PUEBLA.- El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) colgó cinco narcomantas en distintos puntos de Puebla; dos de ellas fueron colocadas en los puentes peatonales de la capital del estado, así como en San Andrés Cholula y en San Felipe Hueyotlipan, con mensajes dirigidos a extorsionadores y secuestradores.
El gobernador Miguel Barbosa dijo que se trata de un bromista al que bautizó como “El guasón”, al que por ser poblano llamó “El huazontle”.
Alrededor de las 8:00 horas de este lunes, autoridades policiacas de ambos municipios, así como estatales, recibieron una alerta por la aparición de las narcomantas: una en el puente de Santa María Xonacatepec y la autopista Puebla-Orizaba, y la otra en el puente de la localidad San Francisco Acatepec, en San Andrés Cholula.
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Agentes policiacos bajaron las lonas, en las que se decía que el estado de Puebla ya tiene dueño y es el “señor Mencho”. Advirtieron también de una limpia de ladrones, extorsionadores y secuestradores para que la gente esté tranquila.
Ambos mensajes fueron firmadas por el “GOPES. El Señor de la Talla” presumiblemente del CJNG.
El alcalde de San Andrés Cholula, Edmundo Tlatehui, dijo que aún no tenía información, porque “me están generando la tarjeta informativa para ser puntual”.
PRESENCIA EN 27 ENTIDADES
Reportes de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) revelan que el cártel que dirige Nemesio Oseguera, “El Mencho”, tiene operaciones criminales en 27 estados del país, esto es, en el 84% del territorio nacional, lo que lo convierte en el grupo delincuencial con más presencia en territorio nacional. No queda una región libre de su influencia: del norte al sureste, pasando por el Pacífico, el Bajío, el Golfo y el centro del país.
Y no sólo eso: junto con el Cártel de Sinaloa (o del Pacífico), el de Jalisco es una de las dos únicas organizaciones criminales que, además de su control doméstico, tienen operaciones transnacionales de tráfico de drogas, según el reporte de la autoridad federal.
Nacido en 2011 de una escisión del Cártel de Sinaloa, el CJNG se fortaleció durante el sexenio de Enrique Peña Nieto en muy poco tiempo, pasando de ser considerado una célula delictiva a un cártel de droga con capacidad de trasiego nacional e internacional.
En 2016, autoridades mexicanas y estadounidenses habían identificado sus operaciones delincuenciales en 16 estados del país. Hoy, cuatro años después, se ha apoderado del control territorial de otras 11 entidades, incluida la Ciudad de México, en la que, una y otra vez, las autoridades locales y federales han insistido en que no hay presencia de grupos del crimen organizado.
Sólo cinco estados –Durango, Nuevo León, Campeche, Tlaxcala y Yucatán– están libres del Cártel de Jalisco, según el reporte del gobierno federal, pero no así de otras agrupaciones delincuenciales.
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