Hilda era casi una niña cuando dejó Oxinam, Mintontic, uno de los municipios más pobres de Chiapas; tenía la intención de superarse y no seguir los pasos de otras mujeres de su comunidad, condenadas a solo ser madres, cuidar del hogar y no tener voz ni voto en otros temas relevantes.
La mujer tsotsil lo logró y, a su llegada a San Cristóbal de Las Casas, la vida pudo ser mejor para ella; sin embargo, en su camino se atravesó un hombre, quien no solo sería su maestro, sino que la comenzaría a acosar hasta forzarla a tener relaciones sexuales y embarazarla “porque él quería un hijo varón”.
Esta historia de Hilda Rodríguez Méndez, hoy enfermera de una clínica rural del IMSS en Zinacantán es contada en 80 minutos por su hijo Juan Antonio Méndez Rodríguez, en un largometraje titulado “Mamá”, el cual ya comenzó a darle la vuelta al mundo. Para el creador de esta ópera prima, cuyo nombre artístico es “Xun Sero”, su madre sufrió un tipo de violencia que no se cuestiona, que se da por sentada su naturaleza y su voz no es tomada en cuenta sobre todo al hablar de su futuro.
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Desde niñas, asevera, las niñas, adolescentes y mujeres son obligadas a casarse o a juntarse con otras personas: no se les pregunta, son forzadas; “son prácticas no tan comunes ya en la actualidad, pero que en los 70’s y 80’s se efectuaban en algunas comunidades de pueblos originarios. Y este tipo de violencia es la que exponemos”, advierte Juan.
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Su padre, cuenta, era un hombre casado y tenía tres hijas, pero en su mente rondaba la idea de que las mujeres solo sirven para procrear, y no solo eso, que le dieran a él el varón que tanto anhelaba, aunque no importara que eso se le cumpliera fuera de su matrimonio.
“Era mayor que mi mamá, y cómo fue su maestro, se aprovechó de esa posición, de ser mayor y tener ingreso económico, y así aprovecharse de una chica desprotegida, en soledad, buscando su vida. El hombre prácticamente la violó”, externa.
Lo que se pretende en la película, recalca, es que se aprenda a nombrar ese tipo de violencias, “porque a veces a estos acosos se les quiere tratar como enamoramiento, cuando en realidad la acosaba”.
XUN TAMBIÉN VIVIÓ UN INFIERNO
En “Mamá”, Juan Antonio expuso una serie de situaciones que vivió con lo ocurrido a su progenitora, pues el problema es que a él y a su hermano Luis los empezaron a señalar en su comunidad, es decir “había algo extraño” en la familia porque no estaba el hombre.
Como consecuencia, sigue habiendo acoso de otros hombres hacia su madre; “y no es una situación que solo nos suceda a nosotros, sino a muchas mujeres”, reitera el cineasta chiapaneco. Ante esto, confiesa, comenzó a culpar a su madre de “la desgracia” en la que cayó, y cree que es una mujer mala, “tú sabes que, a una mujer que no tiene su esposo, se les dice un chingo de cosas (sic); entonces yo me empiezo a creer eso”.
Para el también FreeLancer y comunicador alternativo y popular, es increíble que, en México, por un lado, se venere la figura materna y, por el otro, se dé cuenta de una violencia que va en aumento: es decir, las mujeres solo son importantes si son madres, y peor aún: si son madres de varones.
Como lo que sucede con la Virgen de Guadalupe, compara, “una mujer a la que se le festeja por haber sido la madre de Jesucristo, pero no por sus logros… ese es el reflejo de nuestra sociedad”.
DATOS DEL AUTOR
Juan Antonio, de 34 años de edad, ha hecho otros trabajos relacionados a las distintas violencias y vejaciones que se sufren en los pueblos originarios como desplazamientos forzados, encarcelamientos, entre otros.
Ha colaborado para algunos colectivos donde ha hecho varios trabajos documentales; e inclusive participa de forma constante en talleres de cine como “Ambulante más allá”, entre otros.
Entre otras cuestiones, ha sido fotógrafo de largometrajes de amigas y amigos creadores, como en el documental “Negra” y también fue parte de “Cuxlejal” (vida, en tsotsil), un mediometraje de “Vientos Culturales”.
HAY MUCHAS HILDAS
Hilda, por su parte, vive en San Cristóbal, pero a diario viaja a una clínica de Zinacantán, donde se desempeña como enfermera. Ahí, ella se convierte en una especie de consejera o que escucha a las mujeres, cuyos casos de violencia se repiten, y a quienes les dice que se liberen y que tomen el control de sus vidas.
Prueba de su lucha, de alzar la voz, es que Hilda formó cooperativas de mujeres artesanas, como una manera de liberarse de la violencia, y una de esas maneras era tener el control de la economía de sus casas.
“Ellas saben hacer las cosas, pero a veces están atadas al yugo económico; mi madre es como una activista, pero no una activista que tiene los micrófonos o que evidencia su trabajo, es más de acción directa”, dice “Xun Sero”.
OTROS DATOS DEL LARGOMETRAJE
De acuerdo con su creador, “Mamá”, cuya realización se efectuó en seis años, se comenzó a grabar en el 2016, en el marco del Diplomado de la Escuela de Cine Documental de San Cristóbal de Las Casas.
En 2017, Juan y sus colaboradores firmaron un contrato con la productora “Terra Nostra Films”; a partir de ahí, comenzó a buscar fondos para hacer la película. En ese mismo año, reciben su primer fondo del Estímulo Gabriel García Márquez, el cual era parte del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), estímulo que ya no existe. Sin embargo, en el 2019 y 2021 obtienen otros estímulos, uno dirigido a la creación audiovisual para pueblos indígenas y afrodescendientes de México y de Centroamérica, y el del Fomento al Cine Mexicano (Focine). Todo por la vía del Imcine.
Han estado en diferentes espacios de talleres y festivales como el de Cine de Guadalajara, o el de Morelia, y un taller que se llama “Carlos Velo”, de TV UNAM.
¿HASTA DÓNDE HA LLEGADO “MAMÁ”?
“Mamá” ya estuvo presente en festivales internacionales importantes como “Hot Docs”, en Toronto, Canadá, y el de Documentales de Ámsterdam, Países Bajos. También se estrenó en un festival de Virginia, Estados Unidos, mientras que en México ha estado en el Festival de Cine de Guadalajara (hubo una mención especial), así como en “Ambulante”, la gira de documentales, entre otros.
En competencia, cuenta “Xun Sero”, estuvieron en los festivales internacionales de Cine de Morelia, de Cine Documental Mexicano “Zanate”, en Colima, y de Cine del Desierto, en Hermosillo, Sonora. También serán parte del cierre del Festival de Cine de los Barrios, en Xochimilco.
Para Juan Antonio, ahora lo importante es continuar con la difusión de la película, “porque es muy difícil generar un público que quiera ver este tipo de trabajos, es complicado ponerlos en espacios de exhibición, pues se necesitan distribuidoras que quieran ver tus películas y les metan lana”.
Como es complejo que esas empresas se interesen en este tipo de materiales hechos en el sureste de México, confiesa que tratarán de buscar fondos públicos, principalmente del Imcine, para que “Mamá” llegue a la mayor parte de salas de cine de toda la geografía nacional.
“Pero incluso la queremos llevar a espacios donde no hay salas de cine, y para ello necesitamos de un recurso para tener una pantalla, un proyector, y llegar y plantarlos en alguna plaza o casa comunitaria y que la gente la vea; esa es nuestra ilusión”, refiere. De hecho, comenta que hay algunos lugares donde ya les pidieron el documental, como el caso de un sacerdote de Puebla que hace actividades culturales para una comunidad.
DJC