HURACÁN OTIS

Acapulco hoy: “Tengo machete porque autoridades no hay; todo ha sido saqueo tras Otis”

Tras el huracán Otis en Acapulco, la falta de víveres y el temor a saqueos imperan; en un recorrido de León Krauze se puede observar que los locatarios establecen barricadas y medidas de defensa ante la ausencia de autoridades

Créditos: Captura de video y La Silla Rota
Escrito en ESTADOS el

En el centro de la zona comercial de Acapulco el escenario es desolador puesto que, según varios locatarios tuvieron que realizar barricadas y guardias para que sus negocios y pertenencias no sean saqueados tras el paso del huracán Otis, así lo dejo ver un reportaje de León Krauze para Univisión Noticias.

Para el ejemplo de esta situación, está el establecimiento de la familia Borja, que ya cuenta con 52 años y donde se refleja el impacto del huracán Otis. Según su propietaria, Daniela, El café Guardia, un lugar habitualmente bullicioso y lleno de clientes, ahora permanece cerrado, al igual que muchos otros negocios circundantes.

"Este es un primer filtro aquí si alguien intenta mover, sólo lo podría hacer con camionetas a menos muy grandes, porque si no tienen que mover y hacer ruido y ahí es cuando toda la gente que se queda a dormir aquí en el centro se alerta y se viene en bola para acá y nos venimos todos juntos."

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Daniela Borja, propietaria del local, menciona que ha experimentado noches de insomnio desde el paso del huracán Otis todo con defender su patrimonio y el de sus vecinos. Actualmente, según ella, junto con otros vecinos y locatarios, ha establecido un objetivo principal: proteger su comunidad a toda costa. Han implementado medidas de seguridad, como barricadas con láminas y otros objetos que, al moverse, generen ruido y alerten a quienes han decidido resguardarse en la zona comercial del centro durante la noche.

No muy lejos, en otro testimonio recogido por León Krauze para Univision Noticias, está el de Antonio Ocampo dirige una de las primeras mueblerías de Acapulco, fundada por su padre. Antonio ha asumido la responsabilidad de organizar a la comunidad en la creación de un perímetro de seguridad. Usan materiales provenientes de sus propios negocios, como láminas, para erigir barricadas en cada esquina. Además, el sonido que produce la lámina al moverse se ha convertido en una herramienta esencial para detectar posibles intrusiones.

La falta de respuesta oportuna por parte de las autoridades tras el huracán Otis ha llevado a algunos locatarios a tomar medidas extremas. Están equipados con objetos como palos, piedras, láminas e incluso machetes, con la intención de defender sus establecimientos ante cualquier amenaza.

"Nos armamos como pudimos, nos armamos con palos, piedras, lámina, lo que sea, tengo que estar armado de verdad, estoy armado si veo gente extraña. Tengo que tener el arma aquí. Este machete es para defender el local." 

Otro testimonio mostrado por Krauze es el de Guadalupe, una comerciante local que experimentó en primera persona la entrada de saqueadores en su negocio tras el huracán Otis. Ante la incapacidad de las autoridades para prestar ayuda, optó por bloquear la entrada con cualquier objeto disponible. A pesar de los esfuerzos de un familiar para expulsar a los intrusos, Guadalupe lamenta la pérdida de varios artículos. Ahora, rodeada de familiares y empleados, se esfuerza por proteger su patrimonio y enfrenta la incertidumbre del día a día.

Por su parte, Daniela, dueña del café Guardia, ve su negocio como su hogar. En su voz se percibe la preocupación por el futuro incierto de Acapulco. Aunque comprende la magnitud de la situación y el desbordamiento de las capacidades de las autoridades, espera que se tomen acciones inmediatas para restablecer el orden y brindar apoyo a quienes lo necesitan.

DJC