ÉPOCA NAVIDEÑA

Dos décadas de magia navideña: la historia de Viviana, maestra de las piñatas

"Mis papás de repente hacían piñatas, y así empecé poco a poco. Desde chica, alrededor de los 10 años, ya me gustaba", narra Viviana

'Mis papás de repente hacían piñatas, y así empecé poco a poco. Desde chica, alrededor de los 10 años, ya me gustaba', narra Viviana
Dos décadas de magia navideña: la historia de Viviana, maestra de las piñatas."Mis papás de repente hacían piñatas, y así empecé poco a poco. Desde chica, alrededor de los 10 años, ya me gustaba", narra VivianaCréditos: Citlalli López Velázquez
Escrito en ESTADOS el

Durante dos décadas, Viviana ha dado vida a la Navidad a través de sus coloridas y creativas piñatas. Más allá de ser una fuente de ingresos, para ella, este oficio es una expresión de imaginación y tradición.

"Este oficio lo iniciamos ya hace tiempo, por la tradición. Es muy padre la cuestión navideña, hacer las piñatas, ponerles alegría, colores, combinarlos y todo. Por mis papás empecé a venir aquí a vender, y aquí nos quedamos", comparte Viviana.

ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP. EL PODER DE LA INFORMACIÓN EN LA PALMA DE TU MANO

Comenzó su camino en la elaboración de piñatas a una edad temprana, influenciada por la tradición familiar y motivada por el deseo de contribuir a la alegría de la Navidad. "Mis papás de repente hacían piñatas, y así empecé poco a poco. Desde chica, alrededor de los 10 años, ya me gustaba. Es bonito porque aquí sacas toda tu paciencia, sobre todo, y combinas colores y creatividad", agrega.

El proceso de hacer una piñata, según Viviana, es laborioso y requiere atención a cada detalle. Desde forrar la estructura con periódicos hasta agregar los conos, colores y colgajos, cada paso es crucial para lograr la obra final. Aunque se tarda un día en armarla y otro día en decorarla, Viviana ha producido más de 500 piñatas al año.

"Lo hago en temporada de diciembre, estamos aquí desde el primero de diciembre hasta el 8 de enero. Es laborioso, pero vale la pena. Las ventas son buenas, gracias a Dios", menciona Viviana.

Las piñatas de Viviana tienen precios accesibles, comenzando desde los 50 pesos. Ofrece una variedad que incluye piñatas de cartón, de olla, figuras y tamaños diversos, adaptándose a las necesidades y presupuestos de los clientes.

Entre las anécdotas que guarda con cariño, destaca la alegría de los niños al elegir sus piñatas. "Ver cómo se ríen, cómo escogen, es bonito. Esa es la diversión de la piñata. Una posada sin piñata no es posada", comenta con una sonrisa.

En este marco navideño, Viviana comparte un mensaje: "Valorar lo que tenemos, estar bien acá y echarle ganas a lo que tenemos y lo que Dios nos da. Muy bien, muchas gracias".

Viviana solo vende sus piñatas en esta época del año, convirtiéndose en una tradición esperada por muchas familias que buscan darle un toque especial a sus celebraciones navideñas.