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A 17 años de su libertad, ¿qué quiere Mario Aburto, el asesino de Colosio?

El asesino del ex candidato presidencial, Luis Donaldo Colosio, no podrá ser cambiado de centro penitenciario

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Escrito en ESTADOS el

TIJUANA.- El 23 de marzo de 1994, Mario Aburto Martínez asesinó a Luis Donaldo Colosio, candidato del PRI a la Presidencia de la República. El magnicidio ocurrió en Lomas Taurinas, Tijuana. A 28 años de distancia, solicitó su cambio de prisión de Guanajuato a Baja California… pero se lo negaron.

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El Sistema Penitenciario de Baja California negó la solicitud de traslado a Mario Aburto Martínez, al penal de “El Hongo”, ubicado en Tecate, debido a que no cuenta con un penal de máxima seguridad.

María Elena Andrade Ramírez, comisionada estatal, explicó que “este personaje, por temas que se conocen de más de 28 años, pidió su traslado a un Centro Penitenciario de Baja California por ser su lugar de origen”.

Previo a rechazar la petición, se realizó una audiencia que se prolongó durante más de ocho horas, en la que la Fiscalía federal presentó argumentos para negar el traslado.

Aburto exigía su derecho a pugnar su pena en un centro de readaptación cercano a su familia, pero está preso en un penal de máxima seguridad por la gravedad de su crimen, por lo que el sistema penitenciario de Baja California argumentó que no podían hacerse responsable del reo.

Fuimos convocados el Sistema Penitenciario por medio del área jurídica y normativa, creo que quedó debidamente establecido la no procedencia para que esta persona no fuera trasladada a un centro penitenciario de Baja California

“Nosotros no contamos con centros penitenciarios de máxima seguridad y esta persona está considerada como un privado de la libertad de máxima seguridad”, explicó la comisionada. Sin embargo, detalló, los abogados de Aburto Martínez pueden apelar la resolución.

Actualmente Aburto permanece cumpliendo su condena de 45 años de prisión en el Cefereso de Guanajuato, de los cuales ya ha pasado 28; en este momento cursa una licenciatura en Derecho.

Mario Aburto Martínez fue por el homicidio del entonces candidato del PRI a la presidencia, Luis Donaldo Colosio Murrieta, ocurrido en la colonia Lomas Taurinas de la ciudad de Tijuana el 23 de marzo de 1994.

Mario Aburto fue detenido en el mismo lugar de la agresión y, aunque siempre existió la duda de si realmente quien está en la cárcel fue el detenido en Lomas Taurina o si fue quien accionó el arma, el tijuanense recibió la sentencia como autor material del disparo.

El 25 de febrero de 2021, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) inició el trámite de una queja de familiares de Aburto Martínez sobre los tratos que recibe en el Cefereso de Guanajuato.

Se señaló que no recibe atención médica ni alimentación adecuada por los padecimientos crónicos que sufre, así como conductas de tortura y trato inhumano en su contra.

EL MAGNICIDIO

Mario era un muchacho de 23 años cuando lo condenaron a prisión por el asesinato de Luis Donaldo Colosio en el ’94. Hoy a 28 años del crimen, Aburto ya no es un joven, sino un hombre de 50 años con la mirada cansada, bolsas en los ojos, cabello rapado y ceño fruncido que paga su condena en la cárcel de Ocampo, Guanajuato. Aún en la espera de que el veredicto de su caso cambie.

Desde el 23 de marzo de 1994 que Mario Aburto fue detenido, ha pasado de penal en penal el cumplimiento de su pena, y así como ha cambiado su lugar de internamiento, los años también lo cambiaron a él.

Con base en imágenes que se han publicado en medios de información se puede ver el paso del tiempo en su rostro, principalmente.

Aburto de 50 años ahora tiene bolsas grandes debajo de los ojos, los músculos de esa zona se envejecieron. Su doble párpado desapareció y fue sustituido por lo que se conoce como parpado encapuchado que ahora cubre sus pestañas y parte de su mirada.

La mirada de Mario que desde el momento de su captura se veía “decaída” en las fotos, hoy luce aún más “caída”. La comisura externa, que es la orilla de los ojos está unos milímetros más abajo, como cuando una persona está cansada.

Las líneas de expresión están de testigos de todos sus gestos. Tiene en medio de la frente una curva hacia abajo y solo unos centímetros por debajo aparece su ceño fruncido. Al inicio de cada ceja, una línea también curva hacia dentro visibiliza el semblante que lleva con más frecuencia dentro de la cárcel de Ocampo, Guanajuato.

La postura de Aburto también es distinta. En una de las fotos más recientes ahora se le ve con el cuello estirado hacia el frente, no hacia arriba como antes, se ve encorvado. Hoy, a casi 30 años del crimen, luce la cabellera rapada.

 

 

 

 

 

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