida, con tristeza advertimos que la deuda de justicia sigue vigente para la Sierra Tarahumara y para tantos rincones de este país”, expuso.

Además, enfatizó que “hoy más que nunca” se necesita garantizar seguridad para la comunidad de la Sierra Tarahumara, además de que el gobierno debe acatar las medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

“Durante los próximos meses estaremos invitando a construir memoria e impulsando la construcción de paz, con verdad y justicia. De ninguna manera nos acostumbraremos a la violencia deshumanizante”, agregó.

“Los jesuitas nunca hemos callado ni callaremos ante la violencia y la deshumanización. Seguiremos en la Tarahumara y en otras regiones de México, trabajando para que haya paz, justicia, derechos humanos y reconstrucción del tejido social”, sostuvo la Compañía.